Cuando parecía que España se empezaba a recuperar de la crisis del coronavirus, Europa ha sido testigo y escenario de una nueva guerra. El conflicto entre Ucrania y las sanciones económicas que Occidente le ha puesto a Rusia van a tener un importante impacto en la recuperación económica de Europa y por ende, de España. Con los precios de las materias primas disparados el miedo a una posible estanflación se hace cada día más latente. Tendremos que pagar más por la energía, pero también por determinados productos industriales. El posible parón de materias primas puede volver a llevar al cierre de fábricas como ya vimos en la segunda mitad del año pasado con la industria del automóvil.
En cuanto al turismo, habrá grandes problemas. No solo por los viajeros de Asia o Estados Unidos que prefieran quedarse al margen de viajar a España, sino sobre todo por el tema de la inflación. Y la lista de implicaciones que puede tener este estancamiento de la economía en España es aún más extensa. Sin embargo, para listas extensas ya tenemos a IAG. La aerolínea parece vivir en El día de la marmota, siempre envuelta en algún contratiempo que no la deja despegar. La compañía Holding anglo española ha sido objeto de numerosas trabas desde que pusiera el ojo en la compra de Air Europa. Además, ha pasado de una situación bastante cómoda desde febrero a las caídas más pronunciadas. El pasado 25 de febrero presentó cuentas y anunció objetivos, pero no estaba teniendo en cuenta el impacto del conflicto que empezaría un día más tarde.
La empresa cerró el año 2021 con unos resultados que invitaban a la celebración. Sin embargo, cuando parecía que por fin podía empezar a levantarse, el estallido del conflicto la ha vuelto a arrastrar hacia la superficie. Y el problema de abrir la caja de las guerras es la incertidumbre que supone el desconocer cómo pueden terminar.
UNOS RESULTADOS AJENOS A LA GUERRA
IAG registró en 2021 mejores números que en 2020 en su cuenta de resultados. La aerolínea presentó cuentas el pasado 25 de febrero, totalmente ajena al conflicto que vendría después. Las pérdidas se reducen a 2.933 millones de euros, un 57,7% menos que en 2020, y eso que el Grupo tenía expectativas de cerrar 2021 con números rojos de hasta 3.000 millones de euros. Estos resultados los ha registrado IAG con un desplome de la capacidad en 2021 de el 36% desde niveles de 2019. Los gastos totales de las operaciones antes de partidas se ajustan en un 6,8% desde las cifras de 2020.
LAS AEROLÍNEAS LIDERAN LAS MAYORES CAÍDAS EN LOS DÍAS QUE LLEVAMOS DE CONFLICTO
La deuda bruta aumentó en 3.931 millones de euros. Esto ha sido gracias en parte a los préstamos no relacionados con aviones recibidos por British Airways, Aer Lingus e IAG. La deuda bruta está sujeta a movimientos de conversión de divisas, ya que la mayor parte de la deuda vinculada a aviones del Grupo está denominada en dólares estadounidenses. En este sentido, en 2021, el euro se depreció frente al USD y la libra esterlina y eso forzó un aumento de hasta 820 millones de euros en la deuda bruta.
Este resultado está previsto que siga en la primera parte de 2022 conforme a la resistencia del USD frente al euro por el superior impacto de las consecuencias de la guerra en Ucrania en la economía europea frente a EE.UU. y la futura subida de tipos al otro lado del Atlántico.
EL SECTOR TURÍSTICO, A ESPENSAS DE LAS GANAS
En los días que llevamos de conflicto las mayores caídas las lideran las aerolíneas. En nuestro país, la disminución de viajeros procedentes de Rusia no es tan crucial como lo sería renunciar al turismo británico, el alemán o el francés. Supuso 133.000 turistas el pasado año que gastaron 228 millones de euros, según datos de Frontur. Desde antes de que comenzara la invasión y hasta el 24 de agosto se estimaba que aterrizaran en la península 123.000 turistas rusos. En 2019 su cifra subió hasta 1,31 millones. Hasta el estallido del conflicto el afán de viajar quedaba expuesto en los últimos datos del INE conocidos esta semana. El pasado enero entraron en España 2,48 millones de turistas, y Reino Unido volvió a recuperar el primer puesto, ocupado por Francia durante la pandemia.
Los mercados se preguntan si este conflicto dejará a los europeos sin apetito de subirse a un avión. Y es que, después de dos años limitados por la pandemia del Covid-19, se esperaba ver la luz al final del túnel este 2022 para la recuperación turística. Ese es el quit de la cuestión para el turismo, que no está tanto en el área de conflicto sino en el ánimo de los viajeros.