Las criptomonedas se han convertido en un fenómeno tan grande que trasciende del mundo de la economía. Estos activos digitales, que nacieron como un mero vehículo de inversión, se han convertido en el eje de la economía digital, y en una pieza clave en el metaverso, otro de los fenómenos digitales que han nacido para marcar época. El mundo virtual no es algo nuevo. Lo que sí es novedoso es que el metaverso permite monetizar. En la misma línea, el mundo virtual ha generado nuevos mercados y, por supuesto, ha dado origen a nuevas profesiones. El criptoarte, una «burbuja mental» repleta de oportunidades para los inversores
Uno de esos mercados que han surgido a raíz de la tecnología blockchain y las criptomonedas, es el criptoarte. Aunque ya lleva tiempo imperando en el mercado virtual, el crecimiento de éste ha sido superlativo en apenas un año. El criptoarte dio el pistoletazo de salida el pasado 11 de marzo de 2021, cuando Christie’s organizó una subasta en la que Beeple vendió su obra «First 5000 days» por 60 millones de euros. Desde ese momento, el criptoarte ha calado en la sociedad.
Javier Arrés, criptoartista español, ha hablado en Inversión.es sobre las características, funcionamiento, y futuro de este nuevo mercado que promete ser uno de los más importantes en un futuro no muy lejano. Él considera que el criptoarte es «un mercado de arte digital que ha surgido a partir de la blockchain y de la posibilidad de hacer una obra digital única y original». No hay dudas de que la digitalización del arte ha sido un punto disruptivo para el sector.
UN MERCADO LLENO DE POSIBILIDADES
El arte siempre ha sido un buen negocio y una buena vía de inversión. «Hay que tener en cuenta los riesgos, y saber del mundo, tener criterio», detalla Javier Arrés. En esta línea, el mercado del arte digital se postula como una de las opciones más rentables para aquellos artistas que no han tenido suerte en el arte tradicional. La entrada del metaverso en el arte ofrece «más posibilidades», llegando a cualquier parte del mundo de forma inmediata. El criptoartista explica que «habrá gente que las aproveche más o las aproveche menos, pero hay muchas más opciones. Los artistas han visto una nueva forma de explotar su arte y darse a conocer.
Como con las criptomonedas, este mercado cuenta con una gran cantidad de escépticos que no confían en la inversión en criptoarte. De base, hay que entender que el funcionamiento del arte digital al del tradicional es similar. Javier Arrés considera que actualmente «hay una burbuja mental» que genera ese pensamiento (erróneo en la mayoría de los casos) de hacerse millonario sin hacer nada.
EL CRIPTOARTE, ¿EN QUÉ INVIERTES?
A la hora de invertir, naturalmente no inviertes en algo tangible. Es la principal diferencia con el arte tradicional. Cuando adquieres una pieza digital no obtienes un cuadro o una escultura. Arrés detalla que «a los coleccionistas de criptoarte lo que les gusta es poder disfrutar de las piezas en muchos sitios«. Al hilo de esto, las obras digitales pueden estar expuestas en varias pantallas, paneles estancos, en el móvil, o tenerla en la wallet de un teléfono móvil.
AUNQUE EL ARTE TRADICIONAL SIGUE TENIENDO MÁS PRESTIGIO QUE EL DIGITAL, EN POCO TIEMPO LOGRARÁ IGUALARLO
Esto puede suscitar la eterna duda del arte: ¿y si son imitaciones? En el criptoarte, al igual que en el arte tradicional siempre han habido estafas. Es decir, no es algo que haya nacido a la par que el arte digital. Ante esto, Javier Arrés explica que para detectar imitaciones hay que hacer uso «de la materia técnica y del sentido común. Debería imperar el sentido común, pero la parte técnica es coherente». A lo que se refiere el artista es a que es importante conocer las plataformas en las que se compra, además de tener en cuenta si se compra a artistas verificados o contrastados en el sector. «Esto sería el sentido común», añade el criptoartista.
A nivel técnico, el inversor debe buscar la firma de metamask, o la propia firma del artista, la cual viene con la obra. ¿Cómo? Viendo las otras obras vendidas por el artista. Digamos que esta es la forma de referenciar una pieza. Además de esto, cuando adquieres una criptoobra, viene con ella un certificado.
«LA PROFESIÓN SIGUE SIENDO LA MISMA»
Javier Arrés considera que el metaverso no ha creado un nuevo trabajo. «En realidad la profesión es la misma. Yo tengo obras en el metaverso y hago lo mismo que siempre he hecho», explica el criptoartista. «Realmente no ha creado una nueva profesión para los artistas, sino que ha creado un nuevo mercado, una nueva zona, donde hay muchas posibilidades de mostrar tu obra”, concluye Javier Arrés.
El criptoarte es un mercado muy joven que en poco tiempo ha crecido exponencialmente. Javier Arrés considera que «ya ha llegado muy lejos». Aún eso, el margen de crecimiento sigue siendo muy amplio. El criptoartista cree que es un mercado idóneo para desarrollar nuevos proyectos, y espera que se organice mejor. Actualmente existe una burbuja en torno al criptoarte, que lejos de mejorar al sector, lo lastra. Aún eso, se trata de uno de los mercados en auge que muestran un potencial mayúsculo. El criptoarte no es una moda pasajera, sino una realidad.