Dos semanas atrás las acciones de Ence realizaron un movimiento correlacionado al pánico bursátil del mercado, pero inesperado de acuerdo con la apreciación general de sus acciones. En dos semanas las acciones de Ence se devaluaron el -17,4% realizando la ruptura sólida de la directriz que la mantenía en camino alcista, de la media móvil exponencial de 250 periodos de largo plazo, de la media móvil exponencial de 50 periodos de corto plazo donde actualmente se encuentra retesteando y vulnerando a su paso también el área de regularidad intermedia en el 61,8 de retroceso de Fibonacci del último avance.
Desde finales de agosto, preveíamos un potencial retroceso en el cual, siempre que estuviera por encima de los 3,3 euros, mantendríamos las compras que venimos trabajando desde 2021. De momento, las acciones de Ence se mantienen sobre los 2.90 euros que corresponden al soporte más cercano registrado en febrero de este año. En pocas palabras, técnicamente las acciones de Ence deberán buscar regularidad del mercado macro de todo el avance lo que significa visitar los 2,6 euros y una pérdida en valor adicional del -15,1%.
ENCE PIERDE UN 35%
De momento, las acciones de Ence registran una revalorización cercana al 35% en lo corrido del año aún en medio de la situación adversa no sólo proveniente de la inflación y sus consecuencias macroeconómicas, sino también del proceso judicial que viene asumiendo desde el año pasado en relación con la continuidad de la planta de producción de Pontevedra por la que provisionó 196 millones de euros. Se suponía que, para este mes de octubre, el Tribunal Supremo debía entregar una decisión final sobre la prórroga o no prórroga de la explotación de la fábrica de Pontevedra, pero de acuerdo con fuentes de la compañía y de funcionarios públicos de la comunidad autónoma de Galicia, este proceso se dilata desde la cabeza del gobierno a fin de un solo voto.
Lo cierto es que, si el precio de las acciones de Ence logra visitar y respetar los 2,6 euros del área de regularidad macro, desarrollaría un nuevo patrón de continuación alcista que nos otorga mejor ubicación de precio estableciendo los mismos objetivos. El primer objetivo lo ubicamos en el cierre del ciclo que funda el patrón sobre 3,8 euros y un segundo objetivo en los máximos de 2021 sobre 4,5 euros, lo que representa más de un 70% de revalorización y que va en la misma línea de valoración objetiva recomendada por el banco de inversión alemán Berenberg.