El PIB de España crecerá en 2022 y también lo hará en 2023, pero ni por asomo alcanzará el ritmo previsto a cierre del pasado año. La OCDE era el organismo más optimista sobre la economía española de cara a 2022, con un crecimiento del 5,5%, un nivel más que optimista dados los escenarios actuales. Y es que, tanto la inflación desbocada como la crisis energética golpearán a España en el tercer y cuarto trimestres de este mismo año, pese a la temporada alta para el turismo. De cara al próximo año, los distintos organismos internacionales y nacionales han rebajado el optimismo exacerbado del Gobierno.
La inflación subyacente, que descuenta los precios energéticos y frescos, tardará mucho más en bajar
En abril, dos meses después de la invasión de Rusia a Ucrania, el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Nadia Calviño auguraba un crecimiento del 5,5% para el conjunto del año, una subida importante y más que significativa respecto al resto de países europeos. Para 2023, el crecimiento alcanzaría el 3,9%, mientras que el ritmo continuaría bajo en 2024 y 2025, con un 3,3% y un 2,9%, respectivamente. Dos meses más tarde, en julio, el Ejecutivo mantuvo este optimismo, pero las previsiones eran muy distintas.
LAS QUINIELAS DEL GOBIERNO SOBRE EL PIB, DEMASIADO OPTIMISTAS
La subida del PIB en 2022 alcanzaría el 4,1%, un punto y cuatro décimas de diferencia respecto al pronóstico anterior. Para 2023, apenas un 2,7% del PIB. En aquella estimación, Calviño eludió avanzar cifras para 2024 y 2025. El argumento pasaba por altos precios de la energía, los riesgos de desabastecimiento en el suministro de gas, el endurecimiento de las condiciones monetarias y una previsible desaceleración de la zona euro. «!– /wp:paragraph –>
Tras la llegada del turismo y una inflación superior al 9%, el Gobierno cambió el paso e incremento las previsiones en tres décimas, hasta el 4,4% del PIB. Un alza que podría ser «incluso mayor» por la robustez de la economía española. No obstante, para 2023, el Ejecutivo redujo en medio punto su previsión, hasta el 2,1% del PIB. Todo ello, con optimismo, sin entrar a valorar una situación de recesión e incluso de estanflación.
ESPAÑA TENDRÁ QUE CRECER AL 1,3% COMO MÍNIMO PARA CREAR EMPLEO
Sin embargo, sólo el Gobierno prevé un crecimiento por encima del 4,4% para 2022. El FMI ha rebajado drásticamente su estimación, del 5,5% al 4% en este 2022. Para el próximo año, el organismo apunta un exiguo avance del 1,3%. Cabe recordar que España necesita crecimientos del 2% o superior para poder crear empleo, al menos hasta la entrada de la reforma laboral. Otros estudios indican que desde 2012, con las medidas de Mariano Rajoy, España es capaz de generar empleo neto con subidas del 1,3%.
La quiniela de la OCDE apunta a un crecimiento del 4,4% para este año, en línea con el Gobierno. No obstante, ha rebajado sus estimaciones a lo largo del año y espera que el PIB solo sume un 1,5% para 2023.
LAS ENTIDADES BANCARIAS HUNDEN LAS PREVISIONES DEL GOBIERNO SOBRE EL PIB
El Banco de España, Funcas y entidades bancarias como BBVA, Bankinter y Goldman Sachs han apuntado cifras más bajas. Y es que, estos bancos han constatado un brusco frenazo a partir de este tercer trimestre del año. La caída sería del 0,3% entre julio y septiembre; y del 0,5% en el tramo final del año. Es decir, España entraría en recesión técnica en 2022 y afrontaría este escenario desde el inicio de 2023, según Bankinter. El próximo ejercicio cerrará con un crecimiento del 1,5%.
El Banco de España, por su parte, señala una «desaceleración significativa» en el tercer trimestre, con un crecimiento de apenas una décima. Sin embargo, España crecerá al 4,3% este año, pero un 1,4% el próximo ejercicio. BBVA Research muestra un panorama más sombrío. Pese a revisar al alza la estimación para 2022, del 4,1% al 4,4%, para 2023 apenas crecerá un 1% frente al 1,8% anterior. Recientemente, Goldman Sachs ha mostrado la previsión más pesimista, con un crecimiento del 0,6% para el conjunto de 2023.
Todas estas entidades contemplan un escenario de «profunda recesión» si la inflación continúa desbocada y los bancos centrales se ven obligados a implementar aún más su agresiva política monetaria. «Las presiones inflacionistas podrían requerir subidas aún mayores de los tipos de interés lo que podría llevar a una profunda recesión aumentando, además, la probabilidad de turbulencias financieras», ha destacado BBVA Research.
HASTA EL INE RECONOCE UN FRENAZO EN EL CRECIMIENTO DEL PIB
El propio Instituto Nacional de Estadística, INE, corrobora esta visión. La economía española crecerá «en torno a cero» entre julio y septiembre, ha apuntado Alfredo Cristóbal, director general de Productos Estadísticos. Así, ha asegurado que será una cifra cercana a cero, «un poquito a arriba o abajo». La confirmación de esta declaración se realizará oficialmente la próxima semana.
Asimismo, no se ha aventurado a indicar qué ocurrirá en el cuarto trimestre, donde la inflación ahoga cada vez más a las familias y empresas. «El contexto de incertidumbre es tan grande que no me atrevo a decir qué pasará en el cuarto trimestre, si es crecimiento negativo, a día de hoy todavía no se puede decir nada», ha indicado. Así, destaca que el crecimiento rondará entre el 1% y 2% para 2023, por debajo de los números del Gobierno.
Además, deja un recado para las familias. La inflación subyacente, que descuenta los precios energéticos y frescos, «tardará mucho más en bajar». Con todo, el Gobierno no habla abiertamente de recesión, cuando el dilema se encuentra en si España abrirá la puerta a la estanflación, el peor escenario económico conocido.