Cuando conducimos un coche las tormentas no son sólo cuestión de lluvia y del temido aquaplaning, el viento puede convertirse en un enemigo muy peligroso si queremos circular con la mayor seguridad posible. Cuando la velocidad del viento alcance cifras amenazadoras (70, 80 o hasta 100 km/), conviene seguir algunas normas fundamentales, casi de supervivencia. Para evitar que esta situación se vuelva en nuestra contra, hay algunos detalles que debemos tener en cuenta y te los vamos a contar a continuación…
1Reducir la velocidad del coche
En el momento que notemos que el coche da bandazos a consecuencia del viento, deberemos reducir la velocidad. De esta manera evitaremos muchos de los efectos del fuerte viento, ya que los cambios de dirección serán menos críticos, se podrán controlar mucho más los balanceos y conseguiremos que el coche no pierda demasiado agarre. Un truco que nos indica si hemos entrado en una zona de viento fuerte, consiste en mirar los árboles que hay al lado de la carretera para comprobar cómo se mueven.