Europa se prepara para uno de los escenarios más difíciles de afrontar a nivel económico y social: el corte de suministro de gas por parte de Rusia. El país liderado por Vladimir Putin es uno de los principales exportadores de gas natural a los países de la zona euro, especialmente a uno de sus motores económicos, Alemania. Algunas firmas de inversión no ven esta situación como la más probable, pero desde Bruselas ya han avisado de los riesgos a los que se enfrentan y preparan el terreno para afrontarla de manera conjunta.
Esta semana Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, destacó la importancia de preparar un plan alternativo ante una reducción o el cierre total del suministro de esta materia prima. Una situación que ya están sufriendo hasta 12 países, entre los que se encuentran Alemania, Italia u Holanda ,en cuanto a interrupciones parciales, y Bulgaria o Polonia, si hablamos de cortes totales del suministro.
Entidades financieras como Deutsche Bank han realizado recientemente sus previsiones macroeconómicas para los próximos meses, augurando una recesión técnica para Estados Unidos, pero no para Europa. El escenario base que han tomado para sus estimaciones no tiene en cuenta el corte de gas, dado que entienden que a Rusia no le interesa económicamente llevar a cabo esta restricción, aunque sí «jugar» con el alza de precios de la materia prima. Si se diera el caso, los expertos del banco alemán dan por hecho que la Unión Europea entraría en recesión técnica.
CAÍDAS DEL 50% EN LOS PRINCIPALES ÍNDICES
En este sentido, el pasado mayo el Banco de España publicó un artículo dentro de uno de sus boletines económicos titulado “Consecuencias económicas de un hipotético cierre comercial entre Rusia y la Unión Europea”. El organismo cuantificaba en 600.000 millones de euros el impacto que puede tener en la economía de la Unión Europea el cierre total a los productos energéticos rusos, un 4,2 en términos de crecimiento de PIB.
«Esto supondría una entrada inmediata en recesión de la Unión Europea para al menos los dos próximos años, ya que el crecimiento previsto para 2022 es del 2,7% y para 2023 del 2,5%. Todo ello sin tener en cuenta el impacto que tendría en la inflación el aumento de los precios de crudo y gas generado por otros productores», explica para Inversión.es Antonio Castelo, analista de iBroker.
El experto destaca que este proceso «pernicioso» aumentaría el impacto en forma de “bola de nieve”, teniendo en cuenta cómo se trasladaría por las diferentes cadenas de distribución de cualquier sector, primario, secundario o terciario. «A nivel de mercado de valores sería difícil de cuantificar, pero no sería descabellado pensar en caídas en el entorno del 50% en los principales índices, caso de confirmarse», añade.
SIN ALTERNATIVAS A RUSIA A CORTO PLAZO
Algunos países de la zona euro ya están sufriendo las consecuencias de este desabastecimiento energético y otros ven con temor un contexto al que no puedan hacer frente. Desde Alemania y Holanda ya han anunciado que quemarán más carbón para reducir la dependencia del gas natural ruso y Francia por su parte hará lo mismo reabriendo una central de carbón y preparando una ley para explotar las centrales de gas del país.
Medidas para paliar parte de los efectos que a corto plazo serán insuficientes, especialmente por la necesidad de una mayor dotación de infraestructuras y sus elevados costes. «Teniendo en cuenta que los políticos casi siempre suelen pecar de optimismo en sus previsiones, que desde la Comisión Europea se diga abiertamente que las posibilidades de sustituir el gas ruso a corto plazo son «limitadas», da una clara idea del problema con el que nos encontramos», asegura Castelo.
«Y, es que, en primer lugar, posibles importaciones alternativas dependerían de infraestructuras específicas que hoy por hoy no existen (terminales de gas licuado, gaseoductos, transportes). Además, hay dudas de que otros países productores puedan incrementar su producción para sustituir las fuentes energéticas rusas«, añade el analista.
RIBERA ASEGURA QUE EL SUMINISTRO EN ESPAÑA ESTÁ CUBIERTO
Por la parte que le toca a España, la dependencia de gas de Rusia se encuentra en un nivel inferior al de otros países. Es por ello que la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha querido calmar las aguas durante la inauguración de la jornada ‘Diálogo político anual. Iniciativa para las regiones del carbón en transición’, celebrada este jueves en Oviedo.
En este sentido, Ribera ha indicado que España está «muy bien posicionada» en su capacidad de almacenamiento de gas en caso de que se produjera el corte de suministro por parte de Rusia. «Estamos muy bien posicionados en nuestra capacidad de almacenamiento de gas natural, muy por encima de nuestra media histórica y muy por encima de lo que están otros países de nuestro entorno», ha destacado la vicepresidenta tercera.
La ministra ha situado la capacidad de almacenamiento del Estado en un 72% y, además, ha señalado que se sumará pronto la capacidad que otorgará la regasificadora de El Musel, en Gijón. Ribera ha definido esta central como «estratégica» ante el anuncio de la Unión Europea de preparar planes de contingencia.
Asimismo, ha señalado que desde el MITECO ya están preparando ese plan y ya han iniciado una ronda de contactos con los diferentes actores, centrándose en facilitar el ahorro y la eficiencia en el consumo de energía y los posibles sustitutos de combustible para disminuir el consumo de gas natural, pero también teniendo en cuenta la solidaridad con otros países de la Unión Europea que están peor posicionados.