Fue un territorio de 26,7 kilómetros cuadrados y de aproximadamente 1000 habitantes, reconocido por España y Portugal en el que no gobernaron reyes ni señores feudales, sino que fueron los propios vecinos quienes estuvieron al mando.
Este estado independiente mantuvo dicha condición hasta 1864 cuando el Tratado de Lindes de Lisboa marcó el fin de este microestado y de los derechos que ostentaban sus habitantes, pasando a formar parte de España.