domingo, 15 diciembre 2024

Cuando Ancelotti ganó la Copa del Rey con el Real Madrid volando con Fly Emirates

Una nueva final de la Copa del Rey con Carlo Ancelotti en el banquillo del Real Madrid. El próximo 6 de mayo el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti disputará con el conjunto blanco la segunda final de Copa. En esta ocasión, el rival será Osasuna. En la anterior final con el italiano como técnico del Madrid, la que se jugó en Valencia el 16 de abril de 2014, el cuadro merengue se impuso por 2-1 al Barcelona. El Madrid, patrocinado entonces por Fly Emirates se impuso, gracias a un ‘avión’ como Gareth Bale al Barça, que lucía Qatar Airways en su camiseta.

El Madrid ganó gracias al gol de Gareth Bale.

EL DOBLETE DEL REAL MADRID

Carlo Ancelotti puede hacer doblete con el Real Madrid 9 años después. En 2014 el Real Madrid ganó la Copa del Rey y la Champions, en este caso en la famosa final del gol agónico de Sergio Ramos ante el Atlético de Madrid.  En 2014 al Madrid se le escapó la Liga en las últimas jornadas, mientras que esta vez los blanco están casi sin opciones desde marzo. Pese a la Liga, el Madrid presenta de nuevo su candidatura al doblete.  No cuenta con los delanteros salvajes, por su voracidad en el área y su capacidad anotadora, que fueron en 2014 Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Cuenta con un puñal como Vinicius y un delantero plenamente reconocido por los goles y el juego: Karim Benzema.  

Cristiano Ronaldo se perdió por lesión la final de la Copa del Rey ante el Barcelona

El punta francés formó en 2014, en Valencia, ante el cuadro azulgrana en el once inicial del Real Madrid como delantero, con Di Maria y Bale. Cristiano Ronaldo se perdió la final por lesión. No se recuperó a tiempo de una lesión muscular y tuvo que presenciar el choque desde la grada.

El Madrid alineó entonces a Iker Casillas en la portería; Carvajal, en defensa estuvieron Sergio Ramos, Pepe y Coentrao; En el centro del campo, Xabi Alonso, Modric e Isco; En punta, Gareth Bale, Di María y Benzema, mientras que el Barcelona, con el ‘Tata Martino’ en el banquillo, puso en liza a Pinto (portero);en defensa,  Dani Alves, Mascherano, Bartra y Jordi Alba; el centro del campo, Busquets, Xavi y Cesc Fábregas; en la delantera Iniesta,  Messi y Neymar.

El Real Madrid entró a fuego en el partido. El cuadro blanco, que suele tener más opciones de juego, más variantes, varias formas de intentar superar al rival que van más allá de la ortodoxia, supo minar el engranaje azulgrana, entre otros, con contragolpes bestiales. A las primeras de cambio,  el Madrid desnudó a la zaga del Barcelona.  No se habían cumplido los primeros quince minutos de juego cuando Isco roba una pelota y, en tres pases, Isco-Bale-Benezema,  Di María se encuentra dentro del área del Barcelona, listo para disparar.  Pinto toca la pelota pero no puede impedir que los blancos marquen el primer gol del partido.

Se le ponían las cosas de cara al Real Madrid muy temprano. El Barcelona no sabía por dónde venía el viento, pero la falta de eficacia de cara a gol de los merengues y un descuido defensivo, permitieron al Barcelonja seguir con opciones, aunque terminó sucumbiendo. El cuadro azulgrana ni siquiera encontró a Messi, que ese día, estuvo ausente.

Era un final que iba a ganar a perder un solo equipo: El Madrid. Y es que el Barcelona estaba aún buscando el modelo perdido.  No quedaba ni rastro del equipo de jerarquía que fue, y que volvería a ser gracias a Luis Enrique. El partido fue lo que el Madrid quiso y permitió.

Los blancos,  en esa querencia tan italiana de estar cerca del portero, de no romper costuras, y madurar el partido hasta que una opción clara finiquite al adversario,  se echó atrás.

No hubo muchos noticias ofensivas de los catalanes hasta que en un saque de esquina el central del Madrid Pepe perdió la marca de Bartra, que con un espléndido cabezazo anoto el empate para el Barca. Era el minuto 68.

No se inquietó demasiado el Madrid, que tampoco tuvo tantas opciones de gol en el segundo periodo. Primero una de Bale y luego un lanzamiento al palo de Modric. Y en esto llegó ‘el Concorde’ Bale, que con una velocidad supersónica dejó con el molde a Bartra en el lado de derecho de la defensa azulgrana, se plantó delante de Pintó y con la sutileza del guante que tenía en el pie izquierdo, marcó el segundo gol del Madrid. Era el minuto 85. Ahí murió el partido. Lo hizo tras una jugada para enmarcar porque “Bale fue Bolt”, como tituló el diario ‘El País’ en referencia  a la carrera en la que el delantero del Madrid exhibió una velocidad que en nada tenía que envidiar a la del velocista jamaicano Usain Bolt.

El golazo de Bale en la final de la Copa del Rey de 2014.

Con ese gol Bale comenzó a forjar su historia como goleador en las finales. Después anotó en la final de la Champions, la que se disputó en Lisboa, esa misma temporada  y en 2018 lo hizo en la final de la Liga de Campeones en la que el Real Madrid se impuso al Liverpool.


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