Mientras siguen nerviosos por el resultado en la reciente audiencia en el Senado de Estados Unidos en TikTok siguen viendo como se cierra poco a poco el cerco occidental alrededor de su funcionamiento. Es que la empresa ha visto hoy como Australia se suma a los países que muestran su desconfianza prohibiendo su uso a los funcionarios del gobierno y Reino Unido ha empezado el día aprobando una multa de 14.5 millones de euros, unos 12.7 millones de libras, contra la aplicación.
Es que además de su conocida conexión con el Partido Comunista Chino la empresa hoy ha tenido que enfrentar un señalamiento por permitir que casi millón y medio de niños menores de 13 años usaran la aplicación. Esto viola la ley británica que prohíbe el uso de datos de menores de 13, sin ningún tipo de excepción. No es la única multa del año para la empresa asiática que también tuvo que enfrentar una multa por cinco millones de euros por abusar de los cookies en su plataforma.
Son varios golpes seguidos para una red social que presume, a pesar de todo, de ser una de las favoritas del público más joven. Es que para la generación Z y para los millennials el espacio de videos se ha vuelto fundamental, tanto para enterarse de noticias como para descubrir canciones nuevas, o antiguas, o directamente para interactuar con algunos de sus ídolos de cultura pop. En esta realidad darle la estocada final que significaría prohibirla en algún territorio puede ser impopular, aunque todo parece apuntar a este desenlace.
En cualquier caso mientras tanto se siguen sumando videos y usuarios a una red que ya suma más de 800 millones de usuarios. Es un número que habla de su importante influencia, y de lo riesgosa que puede ser su influencia. Al mismo tiempo no deja de ser preocupante que el medio que tanta gente joven usa para conectarse pueda verse tan afectado por la particular guerra fría digital que se ha caldeado desde que Rusia invadiera Ucrania el año pasado.
UN PERIODO COMPLICADO PARA TIKTOK
La realidad es que estos primeros tres meses del año han sido complicados para su imagen frente a los gobiernos. Si bien los tiktokers parecen ajenos a los problemas que enfrenta su segunda casa no son pocas las dificultades que están intentando superar en la actualidad, es que los últimos meses han sido un periodo de bastante actividad para los abogados de la empresa. Al mismo tiempo es difícil negar que, dado que las decisiones de los estados tienen una carga política, tienen una desventaja importante cada vez que pisan una corte.
Es, por tanto, un momento de contraste. Por un lado, la empresa se ha convertido en un ejemplo importante de crecimiento y el modelo en que casi todos los espacios de video, del otro se han vuelto el principal rostro de la influencia china en occidente. Lo segundo es una carga complicada, pero que irónicamente se evidencia en el lobby del país asiático para que un porcentaje de las acciones de la aplicación no sean vendidas a una empresa con «intereses occidentales».
También es cierto que, aunque de momento se mantienen cómodos en el trono, cada vez hay más aplicaciones con diseños parecidos y que intentan ocupar el mismo espacio en el mundo de los videos cortos. Se puede notar al ver los nuevos diseños de los cortos de YouTube, los reels de Instagram o incluso el nuevo home page de Spotify. De momento ninguno puede alcanzar a TikTok, pero recordemos lo gigantes que en algún momento fueron aplicaciones como Vine o Snapchat.
QUIEN PONE EL CASCABEL AL GATO
Aunque el cerco occidental se sigue cerrando sobre el espacio sigue siendo complicado imaginar quien puede atreverse a prohibir el uso de la aplicación. Lo cierto es que sería una decisión especialmente impopular con una generación que está entrando al mundo electoral, y no parece muy inteligente encontrarlos como enemigos tan pronto. Al mismo tiempo no es especialmente listo seguir permitiendo que China sume datos personales de sus ciudadanos a su base de datos, o que pueda apuntarles de frente con propaganda política.
Es la vieja fábula del grupo de ratones que intentan poner un cascabel a un gato para saber cuando se acerca, pero donde ninguno se atreve a acercarse tanto al felino para ponerle el cascabel. Son cada vez más los gobiernos que tienen suspicacia con la aplicación, pero parece complicado tomar una decisión tan delicada, o al menos hacerlo antes de que alguien más de ese primer paso.
Mientras tanto las restricciones y multas aumentan al igual que los usuarios y el contenido en el mar infinito de la aplicación. De momento parecen ser absolutamente intocables, y sentirse relativamente calmados con que nadie podrá hacer nada que los afecte en los próximos días.