Cathie Wood claudica y deja los buenos tiempos para las criptomonedas de cara a los próximos. La inversora que apostó por el bitcoin arroja la toalla y no espera ahora grandes ganancias para estas divisas digitales. El cambio del discurso se produce cuando su ETF estrella, ARKK, se ha hundido un 70% desde máximos y apenas siete meses después de asegurar que, con las condiciones necesarias, el Bitcoin alcanzaría unos estratosféricos 500.000 dólares por unidad, una salvaje de más de un 2.300%.
El error de cálculo de Wood fue la irrupción de la inflación, según ha asegurado ella misma. Sin embargo, sorprende cuanto menos que una inversora, considerada por muchos como una gurú, no haya tenido en cuenta el alza de los precios a la hora de realizar sus predicciones, más cuando el incremento galopante de la inflación se registra desde mediados del pasado ejercicio.
WOOD Y ARK SE BENEFICIARON DE LA BURBUJA TECNOLÓGICA
Sin embargo, su fondo estrella de Ark ha incrementado en los últimos tiempos la captación de inversión. En medio año, 1.500 millones de dólares, pese a que en ese mismo tiempo su cotización se ha desplomado más de un 52%. Este podría ser un síntoma de que el suelo del mercado está muy próximo o bien ya se ha realizado. Por esta razón, algunos analistas consultados por la CNBC apuntan a un fuerte desempeño del fondo, como si de una «explosión alcista» se tratara. Y es que, el dinero inteligente vuelve al mercado cuando los titulares copan las principales portadas, como ha ocurrido durante este criptocrash en el bitcoin y otras monedas virtuales.
El bitcoin, la moneda que Wood intentó introducir en Wall Street a través de un ETF en abril, se ha disparado más de un 16% desde los mínimos del año. Eso sí, aún el desplome desde enero es del 50%. Este rebote es toda una esperanza y es que, pese a los tambores de una recesión en Estados Unidos, los datos de empleo no agrícola publicados este viernes superan todas las expectativas. Si bien, todo apunta a una gran incertidumbre tras el verano, tras una eufórica época estival.
EL DINERO DE WOOD, EN TESTA Y ZOOM
Pese a este presagio agogero, el dinero ha continuado entrando en ARKK, incluso en los peores momentos del año, con la estrepitosa caída de las cotizadas tecnológicas, incluidas en la formación de precios de este instrumento financiero. El fondo, en concreto, contiene un 34% de acciones relacionadas con este sector. Tesla, Zoom, Roku, Block Inc, Twilio, Exact y UiPath, entre otros. El desplome en la mayoría de estas cotizadas desde el inicio del año ha llegado a superar el 70%.
En el mejor de los casos, un 40%, como es Tesla. Asimismo, la mayor parte de estas sociedades cotiza en Wall Street, tan sólo un 5% son europeas y un 1,4% son de la región de Oriente Medio. Asimismo, se trata de un ETF muy agresivo, con numerosas empresas de pequeña o mediana capitalización. No hay protección alguna del inversor en caso de una recesión, a excepción de Twilio, una compañía anticíclica, y dedicada a la certificación online.
La biotecnología es otro de los sectores por los que apuesta este ETF, con un peso total del 22,33%. Automóviles supone el 8%; y los servicios de Telecomunicaciones pesan más de un 10% en el capital. Todo por una apuesta completamente especulativa, sin un fundamento detrás. De hecho, el fondo alcanzó máximos históricos una vez comenzaron a relajarse las medidas contra el Covid-19 y al fuerte incremento de la tecnología, especialmente en las plataformas de entretenimiento y videollamadas.
EL FONDO DE WOOD VOLATILIZA 21.000 M$
El precio del ETF fluctuó a merced de un negocio en modo burbuja, como la registrada en el 2000, pero sin llevarse por delante a las compañías. Por el desagüe han desaparecido cerca de 21.000 millones de dólares de los 28.000 que llegó a tener en sus máximos históricos.
Para los inversores, el fondo ha llegado a tocar su suelo y se busca ahora la rentabilidad a largo plazo, esperando que ninguna de las compañías que conforman el ETF quiebre. Wood asegura que se trata de una inversión a largo plazo y espera que algunas de estas pequeñas empresas -gigantes si se compara su capitalización con las del Ibex 35- puedan dar su salto de calidad y codearse en la Champions League en unos años.
Asimismo, existe también la visión especulativa de este fondo. Caer un 70%, con un criptoinvierno por medio, y mantenerse a flote es cuanto menos señal inequívoca de que no habrá nuevas caídas, o al menos en esta profundidad. No obstante, los expertos consultados por INVERSIÓN creen que se trata de una inversión muy poco selectiva y altamente volátil.
¿HA HECHO SUELO EL SECTOR TECNOLÓGICO?
«No estaría en el fondo si hubiera recesión», ha señalado un analista. Eso sí, admiten que algunas de las compañías podrían despegar, pero no en su mayoría. «Habría recortes de personal y la biotecnología necesita de fuertes inversiones», apuntan.
Además, se han acabado los bajos tipos de interés y ahora llega fijarse en el endeudamiento empresarial. Muchas de las empresas tecnológicas han consumido capital durante la última década y continúan sin ser rentables. Durante la pandemia se dio un gran salto en algunas de estas empresas, pero ahora sin dinero de la Reserva Federal y el miedo a una recesión, el dinero no es tan valiente.
La fuerte caída de Wood en el mercado contrasta con SARK, un ETF inverso -gana con las caídas en el mercado- y que fue lanzado para contrarrestar a ARKK. Desde enero, este vehículo se ha disparado más de un 70%, con 223 millones en la primera mitad del año de nuevo capital. El problema de este fondo es que las tornas girarán si finalmente Wood está en lo cierto y se ha visto el suelo del mercado en el sector tecnológico.