Parece que ha pasado una eternidad desde el 2018. La gente hacía vida normal, las mascarillas solo se veían en el rostro del algún asiático en el Metro y el mundo de la inversión como fenómeno de masas daba sus primeros pasos. Sin ir más lejos, el año que se dejaba atrás, el 2017, fue el de la primera explosión del bitcoin. En el mismo momento que el siete se tornaba en ocho otro instrumento de inversión se presentaba para todo el público: el fondo Santander Small Caps que lideraba, y todavía lidera, Lola Solana.
Para los no iniciados en aquel momento aquellos nombres no significaban mucho. Incluso, aquellos alejados del mundo de las finanzas profesionalmente les podía sonar vagamente. Pero ese 1 de enero de 2018 a los pocos segundos después de las campanadas les dejaría registrados como actores a seguir. Las razones que realmente llevaron al banco a proponer aquel anuncio difícilmente se conocerán alguna vez, desde potenciar al fondo a buscar diferenciarse de la competencia o a saber qué. Aunque había una cosa clara y es que era totalmente merecido.
Hasta ese preciso momento, pocos fondos españoles con firma propia tenían el fantástico recorrido del Santander Small Caps. Asimismo, pocos gestores habían tenido tanto reconocimiento por su trabajo durante años como Solana. Por no hablar ya dentro del banco. El mundo de la inversión a nivel más íntimo reconocía perfectamente a ambos agentes, pero tras el anuncio muchos más (incluso estudiantes, jóvenes gestores o inversores) empezaron a seguir a la inversora. Principalmente, para sacar ideas, pero también para aprender algunas de las valiosas lecciones de como generar valor añadido, en la jerga se conoce como alfa, al mercado.
LECCIÓN NÚMERO UNO: APROVECHAR EL MOMENTO
Los fondos de inversión tienen una particularidad curiosa y es que ellos mismos se autolimitan. En principio, lo mejor siempre será invertir en aquello que ofrezca más rentabilidad, da un poco igual que sea uno u otro producto. Pero, sin embargo, la mayoría de instrumentos de inversión están restringidos a tipos de activos, temáticas, estilos de inversión, países y otras tantas etiquetas que se puedan poner. Una de las razones es que nadie puede abarcar toda la información del mercado y si hay un equipo detrás que lo hace, los costes pueden ser altísimos. Por ello, especializarse en algo suele parecer la mejor solución.
Ese es el caso de Solana. La gestora durante años lleva trabajando, estudiando y casi conviviendo con las pequeñas empresas españolas. También con sus directivos y equipos de gestión. Incluso con los reguladores. Toda esa información conforma un conocimiento con el que es capaz de generar un mayor alfa, rentabilidad por encima de la media, que el mercado. Una derivada de lo anterior es que siempre parece apostar por las compañías adecuadas en el momento justo. Al menos, se acerca a es quimera llamada timing.
Un ejemplo de ello se puede apreciar con su cartera actual donde sobresalen dos empresas: Indra y Rovi. La primera de ellas es la posición dominante de las cartera del Santander Small Caps con un 7,17% a 30 de septiembre, según los datos remitidos a la CNMV. La apuesta de Solana por la firma con un fuerte componente público tiene ya su tiempo, pero con el paso de los trimestres ha incrementado notablemente su posición. La razón, evidentemente, es que se trata de una de las compañías que más se van a beneficiar con la llegada de los fondos europeos.
El resultado no parece que haya sido malo. Indra logra revalorizarse en lo que va de año hasta un 43% y pese a que en las últimas 20 sesiones pierde un 4%, esa cifra es muy inferior a la media del mercado. La apuesta por Rovi es otra muestra de saber esperar el momento. De hecho, la compañía aumentó su posición a medida que se fue conociendo que sería la encargada de fabricar las dosis de la vacuna de Moderna, que más tarde se repartirían por Europa. En el segundo trimestre, con la producción a plena maquinaria, el laboratorio era la posición dominante del fondo.
SEGUNDA LECCIÓN: RASTREAR EL MERCADO DE OPAS
Fluidra es otra compañía que sube y baja en porcentaje a medida que se acerca o se aleja el verano. En 2020, aunque venía de años anteriores, la apuesta fueron las energías renovables. Una decisión de Solana, que acudió a las primeras transacciones de firmas como Soltec o Solarpack, que se fundamentó en dos pilares: el primero, obviamente, el ciclo de crecimiento de este tipo de energías. Posteriormente, en 2021, ha rebajado con fuerza sus posiciones. La segunda es que un sector con tantas compañías y tan pequeñas es un hervidero de opas y contraopas que deben generar un proceso de consolidación.
Solarpack es un ejemplo de ello. En el último informe presentado, su posición en la compañía, que era del 6,04%, había desaparecido como parte de la opa sobre la compañía. Un año antes, Solana también acertó al estar muy bien posicionada antes de anunciarse la compra por más de 3.000 millones de euros por parte de Cinven y KKR de MásMóvil con hasta un 8,7% de todo el fondo invertido en la operadora. En ese mismo trimestre, finales de 2020, la gestora dio la orden de empezar a incrementar notablemente su posición en Euskaltel, que pasó del 1,13% al 2,54%, y meses más tarde también fue comprada.
En definitiva, el seguimiento de la cartera de Solana es un gran ejemplo de dónde los gestores españoles son capaces de batir al mercado. El hecho de conocer al detalle a gestores, ejecutivos, inversores significativos junto a un estudio minucioso de las cuentas, permiten a la gestora haber hecho una de las carreras más exitosas en el mundo de la inversión en España. En los últimos tres años, la rentabilidad no ha sido sobresaliente, con un 2,93% anual, pero si se extiende hasta los 10 años se aprecia más de un 9% anual. Eso también demuestra la importancia del largo plazo en Bolsa para aprovechar los ciclos.