Las maniobras que Ence está ejecutando son tan astutas como peligrosas. La compañía emitió un comunicado donde sostiene que ha realizado un exhaustivo trabajo de mejoramiento en la planta de producción de papel de Pontevedra con el fin de cumplir la normativa ambiental y, además, obtuvo certificaciones y distinciones como empresa de alta sostenibilidad y residuos cero de parte de AENOR, Nordic Swan y de la Comisión Europea.
Esta jugada estratégica supondría la continuación de producción normal de la compañía que, entre otras cosas se ufana de tener cero accidentes y ningún contagio por coronavirus cumpliendo con todos los estándares de bioseguridad. Al mismo tiempo, hace alarde de su continuación y apoyo con mayor impulso a la economía local de Pontevedra y sus alrededores, donde el empleo local depende de esta planta, así como el consumo, hostelería y comercio.
Es como si Ence tuviera vía libre frente a una situación que ha tenido que afrontar desde el año pasado y que, de hecho, provisionó en sus estados financieros cuando la audiencia nacional dictó tres sentencias en contra de la compañía anulando la continuidad de esta para la fabricación de pasta de papel en la planta de Pontevedra. Incluso la ministra Teresa Ribera, le recordó a Ence que no debían adelantar inversiones, “ni acometer mejoras sobre una moratoria de actividad que está anulada”, refiriéndose a la anulación sobre la prórroga que otorgó el expresidente Mariano Rajoy para la compañía hasta 2073.
Esto significa, o que Ence tiene información privilegiada como para arriesgarse a hacer inversiones de este talante, o que está tratando, a riesgo propio, de presionar una sentencia a favor excusándose en los más de 5.100 empleos que produce directa e indirectamente y en las inversiones de mejoramiento ya realizadas con sellos y etiquetas de terceros.
Sin embargo, y como es de costumbre, analizamos el componente técnico de la acción que depende básicamente del nivel 1,87 euros el cual mostrará el camino que será apoyado por un fallo a favor o en contra de Ence.
Técnicamente y de acuerdo con la ubicación del índice de fuerza relativa, el precio probablemente puede visitar nuevamente los 1,87 euros que corresponden a un triple piso que sirve de soporte y al mismo tiempo confluye con la directriz alcista macro que viene formando desde el año 2012. Si el precio visita ese nivel y lo respeta realizando un retesteo sobre dicha área, técnicamente daría la oportunidad de comprar Ence con un primer objetivo en un precio de referencia de finales de 2015 en niveles de 3,7 euros. El segundo objetivo lo ubicamos en los máximos de 2021 arriba de 4,47 euros, situación que al estar apoyada de un fallo a favor o inclusive de un silencio administrativo sin resolución que se pueda extender décadas, generará ese movimiento que representa más del 100% de beneficio en el largo plazo.
Caso contrario, si, el precio realiza la ruptura del triple piso y la directriz alcista, probablemente irá a buscar mínimos históricos cercanos a 1,2 euros los cuales podrá visitar rápidamente si se dictamina un fallo en contra de la planta de Pontevedra de Ence.