jueves, 12 diciembre 2024

Uber y Bolt se reparten la micromovilidad y sus problemas en España

Es llamativo. A pesar de que en ciudades como París se ha apartado la micromovilidad en España se ha vuelto una parte clave de las ciudades, aunque acumulan una larga lista de problemas. Es que el país es el que más utiliza estos mecanismos, que van desde los patinetes eléctricos de Bolt y Uber hasta servicios como el Bicimad. Son apuestas que, en teoría, deberían llevar a esa ciudad más sostenible que se lee en los objetivos 2030. 

Al mismo tiempo desde pérdidas de vehículos, en particular del sistema Bicimad, los accidentes y el desgaste típicos, pero que aquí requieren el reporte de los usuarios para ser atendidas, o simplemente que aún no son tan adoptadas por la población en general. Pero a pesar de todo según los datos recolectados en 2022 por Tier Mobility no solo es que España sea el país que más los utiliza, sino que Madrid es, con diferencia, la ciudad que más cuenta con estos mecanismos de todo el continente. 

De momento entre las compañías que ofrecen estos servicios Uber mantiene el liderato tras la adquisición de los vehículos de la empresa Lime. Pero Bolt, que ha demostrado tener experiencia con estos temas, ha sabido que su marca también sea reconocida en esta área. Cabify por su lado ha adquirido las pequeñas motos eléctricas de MOVO, que le han permitido ocupar un espacio que, según se lee en su página web, consideran clave para los próximos años en las grandes ciudades. 

43% DE LOS MADRILEÑOS Y EL 19% DE ESPAÑA APUESTAN POR LA MICROMOVILIDAD

Lo cierto es que tan solo en la capital es casi la mitad de los encuestados los que comentan haber utilizado este tipo de vehículos en los últimos años, un 43% que va en aumento. Mientras tanto en todo el país se trata de tan «solo» un 19%, es decir, casi una quinta parte de los encuestados. Ambas cifras comparten el dato de ir en aumento desde 2019, lo que marca una buena señal para quienes defienden este tipo de transporte, y para las empresas que han visto el negocio en las mismas.

Sin embargo, quizás por la preocupación de los riesgos que conlleva el uso de estos vehículos en las autovías, España sigue siendo uno de los países donde hay más coches por ciudadano. Es que el mismo informe se nos colocaba de segundos, solo detrás de Polonia como el país con más coches por habitante en Europa, un 76%. Visto así hay quien podría poner en duda la vialidad de estas nuevas formas de transporte, ya que de momento no parece que la población esté preparada para un cambio completo.

Es que la seguridad es claramente una preocupación clave a la hora de recurrir a la micromovilidad. 75% de los usuarios ha dicho que la falta de protección con respecto al resto del tráfico es lo que más les preocupa sobre las nuevas opciones, usen las de Uber, Bolt, Cabify o FreeNow. Es una realidad con la que también lidian los usuarios de bicicletas y otro tipo de vehículos que pueden servir como reemplazo al transporte tradicional

LA PROHIBICIÓN DE PARÍS

Mientras en España la situación sigue avanzando una votación ha sacado a los patinetes eléctricos de las calles de la capital francesa. Es que las autoridades parisinas tenían ya varios meses reportando un aumento en la mortalidad de sus usuarios, por lo que el 86% de la ciudad que se puso en contra de los mismos no debería ser una sorpresa. Al mismo tiempo habrá que ver como reacciona el resto del país, el tercero que más recurre a este tipo de opciones. 

La orden de la alcaldesa Anne Hidalgo es que los vehículos sean recogidos para el 31 de agosto. De ese modo las tres empresas que operaban estos medios en la capital francesa Lime, Tier y Voi tendrán que buscar opciones para no perder los 15.000 que se encontraban en circulación en París. En cualquier caso es un duro revés que tendrán que saber encajar si quieren mantener su crecimiento, aunque no parece demasiado probable que se repita en ciudades parecidas a pesar de sus problemas. 

UBER SIGUE SUMANDO OPCIONES A SU CATÁLOGO

Sea por las controversias, o por los costes, desde Uber se vuelve evidente que quieren diversificar su imagen más allá de los vehículos de conductor. Se vio cuando empezaron con su aplicación de riders por alimentos y en otros países incluso opciones para transportistas de mercancías, por lo que no parece probable que la micromovilidad sea su última gran apuesta. Se trata de una empresa en plena transformación, en un sector que también lo está, por lo que no es raro ver nuevas iniciativas. 

El futuro es, por supuesto, aun un misterio. A pesar de sus promesas no parece que puedan llegar a la velocidad esperada a la electrificación de toda su flota para la fecha esperada, un problema que también enfrentan Cabify y Bolt, y este cierre de nuevas opciones en una ciudad clave les quita una de sus grandes opciones. Solo el tiempo dirá, pero lo cierto es que es un sector con una evolución más que interesante.


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