El Consejo de Expertos Económicos del Gobierno de Alemania, conocido popularmente como los ‘sabios’, ha revisado al alza sus expectativas de crecimiento para la ‘locomotora europea’, mientras que anticipan que la inflación seguirá elevada tras tocar techo en 2022 y esperan que las recientes tensiones en los mercados no supondrán una amenaza para la estabilidad financiera.
En su análisis, los expertos destacan la mejoría de las perspectivas a corto plazo para la economía alemana, aunque admiten que la situación sigue siendo tensa y la elevada inflación continúa inhibiendo la actividad. De este modo, prevén que el producto interior bruto (PIB) de Alemania crecerá este año un 0,2%, cuando anteriormente anticipaban una contracción de dos décimas, mientras que para 2024 espera un crecimiento del 1,3%.
«La pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación, las condiciones de financiación más estrictas y la lenta recuperación de la demanda extranjera evitarán un repunte más fuerte este año y el próximo», ha explicado Monika Schnitzer, presidenta del Consejo.
Según los ‘sabios’, la inflación alemana alcanzó su punto máximo en el otoño de 2022, aunque advierten de que aún sigue en niveles elevados y es probable que sólo disminuya lentamente. De este modo, auguran una tasa de inflación promedio del 6,6% en 2023, por debajo del 8% que anticipaban anteriormente, en 2023, aunque advierten de que la tasa de inflación tiene una base «cada vez más amplia», por lo que es probable que los precios más altos y los aumentos salariales esperados mantengan elevada la tasa del IPC «hasta bien entrado el próximo año», cuando podría moderarse al 3%.
En este sentido, Ulrike Malmendier, una de las consejeras, ha señalado que la inflación sigue estando muy por encima del objetivo del BCE, lo que sugiere la necesidad de nuevas subidas de tipos de interés este año. «Sin embargo, el alto nivel de incertidumbre en los mercados financieros en las últimas semanas ha dificultado que los bancos centrales contrarresten la inflación», ha apuntado.
En este sentido, el Consejo «no ve en riesgo la estabilidad financiera» y subraya que, a diferencia de la crisis financiera mundial de 2008, los problemas de bancos individuales no reflejan productos financieros sin valor, destacando que el mercado interbancario y la oferta de crédito a la economía se encuentran actualmente intactos.
Por otro lado, a pesar de estos desafíos económicos, el desempeño del mercado laboral en Alemania es estable y se prevé que el empleo aumente ligeramente hasta finales de 2024, mientras que los expertos esperan que los salarios efectivos aumenten significativamente, en un 5,9% y un 4,5% en 2023 y 2024, respectivamente.
«En 2023, se espera que los salarios crezcan menos que la inflación. No se espera que los salarios reales aumenten hasta el próximo año. Solo entonces se espera que el aumento de los salarios reales estimule el consumo privado», ha señalado el consejero Achim Truger.
En cuanto a la evolución de las finanzas públicas alemanas, el Consejo espera una mejor evolución del gasto, después de los frenos a la energía implementados desde octubre de 2022, por lo que prevé que el saldo presupuestario en 2023 arroje un déficit del 1,6% del PIB y del 0,4% en 2024. A su vez, confía en que la relación entre deuda y PIB caiga del 67,4% de 2022 al 63,5% en 2024.