sábado, 14 diciembre 2024

25 años de la portería de Feber en el Real Madrid-Borussia Dortmund

La imagen sigue siendo grotesca 30 años después. El mundo entero conoce el duelo Real Madrid-Dortmund por la caída de la portería situada en el fondo Sur del Santiago Bernabéu el 1 de abril de 1998. Fue una semifinal de la Champions apasionante, pero marcada por este hecho. El Madrid resolvió el asunto trayendo una portería que parecía de juguete, una portería Feber como dijeron muchos de los que tuvieron esta marca infantil como referencia.  El 1 de abril se cumplirán 25 años de un encuentro que dejo al Madrid a dos pasos de romper con el maleficio de la Copa de Europa. Los hombres clave de este partido fueron Fernando Redondo, el cerebro del equipo, el más canchero, y Christian Karembeu, el autor de los dos lanzamientos menos ortodoxos vistos en la Liga de Campeones, pero, sin duda los dos más efectivos. Sus goles en cuartos de final ante el Leverkusen y en la semi ante el Dortmund, fueron clave para que el Madrid lograra el pase a la final. Teka patrocinaba entonces al real Madrid.

PODER Y RESPETO

El poder y el respeto se tienen y se detectan. El partido se pudo aplazar por los incidentes de la portería que lo hicieron comenzar mucho más tarde de las 20: 45 a la que entonces se jugaban los partidos de la Champions. La UEFA no lo hizo, por cuestiones de seguridad, en el estadio y en la ciudad. Miles de alemanes tenían que volver después del choque y si el partido no se disputaba podía haber muchos problemas de orden público. Pero el choque se jugó y fue un partido eléctrico, bestial, con una carga ambiental que hacía del infierno un paraíso para los amantes del frío. Un Bernabéu a reventar veía como la gloria estaba a dos pasos y la ocasión era esta.

Con el alemán Jupp Heynkes en eL banquillo, los blancos buscaron y encontraron el objetivo

Con el alemán Jupp Heynkes en eL banquillo, los blancos buscaron y encontraron el objetivo. Con el once de gala de la Liga de Campeones, El Madrid se enfrentó al vigente campeón. Este tenía a Moëller en sus filas, pero no tuvo fortuna el germano. El Real Madrid formó de inicio con Illgner en la portería; Hierro y Sanchis como centrales; Panucci, lateral derecho y Roberto Carlos, lateral izquierdo. Fernando Redondo y Seedorf en el centro, Raúl de interior izquierdo postizo, con Christian Karembeu en la derecha y en la punta, como delanteros, Morientes y Mijatovic.

LA VELOCIDAD DE ROBERTO CARLOS

Los primeros acercamientos fueron de los alemanes, que vieron como el Madrid salvaba por los pelos una clara ocasión.  Sin embargo, un balón que venía llovido del cielo y que, sobre el papel, si no le hubiera caído a la bota tan fina de Fernando Redondo, se hubiera ido, casi seguro, al limbo, termino siendo una semiasistencia. Porque esto es lo que sucedía con el Madrid cuando la pelota le llegaba al espacio al brasileño Roberto Carlos. Con una rapidez bestial,  el lateral se la puso en boca de gol a Fernando Morientes, que solo tuvo que empujar la pelota.  Era el minuto 25 y el choque se ponía de cara. Con la ventaja mínima, los jugadores enfilaron el camino del vestuario. Descanso 1-0. Misión en camino de cumplirse, debió pensar Heynkes, que sabía que no continuaría en el Madrid, pasase lo que pasase con la Orejona. El vestuario le devoró.  Demasiado luchar con tanto ego en el Madrid de “los Ferraris”, que, eso sí, aunque en la Liga hizo el ridículo, se lució en Europa.

KAREMBEAU MARCÓ OTRO TANTO DECISIVO CON UN NUEVO PUNTERAZO

En la segunda parte del partido, el Madrid fue a más y aumentó la diferencia de goles. En una jugada rápida, Morientes, fuera del área, cede para Karembeau, que llega veloz y dentro del área pega un punterazo que casi rompe la portería de ‘juguete’. 

El entonces presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz, respiraba aliviado. Ya estaba más cerca la final. Quedaba partido y la vuelta, pero el destino le tenía preparada esa sonrisa de la victoria.

La vuelta fue un partido en el que el Madrid sufrió menos de lo previsto. Un fondo teñido de blancos entre aficionados llegados de España, emigrantes españoles y estudiantes vibró al final del encuentro.  La urgencia histórica estaba llegando a su fin. Quedaba un pasito. El pasito de la Gloria se vivió en el Ámsterdam Arena el 20 de mayo de 1998. Este año se cumplirán 25 años.


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