Revlon atraviesa su peor momento financiero. La compañía se encuentra en concurso de acreedores, acogida al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos, pero se ha disparado casi un 600% desde entonces. El motivo no es otro que la unidad mostrada por cientos de inversores minoristas que se resisten a la desaparición de la compañía de maquillaje y que ha obligado a los hedge funds, los fondos oportunistas a deshacer sus posiciones asumiendo fuertes pérdidas.
Según los datos de webs especializadas en posiciones cortas, Revlon ostentaba más de un 37% de su capital en manos de los bajistas, posiciones que ganan cuando el precio de la acción cae, el día que se declaró en quiebra. La apuesta era clara y sencilla. Con el concurso de acreedores sus acciones tienden a cero.
REVLON, PENDIENTE DE OFERTAS Y CON EL APOYO DE LOS PARTICULARES
Sin embargo, estos gigantescos fondos no esperaban la fuerza de inversores minoristas ni mucho menos que se desencadenaran la compra masiva de títulos, disparando las acciones desde los 1,17 a los casi 9 dólares con los que cerró el viernes. Y todo, en poco menos de dos semanas. Una revalorización de un 600% y que muestra el lado más salvaje y especulativo de los mercados, a veces ajenos a la economía real. En Reddit, la red social convertida en el punto de reunión de inversores de empresas con dificultades para tratar de acudir al rescate, los hilos sobre Revlon se suceden.
En un inicio, se espera que la compañía acabe troceada y vendida en partes al mejor postor. Por el momento, la acogida voluntaria al concurso de acreedores ha tenido como resultado un préstamos de 350 millones de dólares, momento en el que se inició el ataque bajista, un castigo que se tradujo en un desplome del 50% en una sola jornada. En ese momento, según MarketWatch, era la undécima acción con mayor porcentaje del capital a la baja. Citadel, fondo bajista por excelencia, ostentaba posiciones a la baja y al alza, una estrategia que mantiene el equilibrio hasta que se cancela una de las posiciones. Y es que, en el mercado ya corrían los avisos en numerosa páginas webs: «No toques esta acción».
NO TOQUES ESTA ACCIÓN, EL MENSAJE DE LOS MINORITARIOS DE REVLON
Entre los posibles compradores de Revlon se encuentran tanto Chicago Consulting Group como la india Reliance Industries, que estudia realizar su oferta. La compañía asiática, controlada por el multimillonario Mukesh Ambani, estaría interesado en realizar una oferta por la totalidad de la compañía, según publica hindustantimes. La información se publicó con una caída del 83% desde el inicio del año. Sin embargo, pocas horas después se disparó con fuerza, aminorando las pérdidas al 31%. La compañía, no obstante, ha asegurado que la caída de las ventas y sus dificultades financieras podrían «obstaculizar» su proceso de reestructuración.
Pese a este desplome y con la milagrosa recuperación, el gran beneficiado en esta operación es Ron Perelman, propietario de Revlon, al aumentar su fortuna en más de 300 millones de dólares con esta subida. Revlon inició su actividad en los últimos coletazos de la Gran Depresión, en 1932. Empezó con la venta de esmaltes, para después incluir comenzó hace 90 años vendiendo esmaltes de uñas en medio de la Gran Depresión, y luego añadió los pintalabios y demás productos cosméticos. La marca se internacionalizó 20 años después y desde entonces sus productos forma parte de la cesta habitual en la higiene y cuidado personal.
Estas repentinas subidas en empresas con dificultades es relativamente reciente en los mercados bursátiles. En 2021, el caso de Hertz fue uno de los más llamativos. Las restricciones aún estaban vigentes y la compañía no pudo hacer frente a los enormes costes de mantener flotas sin realizar ingresos.
HERTZ Y GAMESTOP, DOS CLAROS EJEMPLOS
Los nuevos dueños, Knighthead y Certares, acudieron al rescate de la compañía en marzo de ese mismo año, pero a mediados de verano cayó a mínimos históricos, un nivel cercano a los 14,5 dólares, para después dispararse, apoyado también por la gran cantidad de pedidos una vez comenzaron a abrir los países.
No obstante, las escaladas se paran una vez que los particulares ya no disponen de efectivo para continuar comprando acciones. En el caso de Hertz, las acciones de la compañía han perdido prácticamente la mitad desde los máximos de noviembre de 2021. Las caídas este año superan el 26%.
Otro caso sonado es el de GameStop. La cadena de tiendas de consolas, videojuegos y accesorios se declaró también en quiebra y los bajistas trataron de hacer su agosto a finales de diciembre de 2020. Los grandes fondos de inversión atacaron la cotización con una gran porcentaje sobre el capital. Sin embargo, en la misma red social se unieron los pequeños inversores que acudieron como un caballero blanco provocando un aluvión de compras. Para cortar la hemorragia, los fondos tuvieron que comprar las escasas acciones que aún se vendían y dispararon el precio de los títulos.
Los papeles de GameStop multiplicaron su precio por 16 en apenas un mes, para después volver a desplomarse debido a la falta de de liquidez de los particulares. Muchos de ellos, además, aprovecharon el movimiento alcista para vender. La caída fue de casi el 90%, hasta los 40 dólares por título, más del doble de los 18 dólares que ostentaba en pleno ataque de diciembre. En este momento, la acción de GameStop cotiza en unos respetables 135 dólares.