La atención sanitaria dispone de un gran número de recursos para abordar la complejidad del tratamiento de las personas que han perdido irreversiblemente su estado de salud y bienestar, una situación que puede plantear dudas sobre si las medidas terapéuticas empleadas son potencialmente beneficiosas para la vida del paciente o si solo implican prolongar la transición a la muerte.
Por ese motivo, y considerando indispensable dotar al personal socio-sanitario de herramientas que les permitan afrontar este tipo de escenarios tan delicados, la Fundación Jiménez Díaz organizó recientemente la jornada «Manejo del paciente crónico complejo con necesidades paliativas en el medio residencial», dirigida al equipo que forma parte de las residencias de mayores, médicos, enfermeras, auxiliares y todo aquellos que se encuentran en los centros sanitarios, para «responder a la demanda asistencial del personal de diferentes instituciones del área, en relación con la mejora en la comunicación con las familias de los pacientes con enfermedad crónica avanzada», indica la Dra. Esther Lueje Alonso, especialista del Servicio de Geriatría del hospital madrileño.
El paciente crónico complejo «es aquel con patologías crónicas en estadio avanzado que implican una condición de fragilidad, dependencia y multimorbilidad que le hace más vulnerable frente a los procesos agudos intercurrentes, lo que hace que el objetivo del tratamiento no sea la curación, sino un enfoque paliativo en el que se priorice el confort», afirma la geriatra. «Sin embargo -apunta-, el abordaje paliativo no contraindica el específico de la enfermedad de base, ya que se busca ofrecer una atención sincrónica, compartida y combinada».
La alta prevalencia de este perfil, que precisa de atención paliativa, se debe al contexto epidemiológico actual, en el que la calidad de la medicina y las pruebas diagnósticas y terapéuticas disponibles permiten alargar la vida a pesar de padecer múltiples patologías mientras estas permanecen estables.
Abordaje de los pacientes crónicos en la Fundación Jiménez Díaz
La Unidad de Soporte Hospitalario de la Fundación Jiménez Díaz abordar situaciones de alta complejidad desde el punto de vista multidisciplinar. Así lo explicaron el Dr. Álvaro Gándara del Castillo, especialista de esta unidad y también colaborador de la Unidad de Cuidados Paliativos, y Esther Martín Molpeceres, psicóloga del Equipo de Atención Psicosocial de la Fundación Caixa en el hospital madrileño, quienes participaron en la sesión de «Comunicación e información en el paciente crónico complejo» facilitando habilidades en estos ámbitos dirigidas tanto a los afectados como a sus familiares, ya que «en la relación con los sanitarios que les atienden surgen multitud de conflictos y problemas que requieren de una formación específica y de un conocimiento en materias como la Bioética y la Psicología.
Por ese motivo, subraya la importancia de seguir una serie de técnicas que forman parte de la capacitación en cuidados paliativos, hacer uso tanto de los recursos del lenguaje verbal como del no verbal y aplicar técnicas de counselling para ayudar a los pacientes a hablar sobre sus problemas emocionales.
La Enfermería también cobró gran protagonismo a lo largo de la jornada. Y es que, según Marina Verano de la Torre, enfermera de Continuidad Asistencial de la Fundación Jiménez Díaz, «la continuidad de cuidados consiste en garantizar los cuidados enfermeros y el seguimiento en las transiciones asistenciales mediante la coordinación eficaz entre los distintos niveles». «Los pacientes crónicos complejos suelen necesitar muchos recursos a lo largo de la evolución de su enfermedad y frecuentan mucho tanto la Atención Primaria como la Especializada, especialmente en el último año de vida», asevera. Por eso, desde Enfermería de Continuidad Asistencial se detecta este tipo de pacientes durante el ingreso y se pone en marcha la coordinación multidisciplinar al alta con su centro de salud o sociosanitario para dar una respuesta integral, continua, segura y eficiente.
El encuentro también contó con la participación de la enfermera del Equipo de Soporte Hospitalario Isabel Donoso Muñoz-Torre, que hizo referencia a la adaptación del plan de cuidados al final de la vida, entre ellos, de los fármacos e infusores elastoméricos, dispositivos que permiten administrar fármacos de forma constante por diferentes vías como la intravenosa, epidural y subcutánea. Este tipo de dispositivos están adaptados a cada caso y no precisan de hospitalización, de tal forma que, previa preparación por parte del personal sanitario, tanto los propios pacientes como sus familiares pueden realizar los cuidados que requieren desde el domicilio.