El fabricante estadounidense de procesadores Intel pronosticó este jueves unos márgenes más bajos en los próximos años. La compañía ha experimentado un incremento del 59,6% en el tercer trimestre en comparación con sus cuentas del mismo período del año anterior. Sin embargo, éstas no cumplen las expectativas. El motivo es que la empresa pretende trabajar en varias generaciones nuevas de tecnología de fabricación de chips para 2025.
DE CHIPS DE MEMORIA A MICROPROCESADORES
Intel Corporation es el mayor fabricante de circuitos integrados del mundo. La compañía estadounidense es la creadora de la serie de procesadores x86. Quizás no te suenan, pero son los más comunes en la mayoría de portátiles y ordenadores personales.
Intel fue fundada en California en 1968 por Gordon Moore, químico y físico famoso por su “Ley de Moore”, y Robert Noyce, físico y co-inventor del circuito integrado.
El plan de negocio original de ambos era fabricar chips de memoria pero a lo largo de la década de los 70 las compañías de semiconductores japonesas empezaron a entrar también en este espacio con precios más competitivos. Intel se vio forzada a dedicar más energía a otra de sus divisiones, la de microprocesadores.
La Intel actual, es una empresa que está tratando de reiventarse en torno al negocio de los datos, la conocida como quinta generación de redes de comunicación (5G), la inteligencia artificial, la computación cuántica o desarrollos tecnológicos como el coche autónomo.
UN TERCER TRIMESTRE INSUFICIENTE
La compañía, que cotiza en la bolsa estadounidense Nasdaq, obtuvo un beneficio neto de 6.823 millones de dólares (5.860 millones de euros) en el tercer trimestre de 2021. Esto se traduce en un 59,6% más con respecto al mismo período del pasado año, según informó la multinacional.
La cifra de negocio neta de la compañía de Santa Clara aumentó un 4,7% interanual entre julio y septiembre, hasta 19.192 millones de dólares (16.485 millones de euros).
El área de computación redujo un 1,8% sus ingresos en el trimestre, hasta 9.664 millones de dólares (8.301 millones de euros). Por su parte, el negocio de centros de datos aumentó un 10% hasta 6.496 millones de dólares (5.580 millones de euros) y el de internet de las cosas un 50%, hasta los 1.175 millones. En los nueve primeros meses del ejercicio Intel registró un beneficio neto de 15.245 millones de dólares (13.095 millones de euros), lo que supone un avance anual de 1,3% mientras que sus ventas aumentaron un 1% hasta 58.496 millones de dólares (50.236 millones de euros).
Intel se ha incrementado un 59,6% en el tercer trimestre respecto a 2020, pero no cumple las expectativas
De cara al conjunto del ejercicio, la compañía ha revisado al alza sus expectativas y espera alcanzar una cifra de negocio de 77.700 millones de dólares (66.741 millones de euros). De momento, las cuentas ajustadas del tercer trimestre se situaron en 18.100 millones de dólares, por debajo de las estimaciones de 18.240 millones.
LA RAZÓN PRINCIPAL, SU AMBICIOSO PLAN DE NEGOCIO
La compañía informó de que las ventas no estuvieron a la altura de lo esperado. Esto se debe a que la escasez de otros chips necesarios para fabricar ordenadores está frenando las ventas de los chips procesadores insignia de la empresa. Pat Gelsinger, su consejero delegado, dijo a “reuters” que el motivo principal es el ambicioso plan de negocio de introducir varias generaciones nuevas de tecnología de fabricación de chips para 2025. Y es que, cada una de las generaciones de esta tecnología tienden a ser menos eficientes en sus primeros años. A medida que los fabricantes perfeccionen sus procesos, se convertirán en un producto más rentable.
La compañía cree que sus “agresivas inversiones» serán recompensadas con creces en el mercado en unos años. El plan de Gelsinger de abrir sus puertas a clientes externos ha sido bien recibido por los inversores. Esto se debe a que a pesar de que los resultados de este jueves dejaran por los suelos prácticamente todos los beneficios, las acciones han subido sobre el 11% este 2021.