Haciendo somos todos. Y las constructoras también. Si sumamos sólo el impuesto sobre beneficios que pagaron durante 2018, la suma de OHL, Sacyr, FCC, ACS y Ferrovial alcanza la cifra de 223,9 millones de euros.
En esta particular ‘carrera’, la pole position es para ACS, que desembolsó 117 millones al fisco por sus beneficios. Y es que la compañía a los mandos de Florentino Pérez, sólo en España, tuvo un beneficio antes de impuestos de 284,9 millones de euros. Tras ACS, quien hizo un pago mayor fue FCC. En concreto, la nave presidida por Esther Alcocer Koplowitz tuvo un beneficio antes de impuestos de 239,9 millones de euros. Eso le obligó a tener que desembolsar por este concepto 71,6 millones de euros.
La mayor actividad constructora del grupo presidido por Florentino Pérez hizo que ocupara el primer cajón del podio en pago al fisco por beneficios
La hipotética medalla de bronce en este campo fue para OHL. A pesar de que sus pérdidas superaron los 313 millones de euros, la compañía dirigida por José Antonio Fernández Gallar pagó por beneficios 13,4 millones de euros en España. Su homónimo en Sacyr, Manuel Manrique, tampoco se libró de la ‘quema’, y su beneficio antes de impuestos de 167,63 millones se tradujo en 12,9 millones de euros para el fisco. El ‘farolillo rojo’ es para Ferrovial, que pagó 9 millones en lo que denomina como impuestos corporativos.
El impuesto sobre beneficios no fue el único ‘culpable’ que hizo que las constructoras pasaran por la caja de Hacienda. Siguiendo con Ferrovial, por poner un ejemplo, su desembolsó al fisco engordó en 356,6 millones de euros por lo que denomina como ‘contribuciones como empleados a la Seguridad Social y otros impuestos’ que no especifica. Derivado de su actividad, pero soportados por otros (IVA recaudado, impuestos por empleo y contribución a la Seguridad Social de los empleados), supuso un gasto de 396,3 millones. En total, Ferrovial pagó sólo en España 762 millones de euros.
En el caso de Sacyr, el total por todos los conceptos anteriormente reseñados en Ferrovial, alcanzó la cifra de 198,9 millones (12,9 millones en impuesto sobre beneficios, 205,4 millones en otros impuestos soportados, y 198,9 millones en tributos recaudados).
LA VIDA SIGUE IGUAL PARA LAS CONSTRUCTORAS
La contribución fiscal que las constructoras hacen a las administraciones públicas no abarca sólo la imposición sobre beneficios, sino también otras cargas sociales o fiscales que tienen que satisfacer. Ahí caben desde las cargas sociales relativas al personal propio, como las cargas e impuestos que previamente se detraen de las percepciones salariales. Tampoco conviene olvidar otros impuestos, como los denominados como especiales (carburantes), o las tasas de obra.
A aquellas constructoras que no le salieron las cuentas durante 2018 les siguen sin salir en el primer trimestre de 2019. Esta frase resume el devenir de ACS, Sacyr, FCC, Ferrovial, y OHL. Las tres primeras siguieron con sus números verdes, mientras que las dos últimas constructoras no dejaron atrás sus números rojos.
Así, y de enero a marzo, ACS tuvo un ebitda (beneficio bruto de explotación) de 761 millones, un ebit (beneficio neto de explotación) de 501 millones, y un beneficio neto de 282 millones. Sacyr, por su parte, cosechó un ebitda de 143 millones, y un beneficio neto de 38 millones. Y FCC, un ebitda de 207,8 millones, y un beneficio neto atribuible de 72,4 millones. En el ‘lado oscuro’, Ferrovial tuvo un resultado neto negativo de 98 millones por una provisión de 345 millones, mientras que los números rojos de OHL fueron de 7,7 millones tras no sumar beneficios ni ampliar la cartera de pedidos.