Danske Bank registró un beneficio neto de 2.988 millones de coronas danesas (400 millones de euros) en el primer trimestre del año, lo que representa una caída del 38,8% respecto del resultado en el mismo periodo de 2018, informó la entidad, que ha sufrido la pérdida de más de 8.000 clientes en los tres primeros meses del año y se enfrenta a decenas de demandas en relación con el multimillonario escándalo de lavado de dinero a través de la filial de la entidad en Estonia.
Danske Bank atribuyó el retroceso de sus ganancias en el primer trimestre a mayores amortizaciones y gastos más elevados, así como a los menores ingresos por intereses, señalando que los préstamos de la entidad crecieron un 1% respecto de los niveles registrados a finales de 2018, mientras que los depósitos aumentaron un 2%.
Los ingresos de la entidad danesa entre enero y marzo alcanzaron los 10.802 millones de coronas (1.447 millones de euros), un 5,7% por debajo de la cifra de negocio del primer trimestre de 2018, con un retroceso del 7,2% de los ingresos por intereses netos y del 9,5% en el negocio de intermediación, mientras que los ingresos por comisiones del banco crecieron un 2,8% interanual.
Por su parte, Danske Bank informó de que sus gastos durante los tres primeros meses de 2019 sumaron un total de 6.145 millones de coronas (823 millones de euros), un 9,5% más que un año antes, como consecuencia de las inversiones realizadas en mejorar los procesos de ‘compliance’ y los esfuerzos adicionales en la lucha contra el blanqueo de capitales, así como las inversiones realizadas en la transformación digital de la entidad.
«Los tres primeros meses del año trajeron un crecimiento sostenido del crédito. Esto evidencia una buena evolución subyacente de nuestro negocio», declaró Jesper Nielsen, consejero delegado interino de Danske Bank.
No obstante, el banquero reconoció que «en general» el comienzo de ejercicio financiero de Danske Bank fue «difícil» como consecuencia de la presión que los bajos tipos de interés imponen a los márgenes y costes de la entidad, así como por las considerables inversiones acometidas y el incremento de la morosidad.
De cara al conjunto del ejercicio, Danske Bank ha revisado a la baja sus previsiones al anticipar que los mayores costes de financiación y la presión en los márgenes superarán el crecimiento previsto del volumen de negocio. Asimismo, la entidad prevé un aumento de la morosidad de los préstamos.
En este sentido, a pesar de que Danske Bank mantiene su expectativa de alcanzar un beneficio neto de entre 14.000 y 16.000 millones de coronas (1.875 y 2.143 millones de euros) en 2019, esta cifra incluye ahora las plusvalías de unos 1.300 millones de coronas (174 millones d euros) derivadas de la venta de Danica Pension Sweden.
ESCÁNDALO EN ESTONIA
En cuanto al caso abierto por la presunta implicación de la entidad en actividades de blanqueo de capitales a través de su filial en Estonia, el máximo ejecutivo de Danske Bank reconoció que la situación aún exige «considerable atención», además de la investigación en curso, para restaurar la confianza.
En este sentido, la entidad danesa informó de que, aparte de las investigaciones a las que está siendo sometida en relación con este caso por las autoridades de Francia, Estonia y Dinamarca, así como por la SEC de EEUU, también se enfrenta a otras 169 demandas planteadas por accionistas y cuyas reclamaciones alcanzarían un importe agregado de 3.500 millones de coronas (470 millones de euros).
Por otro lado, Danske Bank informó de que en los tres primeros meses de 2019 registró la pérdida de 8.500 clientes, cifra ligeramente inferior a los 9.900 clientes perdidos en el último trimestre de 2018.
Danske Bank informó el pasado mes de septiembre que estaba analizando, en el marco del caso de blanqueo de dinero, una serie de transacciones por valor de 200.000 millones de euros procedentes de su filial en Estonia durante el periodo comprendido entre 2007-2015, lo que provocó la dimisión de su entonces consejero delegado, Thomas Borgen.
El banco danés anunció que destinará 2.000 millones de coronas danesas (268 millones de euros) en los próximos tres años a reforzar sus controles contra el blanqueo de capitales con el propósito de mejorar la calidad y eficacia de los mismos.
CHOQUE ENTRE BRUSELAS Y LA EBA
El pasado 16 de abril, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) dio por cerrada su investigación oficial sobre las posibles deficiencias en los servicios de lucha contra el blanqueo de capitales de las autoridades financieras de Estonia y Dinamarca en relación con el escándalo protagonizado por la filial estonia de Danske Bank, lo que ha provocado críticas desde la Comisión Europea.
En este sentido, el vicepresidente de la Comisión Europea, el estonio Valdis Dombrovskis expresó su «decepción» por la decisión de la EBA de no actuar «en uno de los mayores escándalos de blanqueo en Europa«, subrayando la necesidad de dotar al regulador de mayores poderes en la lucha contra el lavado de dinero, pero exigiendo al mismo tiempo «una transformación en la manera en la que la EBA toma sus decisiones.
El pleno del Parlamento Europeo aprobó a mediados de abril la normativa que actualiza el marco de supervisión de las instituciones financieras europeas y que, además, otorgan mayores competencias a la EBA para combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
Dicha normativa todavía necesita recibir el visto bueno de los Estados miembros para entrar en vigor. Cuando esto suceda, se reforzarán las competencias de la EBA en materia de supervisión en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo por parte de entidades financieras.
En concreto, asumirá las tareas de recopilar información procedente de las autoridades nacionales, realizar evaluaciones de riesgos y facilitar la cooperación con países de fuera del bloque comunitario.
Además, se reservará la posibilidad de adoptar una decisión dirigida de forma directa a un banco concreto como solución de último recurso si las autoridades nacionales competentes no actúan si se detecta vínculos con actividades de blanqueo o financiación del terrorismo.