El ceo de GSMA, John Hoffman, se ha mostrado orgulloso del «legado» que deja el Mobile World Congress (MWC) en Barcelona a través de la Fundación Mobile World Capital (MWCapital).
Lo ha dicho este sábado en un encuentro en el Mirador de la Torre Glòries con el ceo de MWCapital, Francesc Fajula, poco antes del congreso que se celebrará del lunes al jueves en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona.
Hoffman ha explicado que el objetivo era crear un banco de pruebas para el ecosistema digital y que ahora «se están recogiendo los primeros frutos».
Ha asegurado que «algún día, en 200 años, cuando el MWC no esté más en el centro, seguirá habiendo un ecosistema tecnológico. Esto es el legado que queda».
Si queréis que Barcelona sea un hogar para la tecnología, solo es necesario tiempo», ha añadido, y ha mostrado su satisfacción por el éxito que ha tenido hasta el momento la iniciativa.
También ha asegurado que Barcelona debe «encontrar el equilibrio entre ser una ciudad demasiado acogedora y ser relajada» en su relación con el resto del mundo, y entiende que en el pasado una parte de la ciudadanía se preguntara si el MWC era necesario.
Ha afirmado además que Barcelona debe encontrar qué funciona y ha subrayado que lo que funciona en la actualidad no tiene por qué funcionar en el futuro.
Sobre el congreso, ha dicho que el MWC ha evolucionado en los últimos años desde un congreso de móviles hasta un congreso tecnológico: «No hablo de dispositivos móviles. Son una herramienta, pero no nos preocupamos de hablar más de teléfonos; nos preocupamos de hablar sobre como la tecnología puede transformar el mundo».
Considera necesario ver la tecnología como una herramienta y de enseñar a la gente a usar esta herramienta, incluyendo educar a los jóvenes y ayudar a los mayores.
Hoffman ha explicado que el mundo hay 3.200 millones de personas que no tienen acceso a esta tecnología y que «solo 600 millones» son de países subdesarrollados.
Francesc Fajula ha asegurado que el ecosistema actual en la ciudad «no tiene nada que ver con el que había hace 15 años» y ha destacado que la tecnología debe usarse para ayudar a la gente.
Ambos han destacado la necesidad de ver el fracaso como un aprendizaje y han celebrado que la visión del fracaso que se tiene en el ecosistema tecnológico de Barcelona ha cambiado en los últimos años.
Fajula ha recordado que en Estados Unidos se ve como una necesidad haber fracasado previamente, «por los conocimientos que te da hacerlo».
Hoffman ha destacado que «el fracaso es parte del proceso» y ha apuntado que las escuelas deberían enseñarlo.