La Navidad es una época de celebración, reuniones y festejos, y aunque todo invita al exceso, es importante moderarse para poder disfrutar de estas fiestas plenamente con buen humor y sin problemas de salud. Muchas personas esperan con ansia estas fechas para comer y beber vino y cava sin restricciones. Los expertos aseguran que no pasa nada porque nos pasemos algunos días de manera puntual porque nuestro cuerpo es muy resistente y puede adaptarse. Pero ese excederse tiene que estar también dentro de unos límites si queremos sentirnos bien al día siguiente y no pasar la jornada con dolores, malestar o directamente problemas de gastroenteritis o indigestión.
1EL CAVA MEJOR AL PRINCIPIO
El estómago está acostumbrado a procesar un volumen determinado de comida y segregar una cantidad concreta de jugos gástricos. Por eso a veces, cuando comemos de más, el organismo no es capaz de asimilarlo, y se producen los problemas digestivos. Además, las copiosas comidas navideñas suelen estar regadas por unas dosis generosas de alcohol, que es uno de los productos que más irritan el estómago y el intestino. En el caso del cava con el que solemos brindar al final de la comida, los expertos recomiendan consumirlo al principio o durante la comida. Al tomar esa copa de espumoso en el postre, se favorece la acidez. Es difícil no brindar con cava o champagne, pero las personas que tienen molestias de forma habitual, es mejor que lo eviten.