sábado, 14 diciembre 2024

Los fondos acreedores y los Rubiralta recrudecen la guerra en Celsa

Los fondos acreedores de Celsa no sueltan la presa. Un informe independiente, encargado por Lexaudit a Grant Thornton, valora a la principal industrial de Cataluña en un rango entre los 1.800 y 2.800 millones de euros. Estas cifras son entre tres y dos veces inferiores al valor que otorgan la banca y fondos de inversión acreditados a la compañía, cuyo análisis otorga los 6.000 millones de euros, según fuentes cercanas a la compañía consultadas por MERCA2.

Grant Thornton no ha desvelado en su informe las cifras que ha manejado para alcanzar un valor tan bajo y choca frontalmente con las cifras anunciadas por los Rubiralta. La valoración realizada por la consultora británica equivale prácticamente a la deuda en manos de los acreedores, unos 2.800 millones de euros. Es decir, en quiebra técnica dado que no tendría capacidad para continuar su negocio y hacer frente a los pagos de los acreedores.

La propuesta de financiación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) exige que el 51% de las acciones de la empresa permanezcan en manos de sus actuales accionistas

Los fondos acreedores han señalado que Celsa «carece de valor» y por tanto «cualquier valor concedido al accionista supondría una pérdida directa e incremental para los acreedores». Las mismas fuentes indican que la «propuesta de financiación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) exige que el 51% de las acciones de la empresa permanezcan en manos de sus actuales accionistas». Con esta condición, la disponibilidad de fondos públicos requeriría «aumentar el patrimonio neto de unos particulares -la familia Rubiralta- a expensas de los demás accionistas de la empresa».

UNA REESTRUCTURACIÓN CON LA SALIDA DE RUBIRALTA EN CELSA

Para evitarlo, los fondos propusieron un plan de reestructuración para reducir los niveles de deuda actuales, con garantía para continuar la actividad de la compañía y la seguridad de los trabajadores. Para ello, buscan abrir una «nueva etapa para la empresa y consolidar el liderazgo en el sector siderúrgico español, así como su posición como uno de los principales actores dentro de Europa. En este sentido, han pedido a cambio la dimisión de Francesc Rubiralta.

Planta de Celsa en Reino Unido
Planta de Celsa en Reino Unido

Economistas y consultores han dado su opinión para MERCA2. Algunos de ellos indican que es posible que Celsa tenga una valoración equivalente a su deuda, atendiendo a los datos de 2020 e incluso de 2021. No obstante, ven difícil alcanzar una valoración de 1.800 millones cuando la compañía ha registrado récords de facturación y rentabilidad en 2022, muy superiores y cuando los precios energéticos se han abaratado respecto al pasado año, reduciendo así los costes.

En concreto, facturó 6.084 millones de euros, mientras que el Ebitda de la compañía se sitúo en los 867 millones. Es decir, cifras nunca vistas en la principal siderúrgica española, más cuando se han superado los datos de 2021. En concreto, la facturación creció en un 15% el pasado ejercicio respecto a los 5.283 millones realizados en 2021, mientras el Ebitda subió en un 29,4% frente a los 670 millones obtenidos en el año anterior.

FUERTES DIFERENCIAS EN LAS VALORACIONES DE CELSA

Fuentes cercanas a la compañía indican que se dispone de valoraciones realizadas por bancos de inversión internacionales que reflejan una valoración del Grupo Celsa superior a los 6.000 millones de euros. Estas valoraciones están basadas en proyecciones actualizadas del plan de negocio y realizadas a principios de este año 2023. Ambas valoraciones han sido comunicadas al experto independiente y al juez, según afirman las fuentes.

Para los fondos, el valor de Celsa antes de la deuda es inferior a los 2.800 millones de euros, mientras la deuda total alcanza los 3.500 millones. Lexaudit es el mismo asesor que utilizó la SEPI para llegar a la cifra de 550 millones de euros del rescate de Celsa.

Los ocho fondos acreedores de Celsa se han reunido con el francés Lazard, asesor de la familia Rubiralta en esta situación, según ha informado El Confidencial, para tratar de acercar posturas y lograr un acuerdo. En la reunión, Lazard, a través de su hombre en España, Pedro Pasquín, impuso sus condiciones.

REUNIONES DE CELSA Y LOS FONDOS EN LONDRES

Por un lado, los Rubiralta mantendrán el 51% del capital y continuarán gestionando la compañía. Los fondos, por su parte, buscan el control y apartar a Francesc Rubiralta de la cúpula, una pretensión muy complicada dada los requisitos aceptados por la SEPI en el rescate.

La familia está anclada en esta postura frente a los combativos Deutsche Bank y SPV, que ha adquirido la deuda de Celsa en manos de Goldman Sachs. Para tratar de desmontar las cifras de los Rubiralta, los fondos han encargado a Deloitte una valoración propia. La última tasación la dirá el juez.


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