El hidrógeno se ha convertido en una de las materias primas con más potencial a futuro, debido a la alternativa que supone para llevar a cabo la descarbonización mundial. Tal es la importancia del gas, que empresas como Repsol se encuentran inmersas en un proceso de reestructuración de su negocio, diversificando e impulsando la inversión hacia este mercado. De hecho, recientemente anunció que duplicaría la inversión en este mercado, con un importe que asciende hasta los 2.500 millones de euros.
Hace a penas unos días, la compañía alemana ThyssenKrupp anunció que tiene previsto la salida a bolsa de su división dedicada al hidrógeno (Uhde Chlorine Engineers) para 2022, noticia que ha supuesto que ya se estime su valoración en unos 5.000 millones de euros, según fuentes citadas por Bloomberg. Sin embargo, y a pesar del aumento en la inversión y de las buenas previsiones para el sector en los próximos años, las principales compañías cotizadas dedicadas al hidrógeno en Europa todavía no han terminado de establecerse con total solidez en los mercados.
Tras un 2020 que disparó las valoraciones de estas compañías por el auge de las energías renovables y la necesidad de alternativas a los combustibles fósiles, el 2021 ha supuesto una corrección en muchos de estos valores. Sobre todo en lo que llevamos de mes, pues noviembre no está siendo el mejor período y casi todas las empresas de hidrógeno suman pérdidas en bolsa que alcanzan hasta el 15%. Es el caso de la británica AFC Energy, proveedora líder de pilas de combustible alcalinas desarrolladas con sistemas de hidrógeno. La firma con sede en Londres encadena varias sesiones consecutivas con pérdidas en la bolsa de Londres y en lo que va de noviembre la caída supone el 12% de su valor.
Tampoco se salvan el resto de compañías británicas cuya actividad comprende el uso del hidrógeno, pues ITM Power, la mayor compañía del sector por capitalización de mercado (3.300 millones de euros) ya suma pérdidas que rozan el 13%. En la misma línea se sitúa la otra gran compañía británica del sector por capitalización (2.500 millones de euros) en Reino Unido, Ceres, cuyo valor cae en noviembre más de un 13%. Aunque su caso es diferente, puesto que debutó en agosto de 2021 y su desempeño es positivo hasta el momento (+16%), HydrogenOne Capital también cotiza en signo negativo este mes (-0,85%).
POTENCIAL Y DESCARBONIZACIÓN 2050
Dejando a un lado el mercado británico, las compañías pertenecientes a países escandinavos también están sufriendo en sus respectivos mercados de valores. En este sentido, la noruega Nel cotiza en noviembre con pérdidas que rozan el 5% y la danesa Green Hydrogen Sistems lo hace de forma similar. La única excepción a este lado del Viejo Continente se encuentra en la compañía sueca Powercell, que avanza este mes más de un 16%. En cuanto a la francesa Mcphy, la situación es similar al resto de compañías del sector, descendiendo más de un 10% en noviembre.
Se trata de un sector todavía por asentarse, pero cuyo potencial a medio y largo plazo es prometedor. De hecho, la firma de inversión Jefferies reflejó recientemente en un informe el optimismo sobre la evolución que algunas de estas compañías trazarán a nivel bursátil. En este sentido, publicó la recomendación de ‘comprar’ para los valores ITM Power, Nel y Powercell, y ‘mantener’ para Ceres y McPhy Energy. También el banco francés Société Generale comparte la visión positiva sobre el mercado del hidrógeno, dando un potencial del 42% de aquí a 2025 al conjunto de los 115 valores de todo el mundo que usan o que aspiran a usar este tipo de energía.
El optimismo va en línea con los planes a nivel internacional para llevar a cabo el proceso de descarbonización para las próximas décadas. Una estrategia en la que el hidrógeno juega un papel muy importante por su rentabilidad y eficiencia, cuya utilidad puede suponer hasta el 20% de la descarbonización mundial y las cero emisiones para el año 2050. En esta línea se pronunció ayer Francesco Starate, consejero delegado de Enel (matriz italiana de Endesa), asegurando que la compañía gasística prevé movilizar unas inversiones totales de 210.000 millones de euros entre 2021 y 2030 para acelerar una década la transición energética y su plan de ser una compañía cero emisiones netas.