El 90% de los consumidores ha cambiado sus hábitos alimentarios por la inflación, priorizando los productos en oferta, las marcas blancas o los súper ‘low cost’ y, en menor medida, reduciendo el consumo de alimentos frescos, según la encuesta realizada en diciembre por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
En concreto, el informe revela que la mayoría de los europeos considera que su situación financiera ha empeorado respecto a la de hace un año, mientras que destaca el significativo aumento de hogares que atraviesan dificultades económicas, que en el caso de España ha pasado del 23% al 35% en los últimos ocho meses, que se ven obligados a recurrir a sus ahorros para llegar a final de mes (60%), a pedir dinero a familiares y amigos (32%) o solicitar un préstamo al banco (18%).
Entre los factores que más han contribuido al deterioro de las economías domésticas en España destaca la inflación, especialmente en el ámbito de los alimentos, donde ha registrado récords históricos a finales de año.
De esta forma, la gran parte de los consumidores han modificado sus hábitos alimentarios, priorizando los productos en oferta (69% de los encuestados), primando las marcas blancas (66%) y los súper ‘low cost’ (58%).
Al mismo tiempo, se está reduciendo el consumo de productos frescos, como la carne y el pescado (32%), pero también las frutas y verduras (18%). Por el contrario, se incrementa el consumo de productos de amplia vida útil, como los alimentos envasados y congelados (28%).
La inflación también está promoviendo nuevos hábitos de consumo domésticos en el ámbito de la energía en nueve de cada diez hogares, siendo el más común el apagar la luz cada vez que se sale de una estancia (72%), seguida por reducir las horas de calefacción (63%), desenchufar el cargador del móvil o de la tablet cuando no se usan (59%) o incluso acortar la duración de la ducha o darle preferencia frente al baño (51%).
El impacto de la inflación también afecta a otros ámbitos. Así, los encuestados apuntan nuevos hábitos de ahorro para reducir el gasto en ocio y hostelería (87%), en ropa y complementos (84%), en viajes (84%), en actividades culturales (80%) y en el uso del coche (74%). Pero también en el presupuesto doméstico para prácticas deportivas (60%), formación (45%) y atención sanitaria (41%), en concreto a lo que corresponde al dentista, al fisio o a las consultas y pruebas diagnósticas.
De esta forma, la OCU ha instado al Gobierno a aumentar de «manera urgente» el importe del cheque de 200 euros, así como el número de beneficiarios, al tiempo que solicita la aplicación del IVA del 0% a la carne y el pescado.
La organización de consumidores también ha pedido una subida de los mínimos personales y familiares en el IRPF (y de las reducciones del trabajo y de autónomos), que corresponden a la parte de la base liquidable que, por destinarse a satisfacer sus necesidades básicas personales y familiares, no se somete a tributación y que de hecho no sea han actualizado desde 2015. Una medida que cree que beneficiaría a todos los contribuyentes, pero sobre todo a pensionistas, familias con hijos a cargo y discapacitados.