La gran banca española ha inundado el mercado de deuda con bonos contingentes convertibles, denominados en la jerga como ‘CoCos‘. Son los activos de mayor riesgo emitidos por la banca y por el que se exigen unos elevados tipos de interés. Se trata de una deuda perpetua y cuya amortización puede realizarse directamente en acciones de la entidad financiera, unos productos de inversión que ahora provocan el miedo y desatan la pesadilla para sus tenedores.
Estos bonos tienen un valor «cero» en Credit Suisse, pese a que el valor de mercado indicaba cerca de 17.000 millones de euros. Ahora, todo el foco se instala en la banca española, especialmente en BBVA, Banco Santander, Banco Sabadell y CaixaBank, los más activos en las emisiones de este tipo de deuda no sólo en España sino en Europa. De hecho, el pasado año emitieron el 33% de este tipo de deuda. A todo ello, se suma el riesgo propio de la deuda soberana española, cuyo nivel de endeudamiento se sitúa en el 113% sobre el PIB, una riqueza inflada a su vez por la inflación.
EL MERCADO DE DEUDA ESTÁ EN PELIGRO DE QUIEBRA
«Desde mi punto de vista, todos los inversores están preocupados por el riesgo de la deuda española que se le puede exigir a tipos más elevados, para compensar así el riesgo adicional de prestar dinero al gobierno español. Es un mercado que está en peligro de quiebra», ha afirmado Diego Morín, analista de IG Markets, a preguntas de MERCA2.
LA DEUDA EN MANOS DE LA BANCA ALCANZA EL 7,5% DE LOS ACTIVOS
«Desde la crisis de deuda soberana de la eurozona entre 2010 y 2011, los bancos españoles tuvieron que reducir su exposición a dicha deuda. Según el Banco de España, la exposición de los bancos españoles a la deuda soberana española representaba algo más de un 7,5% de sus activos totales», ha sostenido.
En relación a los CoCos, «es un tipo de valor ‘híbrido’ que tiene características de deuda como de capital, destacando que se convierte el bono en acciones si se produce un evento especifico, es decir, una disminución del capital del banco o algún cambio regulatorio». «Así, considero que estos productos están diseñados para generar cierto ‘colchón’ a las instituciones financieras en momentos como el vivido, evitando quiebras de bancos -con excepciones-. Para mí, considero esto deuda de riesgo», ha considerado.
En un principio, son fondos muy beneficiosos para los emisores al dotar de una mayor liquidez y provisionar aún más sus abultados colchones, pero tras la extinción de Credit Suisse y posterior compra de UBS, así como las quiebras de Silicon Valley Bank y Silvergate, así como las inyecciones a First Republic han puesto en guardia a los inversores, que exigen cada vez un mayor interés por esta deuda de alto riesgo y calificada en la nomenclatura económica como AT1, es decir, activos de alto riesgo e incobrable.
INTERESES DISPARADOS EN LOS ‘CoCoS’
El pasado año, este tipo de deuda llegó a emitirse con un interés superior al 8%, una rentabilidad importante en un contexto de tipos de interés al alza en todo el mundo. El nivel alcanzado ahora por estos bonos se sitúa cerca del 13% tras la última subida de tipos del BCE, que ha dejado el precio oficial del euro en el 3,5%. Un día antes de esta decisión, CaixaBank decidió emitir 750 millones de euros a un tipo del 8,25% anual, que se abonará de forma trimestral.
Tal es el riesgo en esta inversión que «el banco puede optar, a su sola y absoluta discreción, por cancelar el pago de cualquier distribución en su totalidad o en parte en cualquier momento» si se cumplen una serie de requisitos. Asimismo, también puede producirse un escenario en el que se abone una parte o ni un sólo céntimo si, por ejemplo, la autoridad competente así lo exige al exceder las provisiones máximas distribuibles o se incumplen restricciones regulatorias.
En la última semana, este tipo de deuda está en el ojo del huracán. No es para menos. Dado que su valor baja con las continúas subidas de interés de los bancos centrales, pero al mismo tiempo puede llegar a sobrepasar los niveles de peligro y por los cuales la banca puede cancelar directamente el pago para amortizar el activo y convertirlo en acciones de la propia entidad financiera. Pese a ser un activo de alto riesgo, la confianza del mercado se concentra en el emisor. ¿Quién no confía en Banco Santander, CaixaBank, BBVA o Banco Sabadell? Esta cuestión es crucial por en el momento en que se realiza.
LA DEUDA CALIFICADA COMO AT1, EL MAYOR RIESGO EN LA BANCA
¿Quién auguró la quiebra y desaparición en Credit Suisse? Si bien es cierto, el banco lleva en problemas desde hace una década, con una caída en Bolsa superior al 98% desde los máximos de 2007. Pero no ha sido cuando apenas quedaba un último aliento cuando se han desatado las alarmas. El motivo no es por la situación del banco, sino porque las autoridades han colocado toda la responsabilidad en los accionistas y tenedores de deuda de mayor riesgo, como los AT1. Si éstos valen cero, por qué no iban a valer lo mismo en el resto de entidades financieras. Este es el verdadero miedo que se desató en los mercados y por el que la banca sufrió un severo castigo.
Banco Santander, BBVA, Banco Sabadell y CaixaBank fueron especialmente golpeados en el Ibex 35 por esta crisis de confianza, un efecto contagio derivado de los problemas de la que era entonces la segunda entidad financiera de Suiza. Y es que, el temor a un estado de valor cero en las participaciones preferentes o deuda perpetua se desató a uno y otro lado del Atlántico. Más, cuando no son reembolsables a opción de los tenedores en ningún momento, más allá de venderlas en los mercados secundarios de deuda. Sólo el emisor tiene la potestad de abonarlas. De ahí, que un inversor tenga que abonar un mínimo de 200.000 euros para invertir en este tipo de productos.
El riesgo es tal que las condiciones de esta deuda cambian si aparecen escenarios que dañan el capital o bien se producen eventos fiscales. En sus advertencias, la banca señala que podrían modificarse o sustituirse estas participaciones preferentes «sin el consentimiento o aprobación» de sus tenedores.
LA DEUDA DE MAYOR RIESGO, UN AVISPERO EN EL MERCADO
También se pueden modificar si la ratio CET1, que mide la solvencia del banco, cae por debajo de ciertos niveles. Por el momento, son cotas muy bajas respecto a las registradas a cierre del pasado ejercicio y las perspectivas apuntan que la banca española resiste con fuerza esta tormenta perfecta que se está produciendo por la acción de los bancos centrales, especialmente del BCE.
En este caso, la liquidación consistiría en convertir en acciones de nueva emisión, «una ampliación de capital que provocaría una dilución entre los accionistas», según señalan fuentes del mercado a MERCA2. Las agencias de calificación no dudan en situar este tipo de bonos a tan sólo un escalón del grado de inversión, es decir, a casi bono basura.
Este año, BBVA, Banco Santander, CaixaBank, Sabadell, Abanca y otras entidades han afrontado o afrontan vencimientos de este tipo de deuda por valor de 3.500 millones de euros. Banco Sabadell esquivó la recompra de 400 millones de euros con un interés del 6,125% el pasado mes de noviembre y se reservó su derecho de hacerlo en próximas ventanillas. El motivo de esta decisión fue la subida de los tipos de interés. En la siguiente colocación, por valor de 500 millones, tuvo una demanda de 1.500 millones de euros dado el aumento de la rentabilidad, por encima del 9%.
EL SECTOR FINANCIERO, NO APTO PARA CARDIACOS
Con las subidas del precio del euro y la práctica desaparición de Credit Suisse, este producto ha generado diversas dudas entre los inversores más escépticos, más cuando existe una alta probabilidad de que se haya creado una burbuja de deuda desde que los bancos centrales decidieron situar el precio del dinero en el 0%.
Así, Morín cree que asistimos en este momento a una «enorme burbuja de deuda que ha crecido en el tiempo y continúa aumentando a niveles desorbitados, con países como Grecia, Italia, España o Francia por encima del 120%». En cuanto al estallido de la deuda, «los bancos centrales continúan con sus planes de inyección de liquidez o garantizar la misma, como han dicho estos días para evitar un miedo generalizado que provoque un colapso financiero, pero la situación de Silicon Valley Bank (SVB) con otros bancos regionales americanos siguen estando en el ojo de los inversores».
Respecto a si es momento de entrar en la banca tras el castigo recibido la semana pasada, el experto de IG Markets considera que los inversores deben medir su perfil de riesgo debido a que en el corto plazo «hemos visto correcciones lógicas por el miedo a contagio tras la caída de SVB o Credit Suisse, pero seguimos viendo riesgos en el sector, pese a que la banca española, por ejemplo, sigue siendo sólida». En este sentido, él se mantiene fuera del sector.