viernes, 22 noviembre 2024

El petróleo hunde a Lagarde y su BCE: la estanflación golpea por China

La escalada del precio del petróleo acapara toda la atención. El mercado apunta a China como principal responsable de estas subidas. Según las aportaciones de Bloomberg, Unipec, el mayor comerciante de petróleo del gigante asiático, ha salido a realizar unas «inusuales compras» en estas primeras semanas de enero. En ese tiempo, el precio del barril de crudo se ha disparado más de un 12%.

¿Se espera un mayor aumento de la demanda interna ante la posible apertura de China?

Las compras se realizan en un momento en el que los bancos centrales están preparando el terreno para abocar a la economía mundial a una recesión, con el fin de retirar liquidez del sistema y favorecer una bajada del ritmo de subida de la inflación y tratar de salir de la estanflación -un escenario que se produce cuando el aumento de los precios es superior al del PIB-. Sin embargo, en una recesión se espera que la industria ralentice el ritmo de producción, que la demanda aminore el consumo con fuerza y por tanto el petróleo baje el precio.

LA SUBIDA DEL PETRÓLEO DESCONCIERTA AL MERCADO

Sin embargo, Unipec compra y lo hace a un ritmo muy elevado. La pregunta que se realiza el mercado es por qué una firma china adquiere petróleo en este momento. ¿Ha despertado el gigante asiático de su propia crisis? ¿Se espera un mayor aumento de la demanda interna ante la posible apertura de China? Las respuestas no se encuentran fácilmente.

El mayor comerciante de petróleo de China, Unipec, ha despertado el interés del mercado después de algunas compras inusuales de crudo, mientras inversionistas y analistas buscan pistas sobre el ritmo de recuperación del principal importador del mundo.

El petróleo, desbocado en este inicio de 2023 por China
El petróleo, desbocado en este inicio de 2023 por China

Unipec, el brazo comercial del gigante estatal de refinación Sinopec, compró este mes 18 cargas de petróleo del tipo Upper Zakum, extraído de Abu Dhabi, de cara al mes de marzo. Hasta ahora, Total Energies había encargado tan sólo un buque. La adquisición de la empresa china equivale a unos 9 millones de barriles, es decir, el 60% de la última liberalización de reservas de EE UU. La maniobra presiona los precios al alza, pero muestra una operación fuera de lo común en pleno invierno en Occidente.

EL PETRÓLEO DE SINOPEC Y LA DEMANDA CHINA TRASTOCAN A LOS BANCOS CENTRALES

Una vez en su poder, China decidirá el destino de este ingente pedido. Se desconoce por completo si servirá para la industria del país y sus propias refinerías, o por contra será revendido en el mercado -a precios más elevados- ante las sanciones de EE UU y Europa a Rusia. Los operadores creen que puede darse cualquiera de los dos escenarios.

Sea como fuere, este escenario debería preocupar al Banco Central Europeo y a la Reserva Federal de EE UU. Ambos bancos centrales apuntan que la inflación está controlada, que habrá más subidas, pero no tan bruscas como las registradas hasta ahora. Sin embargo, las subidas del petróleo traen consigo alzas en los costes de toda la cadena de producción y justo ahora implicaría un grave problema para la agresividad de estos organismos.

EL PETRÓLEO SE DISPARA UN 15% EN EUROPA

Si la inflación se desbocara y es muy probable que lo haga a lo largo del año, con estimaciones por encima de los 100 dólares por barril, la única forma de atajarlo sería debilitando al dólar frente al euro y el resto de divisas, es decir, una devaluación que sentaría como un jarro de agua fría a la Administración comandada por Joe Biden.

Y es que, los hogares no sólo perderían poder adquisitivo, sino que su propio dinero perdería poder a la hora de importar bienes de consumo. Este desequilibrio echaría por tierra los esfuerzos de la FED por controlar los precios. El movimiento, según la teoría, sería subir los tipos de interés, pero provocando una recesión más profunda y no «suave», como se ha afirmado hasta ahora.

Cabe destacar, que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, no le temblará el pulso para adoptar las medidas necesarias y controlar la inflación, incluso si con ello «se destruyeran puestos de trabajo». Y es que, una escalada del precio del petróleo a los 115 dólares, como apuntan algunos bancos norteamericanos, significaría un incremento del 40% desde los niveles actuales, en los 81,64 dólares. En caso de calcularlo desde los mínimos recientes, cerca de los 71 dólares por barril, el incremento es del 61%, un disparatado aumento que rompe con las proyecciones del BCE.

En el caso del barril de referencia en Europa, Brent, el precio se ha disparado un 15% desde los mínimos y ha subido por encima de los 86 dólares, un nivel no visto desde finales de noviembre del pasado año.

Si la demanda china se ha recuperado, tal y como apuntan algunas voces del mercado, habrá un mayor pedido de la industria patria, pero tampoco queda claro si habrá una mayor importación de pedidos a EE UU y Europa, cuya demanda está prácticamente anulada por los precios. Todo ello, mientras la OPEP ha recortado la producción en un total de dos millones de barriles diarios. Es decir, mayor presión para los bancos centrales y la recesión en ciernes a uno y otro lado del Atlántico. Por el momento, China toma ventaja a EE UU.


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