El fondo de inversión australiano IFM está dispuesto a seguir aumentado su peso en el capital de Naturgy, pero su objetivo de alcanzar el 17% sólo será posible si Global Infraestructure Partners (GIP) deshoja la margarita y decide venderle una parte de las acciones que posee en el grupo energético español. El Gobierno no quiere que el comprador de la mayoría del paquete sea la francesa Total o la italiana ENI, pero podría aceptar que una parte del 20% de los títulos que están en manos del fondo estadounidense acabaran en manos del grupo que en España representa Jaime Siles y el resto fueran adquiridos por Repsol.
IFM QUIERE OTRO CONSEJERO
Así lo confirman fuentes del sector energético español que aseguran que en estos momentos el mayor problema para que se produzca la desinversión de GIP es el precio de la acción, que ha crecido en los últimos meses y se sitúa en niveles que dificultan la operación: «Repsol podría estar dispuesta a comprar pero no a 26 euros por título y la única posibilidad de que IFM eleve su participación en Naturgy para lograr otro representante en el consejo de administración es que GIP llegara a un acuerdo con la petrolera española».
Como lleva informando MERCA2 desde hace varias semanas –y aunque oficialmente Repsol no lo reconozca públicamente– el deseo del Gobierno es que la petrolera vuelva a convertirse en accionista de Naturgy como socio industrial. Pero las fuentes consultadas indican que el grupo que dirige Josu Jon Imaz no se plantea adquirir títulos al precio actual. «La acción está muy calentada por los acontecimientos geopolíticos recientes, GIP debería haber vendido en 2019 o 2020 pero ahora el mayor obstáculo es el precio», apuntan.
Otras compañías extranjeras –sobre todo la gala TotalEnergies– estarían dispuestas a pagar una prima por lograr su ansiado objetivo de cerrar una gran operación corporativa aprovechando la desinversión de GIP, pero esta opción no gusta en el Palacio de La Moncloa. Y es aquí donde IFM busca la carambola, siempre que La Caixa no considere que dos asientos en el máximo órgano de Gobierno en manos del fondo australiano suponen una amenaza para el control de la empresa.
GUERRA ENTRE IFM Y LA CAIXA
De hecho el reciente aumento de la participación de IFM en Naturgy –superando el 14% del capital– ha sido interpretado en los círculos financieros catalanes como una vuelta a la guerra entre Siles e Isidro Fainé que se cerró tras la creación de Geminis, la operación para dividir Naturgy en dos que se ha quedado en un cajón. Hay una situación de relativa calma en el complicado sudoku accionarial, con CVC Capital Partners y Corporación Financiera Alba prometiendo que no venderán sus títulos pero la Caixa sabe que GIP quiere vender y no se fía del todo de IFM.
El fondo australiano lleva meses difundiendo el mensaje de que quiere ser un inversor estable en Naturgy y que está comprometido con su plan industrial. Y tras la reciente adquisición de acciones en el mercado ha vuelto a expresar su intención de permanecer en el capital a medio y largo plazo. De hecho habría comprado más títulos para llegar a su ansiado 17% –nivel mínimo que se marcó como objetivo en la fallida OPA– pero no puede porque no hay suficiente free float.
el fondo estadounidense gip podría trocear su paquete del 20% para vender una parte a ifm y otra a un socio industrial
Por eso es determinante lo que haga GIP con su paquete del 20%, el cual podría trocear para venderlo a una gran empresa energética, como Repsol, tal como quiere el Gobierno y dejar una parte para IFM. Para ello la cotización de Naturgy debería reducirse, haciendo que el precio fuera atractivo para la petrolera española. Algo que, según las fuentes consultadas, podría ocurrir cuando se cierre haga público el acuerdo entre Argelia y el grupo que preside Reynés con el importe del gas que llegará a España a través de Medgaz en 2023:
«Todavía no se ha acordado el precio del gas que vendrá por gasoducto de Argelia este año. Es algo de lo que no habla públicamente pero el Gobierno del país africano ya ha dejado claro que será superior al pactado para 2022, lo cual tendrá sin duda un impacto en el valor de la acción de Naturgy. Esa sería una buena oportunidad para que GIP cerrara una posible venta».
El escudo antiopas dará algo de tiempo para que este sudoku pueda resolverse sin incorporar inversores extranjeros, que es el deseo del Ministerio de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera y que se ha opuesto públicamente a la escisión de Naturgy en dos compañías a través del citado proyecto Géminis. Ninguno de los implicados quiere hablar de esta cuestión de forma oficial, pero el mercado espera movimientos en los próximos meses. Habrá que esperar a la junta general de accionistas para ver qué posiciones adoptan.