El petróleo sigue instalado en precios que rondan los 120 dólares por barril. La invasión a Ucrania por parte de Rusia, el tercer mayor productor de crudo del mundo, están causando estragos en los mercados mundiales de productos básicos y el oro negro hace gala de su apodo. Si la situación continúa prolongándose en el tiempo, es muy posible que se produzca una destrucción en la demanda de petróleo, alentada por los gobiernos y que afectará a los consumidores en su vida cotidiana. Puede sonar a broma, pero cosas como coger el coche los domingos pueden convertirse en algo inusual hasta que no vuelva a equilibrarse el mercado.
Es una de las diez acciones que recomienda la AIE (Agencia Internacional de la Energía) para reducir el consumo de crudo con un impacto inmediato para «poner la demanda de petróleo en un camino más sostenible a largo plazo». Entre la decena de puntos que destaca el organismo también se encuentran las recomendaciones de teletrabajar tres días a la semana, reducir los límites de velocidad en la autopistas al menos 10 km/h, compartir coche, abaratar el uso del transporte público o sustituir los viajes en avión por viajes en trenes nocturnos de alta velocidad.
La destrucción de la demanda de esta materia prima supone reducir de forma permanente o sostenida su consumo para frenar los elevados precios que prevalecen en el tiempo y perjudican de forma directa a los precios de la gasolina y el gasóleo. Se trata de una crisis de combustibles que está poniendo en serios aprietos a países de economías desarrolladas. Concretamente en España la situación está produciendo movilizaciones y paros de transportistas que, a su vez, están repercutiendo en el abastecimiento de supermercados.
EXPERTOS AVISAN DE LA DESTRUCCIÓN DE DEMANDA
Es por eso que la AIE ya está avisando a los ciudadanos de lo que se avecina si las tensiones geopolíticas continúan y el mercado no es capaz de reducir el precio del petróleo. Y, en este contexto, los expertos están poniendo el foco en esta teoría de destrucción de la demanda, marcada por las decisiones que tome la Reserva Federal estadounidense.
«El petróleo puede subir un poco, pero se enfrenta a un riesgo de reversión abrupta y a mínimos duraderos, si la historia y los niveles relativos de los futuros sirven de guía. Los precios estirados y la extrema retracción no tienen precedentes y se enfrentan a la restricción de la Reserva Federal y a los crecientes excedentes de suministro energético en Norteamérica», señalan los analistas de Bloomberg en un informe de este miércoles.
«Los futuros del West Texas Intermediate a un año se han topado con el vértice de la zona de precios más negociada en torno a los 90 dólares por barril, desde justo antes del desplome de 2014», explican. En este sentido, aseguran que el endurecimiento de la Reserva Federal será determinante: «Cada día que el crudo o la bolsa suben, es más probable que la Fed tenga que aumentar la restricción».
Por su parte, desde JP Morgan también avisan de que estamos avanzando hacia este escenario. «Dado el shock de la oferta y salvo que se produzcan avances en las negociaciones de paz, la destrucción inmediata de la demanda será la única forma de reequilibrar el mercado a corto plazo«, apuntan los analistas.
En este sentido, la entidad asegura que «si el petróleo se mantiene en esos 120 dólares por unos meses, el golpe a la demanda de petróleo podría ser de unos 1,2 millones de barriles por día este año, dejando el consumo de petróleo en unos 550.000 barriles diarios por debajo de los niveles de 2019«.