Creada desde 1870 y conocida con el nombre de The Standard Oil Company, (Chevron Corporation), el famoso multimillonario John D. Rockefeller fundó la que sería la compañía más grande del mundo catalogada así durante muchos años. En un impulso por controlar el negocio petrolero, Rockefeller decidió absorber 22 de las 26 empresas del sector a través de actos poco éticos con lo que en el tiempo se conoció como la masacre de Cleveland, tal era el poder de Rockefeller, que la empresa que no le vendía, la quebraba.
Finalmente, alrededor de 1911, año en que el magnate se jubilaría por temas de salud, el tribunal superior de justicia de los Estados Unidos ordenó la división de la Standard Oil Company en 37 empresas distintas gracias a la aprobación de la ley Sherman Antimonopolio. No obstante, el magnate del petróleo mantendría el 30% de todas las empresas con lo cual, día a día se volvería más rico él y su familia hasta el punto de convertirlo en el hombre y familia más rica del planeta, en uno de los filántropos más conocidos de la historia, inversionista, banquero, empresario y para quienes creen en teorías de la conspiración, Rockefeller sería uno de los lideres de organizaciones secretas como los masones e illuminati quienes presuntamente dominan los hilos del mundo.
CHEVRON SE HACE CON MÁS DE 6.000 MILLONES DÓLARES
Luego de adquirir Gulf Oil Corporation a la que otorgaron el nombre de Chevron alrededor de 1984, la compañía comenzó un camino independiente que la potenciaría hasta el punto de llevar sus acciones a revalorizaciones de más de 1.500%, revalorización que sus accionistas han sabido aprovechar y que, entre otras cosas, uno de los principales seguidores de esta compañía petrolera es Warren Buffett, quien mantiene inversión histórica y que cerró con una participación cercana a 4.488 millones de dólares al cierre de 2021 pero que a inicios de 2022, Warren Buffett a través de su firma de inversiones Berkshire Hathaway, incrementó su participación a 26.000 millones de dólares como si supiera de anticipado sobre la incursión bélica de Rusia contra Ucrania y lo que ello representaría para el mundo y específicamente para el sector energético.
Chevron es parte fundamental del sector más boyante de la economía mundial, razón por la cual, de acuerdo con los resultados del primer trimestre de 2022, la compañía registró un beneficio neto atribuido de 6.259 millones de dólares correspondientes a 4.5 veces más que el mismo periodo del año anterior. La producción mundial de gas y petróleo se redujo cerca del 6% en 2020 por la llegada de la pandemia y en 2021 se recuperó cerca de un 10%. Mientras tanto, la facturación de Chevron para el primer trimestre se incrementó un 69,8% alcanzando los 54,3 billones de dólares lo que supone un seguro en el cumplimiento de los objetivos anuales y, por ende, el respectivo pago de dividendo a sus accionistas.
LA FED, CLAVE
En la noche del miércoles, los mercados cerraron al alza por el anuncio de la subida de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos con el fin de atacar la escalada que viene presentando la inflación. Al mismo tiempo, todas las acciones que componen los índices principales de referencia generaron impactos que, para el caso de Chevron, superaron los 2,3% adicional al 8% apoyado en los resultados entregados.
Sin embargo, varios analistas de Wall Street han detallado una situación que desde el punto de vista técnico podría predecir un dolor de cabeza en el corto plazo. Es probable que las acciones de Chevron sigan su escalada alcista la cual se viene marcando con notable acento desde los mínimos creados por la pandemia. Sin embargo, desde hace dos semanas, las acciones vienen presentando una divergencia entre el movimiento alcista del precio y el movimiento bajista del índice de fuerza relativa de gráfico semanal lo cual indica un probable y fuerte retroceso en la acción que podría llevar la inversión de Warren Buffett a una desvalorización cercana al -30%.
Aunque la divergencia se nota claramente en el gráfico de marco semanal, en gráfico de marco mensual el índice se presenta en niveles extremos de sobrecompra, lo cual apoyaría los respectivos retrocesos. Un movimiento de esta magnitud para una acción histórica como lo es Chevron, puede representar la profundización de la crisis actual y el perjuicio general de los mercados.Sin embargo, un retroceso a niveles de soporte (119 dólares por acción) entre octubre de 2018 y 2019 que confluye con el pulso del mercado en el 61,8 de retroceso de Fibonacci, sería el punto de giro al alza en busca nuevos máximos históricos arriba de 180 dólares por acción, lo que representaría un impacto con beneficio de más del 50% estimado a largo plazo.