Siempre que acaba un año y comienza otro, es intrínseco del ser humano, como fin y principio de algo, hacer o intentar hacer cambios, ya sea en lo material, en actividades o en algo más profundo, lo que llamamos cambiar de vida. Por tanto no hablamos de ir a un gimnasio o aprender un idioma, o propósitos varios que en pocos días o semanas queda en agua de borrajas. Hablamos de cambiar de vida de verdad, de marcarte un objetivo claro y realista e ir a por ello. Veamos cómo hacerlo.
1PARA CAMBIAR DE VIDA NO HAY QUE ESPERAR AL 2 DE ENERO
Decimos 2 de enero porque ya se sabe: la resaca de Nochevieja, festivo, el día más «tonto» o que más nos desubica del año. Pero, al margen de ello, si de verdad se quiere cambiar de vida, cualquier día es idóneo. Simplemente empieza, eso sí, no de golpe y con objetivos inalcanzables, sino pequeños hitos que te irán motivando a avanzar y que además hará que vayas mejorando casi sin esfuerzo y sin darte cuenta.
Se ha comprobado que es vital escribir todo ello, lo que buscas, lo que tienes que hacer, lo que logras cada día, los agradecimientos, lo que falló, tus miedos, incluso apuntar lo que comes, el ejercicio, etc. El mero hecho de escribir te hace cumplir cada día y estar alerta. Así de simple, sin apps complejas, ni Trellos o diagramas indescifrables.