El 18 de febrero, SpaceX se preparaba para un hito histórico. La compañía, fundada en 2002, iba a lanzar su nuevo sistema, el llamado Dragon, a la Estación Espacial Internacional. La misión, llamada CRS-10 (commercial ressuply services, servicios de reabastecimiento comercial), es la décima en la que la compañía de Musk participa.
La nave iba a despegar desde la plataforma Launch Complex 39A. Aunque el nombre no resulta especialmente glamuroso, esa estructura de hormigón ha presenciado muchos más momentos históricos. Desde la 39A partieron gran parte (si no todas) de las misiones del programa Apollo (entre ellas la decimoprimera), la lanzadera y, también, el Falcon 9 con la cápsula Dragon de SpaceX.
El cohete iba a despegar desde la misma plataforma que el Apollo 11
Trece segundos antes el lanzamiento se canceló.
Un sistema pareció no responder correctamente. Este sistema está diseñado para controlar la segunda fase del cohete, puesto que ésta solo tiene un motor.
Musk, sin embargo, aseguró que no se había evitado despegar por miedo, sino por un exceso de cautela.
Btw, 99% likely to be fine (closed loop TVC wd overcome error), but that 1% chance isn't worth rolling the dice. Better to wait a day.
— Elon Musk (@elonmusk) February 18, 2017
Este no es el primer problema al que CRS-10 se ha enfrentado.
En un principio, esta misión debía haberse producido desde otra de las plataformas de SpaceX. Sin embargo, el 1 de septiembre de 2016, uno de los cohetes de la compañía reventó reventó mientras repostaba. Muchas teorías se han aducido acerca de este incidente. Incluso hubo quien creyó ver a un francotirador apostado en un edificio de United Launch Alliance (un proyecto de los competidores Boeing y Lockheed Martin).
En septiembre, un Falcon 9 explotó mientras llenaban el depósito
SpaceX instaló un nuevo mecanismo para vigilar la presión del sistema y, aunque no se activó antes del despegue, sí que pareció haber problemas con el sistema de control mencionado anteriormente.
Pero todo salió bien. El 19 de febrero, a las 9.38 de Florida, el Falcon 9, despegó rumbo a la Estación Espacial Internacional sin ninguna clase de problema.
Unos diez minutos después de despegar, a las 9.47, el cohete aterrizó verticalmente y, por primera vez, sobre la histórica 39A, que vio por primera vez no sólo un despegue sino también un aterrizaje de una primera fase. El octavo aterrizaje de un cohete Falcon9 fue además el primer aterrizaje realizado a plena luz del día.
La cápsula Dragon llegará a la EEI unos dos días después de despegar, puesto que el sistema no puede dirigirse directamente contra la Estación, de manera que la Dragon tiene que perseguirla. Esto se debe a que el proceso de acoplamiento de la EEI es muy delicado y requiere precisión.
(Para ver el despegue, el webcast de SpaceX está disponible en Youtube)