El lujo está considerado como uno de los sectores defensivos por excelencia para invertir en momentos de incertidumbre económica. Pero las grandes marcas como LVMH, Richemont, Kering o Hermes no están pasando sus mejores meses a nivel bursátil, perjudicadas por la situación macroeconómica y la volatilidad del mercado. Una situación prolongada, y con perspectivas poco claras para el resto del año, que plantean dudas en el sector sobre la resistencia intrínseca de las compañías que lo conforman. En este sentido, los expertos apuestan por ser selectivos en el mercado y valorar aquellas firmas de mejor calidad.
Uno de los grandes factores que han provocado la tendencia bajista del lujo ha sido la coyuntura sanitaria en China, que se ha convertido en uno los principales países de consumo de lujo en el mundo en los últimos años. Las estrictas restricciones y confinamientos por Covid-19 han sido fundamentales en el descenso del consumo en grandes ciudades del país asiático, que ya apuntan hacia su reapertura.
Las autoridades ya han confirmado tener bajo control los contagios en Pekín y la reanudación de la actividad industrial en Shangai a partir de junio, uno de los puntos comerciales clave del país. La ciudad también levantará las medidas de restricción a la movilidad para los residentes en áreas de bajo riesgo, permitiéndoles salir y entrar libremente a sus recintos a partir del miércoles.
SIGUE LA INCERTIDUMBRE EN CHINA
Son buenas noticias para la recuperación de la actividad y del consumo, aunque la situación del gigante asiático sigue siendo motivo de incertidumbre para las firmas del sector del lujo. «Es probable que el segundo trimestre se vea muy afectado por las restricciones en China, ya que algunas empresas dicen que hasta el 40% de las de las redes se ven afectadas por las restricciones, y los centros logísticos se ven interrumpidos y, por tanto, incapaces de dar pleno apoyo en línea», aseguraban desde JP Morgan en un informe la semana pasada.
Barclays tampoco se mostraba muy optimista en su último informe sobre el sector, donde aseguraba que China sigue siendo la principal fuente de preocupación para el lujo. «A pesar de ver algunos signos de reapertura en de reapertura en Shanghái, la situación en China sigue siendo muy volátil, y los inversores siguen viendo el riesgo de rebaja de los beneficios debido a un cierre potencialmente más prolongado que también podría afectar al tercer trimestre».
En este sentido, a medida que China comienza a levantar las restricciones y el número de casos disminuye, los analistas del banco estadounidense esperan que se produzca un cierto alivio en todo el sector. Caso a parte el de China, las principales empresas son optimistas respecto a las tendencias de consumo en Estados Unidos y el resto de Asia, así como en Europa. Algo que no termina de convencer a los expertos de la entidad.
RALENTIZACIÓN DE LA DEMANDA EN EE.UU
«Las actualizaciones cada vez más negativas de los minoristas de EE.UU. (aunque hasta ahora se debe en gran medida a los duros estímulos de la competencia, el clima y la categoría) podría ser una prueba de realidad de que, el dinamismo de los consumidores occidentales podría verse pronto moderado a medida que las presiones macroeconómicas empiecen a afectar«, destaca JP Morgan.
Es por ello que, mientras que hasta ahora la presión parece estar sólo en una parte de la población, la preocupación de los analistas es que, mes tras mes, la inflación sostenida pueda arrastrar a las rentas disponibles más altas de las que se nutre esta industria. Y en la misma línea argumentan los expertos del banco londinense sus preocupaciones por la demanda en mercado estadounidense, donde temen que el sentimiento negativo de los consumidores se extienda más allá del corto plazo debido a los vientos en contra de la macroeconomía.
«Además de China, los inversores también temen una ralentización de la demanda en el mercado estadounidense, ya que la inflación y la volatilidad del mercado bursátil son un posible viento en contra para el efecto riqueza y el factor sensación de bienestar. Una continuación de las sólidas tendencias en el segundo y tercer trimestre podría ayudar pero, mientras tanto, la preocupación puede persistir», asegura la entidad.
DE SECTOR DEFENSIVO A SELECTIVO
Todos estos motivos hacen que los expertos vean como uno de los sectores bursátiles considerados como defensivos no sea actualmente la mejor opción para refugiarse en tiempos de crisis. De este modo, recomiendan ser más selectivo en la elección de los valores en los que invertir. Tras haberse reunido con 150 inversores en Reino Unido, Europa continental, Estados Unidos y Asia, los expertos de JP Morgan señalan que el sentimiento general es de un cuestionamiento del sector por encima de las expectativas.
«En particular, los inversores se preguntan si el lujo podría verse afectado por el aumento del coste de la vida y por un entorno de consumo menos favorable, o si se trata de un sector con un alto potencial de crecimiento«, señalan. A pesar de ello, siguen considerando un segmento de consumo más defensivo, pero están adoptando una postura más selectiva, centrándose en nombres de alta calidad como LVMH, Hermes, Richemont y, en menor medida, Moncler. Mientras que marcas como Burberry, Swatch, Ferragamo y Tod’s parecen estar completamente fuera de la atención de dichos inversores.
«Estamos de acuerdo con esta postura selectiva y, de hecho, habíamos argumentado en nuestro informe que el sector sería volátil este año. Los movimientos de las acciones han sido más rápidos y profundos de lo que esperábamos, ya que la situación de China es peor y más prolongada de lo que habíamos calculado en las cifras», añade la firma. Así, la cautela en los siguientes meses será la tónica general para los expertos, que se muestran preocupados por la pérdida de poder adquisitivo del consumidor aspiracional en el sector del lujo.