viernes, 13 diciembre 2024

El regateo refleja la especulación en viviendas de segunda mano

Las viviendas aún son para muchos una forma de rentabilizar una inversión, sin tener en cuenta las condiciones del mercado o la capacidad adquisitiva actual de la población. Así lo dice un estudio de Century21, titulado ‘II Observatorio sobre el Mercado de la Vivienda’, que refleja que el precio final de la venta de un inmueble es un 28% inferior a la tasación inicial.

En cifras, el precio medio inicial de una vivienda en venta roza los 190.000 euros. Un precio que termina por descender en más de 50.000 euros (hasta los 136.432 euros) tras largas conversaciones que lo único que refrendan es que el regateo es la única forma de combatir la especulación. Century21 considera imprescindible conseguir establecer unos precios competitivos ajustados que se adecúen a la situación actual.

No obstante, la compañía considera que se vislumbra “una clara desaceleración con respecto al precio y número de transacciones de la vivienda de segunda mano”, que implicaría “una estabilización tanto de los precios como del número de transacciones a corto y medio plazo”.  

Sin este regateo previo, la gran mayoría de viviendas son inaccesibles para el mercado en el que se encuentran los más jóvenes, que se ven forzados a renunciar a su objetivo y recurrir al alquiler como única vía para emanciparse. Una problemática causada únicamente por considerar la compra-venta una fórmula de inversión. Los datos son claros: un 9% más de personas ha optado por escoger el alquiler entre 2011 y 2018.

Ricardo Sousa, consejero delegado de Century21 para España y Portugal, ha afirmado que “Los propietarios fijan sus precios de viviendas con unas expectativas que no responden, en absoluto, a la realidad de la situación del mercado inmobiliario español».

Desde Century21 confían en que la desaceleración registrada evite que aumente el especulamiento y se facilite la venta de viviendas sin la necesidad de un regateo, cuya media es de 51.958 euros. Un dato que refleja el desorbitado precio de salida y la ‘trampa’ que supone para aquellos compradores que no negocian esa cantidad.


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