Vestas, fabricante de componentes de aerogeneradores, vuelve a volar en Bolsa en un año negro para el valor y el sector de las renovables en general. La caída desde enero alcanza el 33%, pero en la jornada de este jueves ha levantado velas. Durante la jornada ha llegado a subir más de un 5%, para cerrar con un ascenso superior al 2%, hasta las 198,15 coronas danesas, unos 26,65 euros al cambio actual.
Según las nuevas estimaciones, Berenberg apunta a una subida en el beneficio por acción del 7% en 2022 debido a los menores márgenes asumidos. El precio objetivo se sitúa en las 265 coronas danesas, un fuerte incremento del 33%, que le llevaría a nuevos máximos históricos.
La recepción de pedidos también se ha ralentizado y, en el entorno actual, con una volátil estructura de costes, la empresa desconfía de firmar contratos
Los motivos de este ascenso se encuentran en dos importantes eventos que han sucedido entorno a la compañía. En primer lugar, ha ejecutado el ERE en la fábrica gallega de Chavín, con un centenar de trabajadores afectados. A partir del 31 de diciembre, éstos perderán su empleo debido a la negativa de la empresa a continuar con la actividad de la planta. La Xunta no ha logrado parar la estrategia de la compañía pese a asegurar que había encontrado inversores para la planta. Eso sí, exigían que se mantuviera activa durante todo el próximo año. Sea como fuere, esta fábrica no es estratégica para el negocio de Vestas, más cuando los aerogeneradores en España están en declive debido a la exigencia de reducir los costes.
GRAN POTENCIAL A LARGO PLAZO PARA VESTAS…
Sin embargo, a los inversores les ha atraído los nuevos planes de Vestas. El gigante danés de los aerogeneradores tiene «un gran potencial a largo plazo«. Así lo ha asegurado la firma alemana de análisis Berenberg tras la celebración del día del inversor.
En esa conferencia, Vestas mostró el reto de los costes actuales para la fabricación de aerogeneradores, así como la oportunidad que se ha abierto para incrementar los márgenes brutos en un 10% en 2025. El principal problema que están teniendo las empresas de este sector es la caída de los pedidos, con una demanda muy débil debido a los costes y a los cuellos de botella. La segunda de estas dificultades es puramente coyuntural y se espera que a lo largo del segundo semestre del año se arregle, en el mejor de los casos.
Sin embargo, para Vestas, los volúmenes irán al alza en todas las líneas de negocio. Por este motivo, la casa germana anticipa una fuerte expansión de cara al 2023. Eso sí, ha asegurado que los últimos seis meses han sido «dolorosos» para el desempeño de Vestas en Bolsa. Con todo, Berenberg continúa siendo positiva de cara al largo plazo, por lo que cree que estas caídas son una oportunidad de compra. De hecho, ese es su consejo si el inversor sopesa la idea de entrar en el valor.
…CON INCERTIDUMBRE EN 2022
Berenberg ha analizado las cuentas de Vestas y cree a pies juntillas que la compañía podrá conseguir el objetivo de incrementar los márgenes brutos en un 10% de cara a los próximos cuatro años, si bien en 2022 será un nuevo duro año debido a los problemas de suministros y los costes de producción, especialmente por los materiales.
Este incremento de los márgenes vendrá por la caída de los costes extraordinarios, que se han comido prácticamente la mitad del margen bruto en este ejercicio. Los precios en el transporte, especialmente los fletes y contenedores marítimos, así como los cargos por los retrasos en las entregas, junto a la logística se han disparado en este 2021. Así, alquilar un contenedor de 40 pies supone un precio de unos 9.200 dólares, una importante reducción respecto a los máximos anuales de casi el 30%. Sin embargo, los fletes para Europa se han disparado más de un 238% respecto a finales de 2020.
Además, Vestas tiene que hacer frente a las subidas de las materias primas, con un mayor aumento de los pedidos para poder cubrir la demanda. Así, la compañía estaría en condiciones de superar el crecimiento de los márgenes registrados en 2019, cuando ascendieron en más de un 8%. Pero no todo vendrá por la caída de los costes, Vestas también ha apostado por la tecnología y un incremento de precios para mejorar la rentabilidad de los nuevos contratos en un momento en el que la demanda se encuentra deprimida.
VESTAS TAN SÓLO APUNTA A UNA CAÍDA DE INGRESOS DEL 4% EN 2022
Por otro lado, uno de los puntos controvertidos del día grande de Vestas es la falta de proyecciones para el 2022. Apenas se dieron explicaciones para el próximo ejercicio, por lo que se prevé incertidumbre. Si algo está definido es que los cuellos de botella continuarán durante los primeros seis meses del año. Los problemas de suministros podrían extenderse más tiempo y hay quien apunta que podrían continuar en 2023. Esta incertidumbre complica la visibilidad de la acción hasta entonces.
De esta forma, no se espera una expansión de los márgenes este próximo ejercicio, si bien habrá que permanecer atento a la evolución de la demanda y a los costes de las materias primas, así como a la decisión de los bancos centrales. Y es que, Vestas soporta una deuda de 867 millones de euros a cierre de 2020, un 31% más respecto al 2019. Asimismo, ha sumado una provisión de 100 millones de euros por su negocio eólico marino.
«La recepción de pedidos también se ha ralentizado y, en el entorno actual, con una volátil estructura de costes, la empresa desconfía de firmar contratos», ha apuntado Berenberg.
Además, ha indicado que las empresas están trasladando las subidas provocadas por la inflación unas a otras. Así, los precios de venta han aumentado un 4% de media este año, y este entorno puede dificultar el cierre de los pedidos a corto plazo. En este sentido y entre los pocos datos que ha dado a conocer de cara al próximo 2022, Vestas bajará sus ingresos un 4%. Eso sí, esperan que los pedidos aumenten según se vayan aliviando los problemas de suministro.
Vestas, por otro lado, está buscando ubicación para su nueva unidad de negocio, basada en el desarrollo. La compañía no quiere ser un mero fabricante e instalador de aerogeneradores. Esta unidad será clave a la hora de identificar oportunidades en el mercado, aunque también consume capital humano y dinerario hasta encontrarlas. Además, ha iniciado el reciclaje de las palas de los molinos de viento modernos.