El pasado 29 de octubre, AENA sorprendió al mercado con los buenos resultados del tercer trimestre. Los ingresos reportados sumaron 897,9 millones de euros de apenas los 3 últimos meses del año lo que equivale a un 104% adicional, frente a los resultados del primer semestre de 2021. Por otro lado, el ebitda pasó de -58,2 millones a números verdes alcanzando los 380,1 millones de euros y más interesante aún, el beneficio neto para el tercer trimestre reportó 222,7 millones de euros, situación que le lleva a una reducción de cerca del 35% de las pérdidas en lo corrido del año.
Estas mejoras en las cifras vienen atadas al crecimiento en el tráfico de pasajeros el cual alcanzó al cierre de septiembre los 87,4 millones, es decir, más del 16,9% frente al mismo periodo de 2020 y que se espera se siga incrementando gracias a las actividades propias del negocio, a la reactivación económica y al desmonte de las restricciones de movilidad a nivel mundial. Aunque el tráfico aéreo ha presentado una considerable mejoría, aún les queda camino por recorrer para recuperar los niveles de 2019, previos a la pandemia los cuales se encuentran con cerca de un 40% faltante
Gracias a los buenos resultados de AENA, el precio de su acción se ha valorizado cerca de un 3,13% permitiéndole ubicarse por encima de un importante soporte técnico de junio de 2020 en inmediaciones de los 144,7 euros por acción. De respetar dicho nivel, el precio podría continuar su movimiento alcista en busca de los máximos del mes de octubre arriba de los 153,2 euros, estructura que se encontraría apoyada de las medias móviles exponenciales de 50 y de 250 periodos y que va acorde a la directriz alcista macro que el precio ha venido creando desde los mínimos impulsados por la pandemia.
No obstante, es imprescindible que el precio de la acción de AENA cierre en gráfico semanal por encima de dicho soporte para la continuación alcista. De lo contrario, es posible que el precio realice un retroceso al nivel 61,8 de Fibonacci hasta los 138 euros, movimiento que estaría apoyado del índice de fuerza relativa que se encuentra presentando debilitamiento al alza.
Es una operación de largo plazo considerablemente oportuna en busca de los objetivos cercanos a los niveles previos a la pandemia y a máximos anteriores de 2019 en niveles de 179 euros por acción lo que equivale a más de un 20% de rentabilidad.