BBVA dio un golpe de timón a finales de 2020. Así, la entidad bilbaína optó por salir de Estados Unidos con la venta de su filial, Compass. Una operación que se catalogó como un éxito, por el tiempo y el precio, y que deberá servir para configurar lo que debe ser el banco en un futuro. Ahora, con los más de 9.600 millones de euros ya en la caja, la transacción se completó finalmente a primeros de junio, el presidente, Carlos Torres ha procedido a gratificar a los directivos claves en el movimiento.
Así, la firma vasca ha retribuido, al menos, a dos de sus hombres claves en Estados Unidos con un bonus, pagado en acciones, que se acerca al millón de euros. En concreto, el pasado 24 de agosto entregó unos 133.454 títulos al que fuera director ejecutivo de BBVA en Estados Unidos, Francisco Javier Rodríguez Soler, y a uno de sus hombres de confianza, José Luis Elechiguerra, que a su vez desempeñaba el cargo de director de Desarrollo de Negocios en la filial. En total, la retribución que han recibido supera los 850.000 euros, dado que se ha contabilizado a un precio por acción de 6,37 euros, según se detalla en una notificación remitida a la CNMV.
Aunque los pagos no se han hecho de forma idéntica. El principal ganador en la operación, al menos económicamente, ha sido Rodríguez Soler, tras percibir más de 103.000 acciones por un valor cercano a los 660.000 euros. Un mayor pago que se explica principalmente por su papel más determinante, dado que era el principal responsable de la filial. Por su parte, Elechiguerra recibió hace una semana algo más de 30.134 títulos valorados en unos 190.000 euros.
RODRÍGUEZ SOLER SIGUE CON PASO FIRME EN BBVA
Tanto Rodríguez Soler como Elechiguerra forman parte del llamado, coloquialmente, como grupo duro de McKinsey de BBVA. Una camarilla a la que también pertenece, por ejemplo, Torres. Pero aunque comparten su origen en la consultora que se ha convertido en el Sancta Sanctorum de las cúpulas directivas de las firmas del Ibex su desempeño ha sido diferente. De hecho, la fulgurante carrera del primero eclipsa en cierta medida el buen desempeño del segundo.
Tras capitanear la venta del ladrillo de BBVA a Cerberus, Rodríguez Soler sonó con fuerza para convertirse en consejero delegado del grupo en 2018
Rodríguez Soler cumplirá a lo largo de este 2021 trece años en la entidad vasca. Antes había pasado por McKinsey, Endesa y de ahí dio el salto a BBVA de la mano de Manuel Pizarro. Tras un breve paso por el área de CIB del banco, la parte de servicios financieros, desarrolló gran parte de su carrera en el segmento de M&A. En 2015, se convirtió en el máximo responsable de la sección y bajo ese cargo capitaneo la otra gran operación que ha ejecutado la firma bilbaína en su historia: la venta de su negocio inmobiliario, que incluía todo el ladrillo, a Cerberus por 2.800 millones.
La impecable ejecución de esa primera operación propició que su nombre empezase a sonar con más fuerza. Hasta el punto de que fue uno de los hombres que el Torres barajó barajó para convertirlo en consejero delegado. Al final, se decidió por Onur Genç y envió a Rodríguez Soler a sustituirlo como director ejecutivo en la filial estadounidense del banco. Ahora, tras cosechar un éxito todavía mayor el ejecutivo ha vuelto a España como Global Head of Sustainability, aunque su nombre seguirá sonando con fuerza una vez que se busque un relevo de garantía para el turco.
ELECHIGUERRA PODRÍA SER CLAVE EN EL PRÓXIMO MOVIMIENTO DE BBVA
El hecho de que el fulgurante ascenso de Rodríguez Soler haya eclipsado a Elechiguerra no significa que el ejecutivo mexicano no se haya convertido en un hombre muy importante en el banco. Es más, uno y otro están muy ligados, tras su trabajo codo a codo en Compass. Su figura no está rodeada de otras grandes operaciones, pero si cuenta también con una holgada experiencia tras pasar más de una década ascendiendo sin parar en Estados Unidos. Una trayectoria que le valió en 2019 para convertirse en director de Desarrollo de Negocio en dicha filial sustituyendo a Pepe Olalla.
Desde ese nuevo cargo también capitaneó la exitosa venta de Compass a PNC. Un trabajo impecable que le valió para dar el salto para sustituir a uno de los hombres más importantes que había en la entidad, Ricardo Forcano. En concreto, a finales de diciembre el ejecutivo que era considerado la mano derecha de Torres abandonaba BBVA para dedicarse a la «actividad académica y a colaborar con proyectos de emprendimiento tecnológico». La comunicación remitida por el banco también señalaba que Elechiguerra se convertía en el nuevo director global de Engineering & Organization.
Un cargo clave a la hora de desarrollar operaciones estratégicas como fusiones. De hecho, más allá de actuar en unas posibles negociaciones para la adquisición de otras entidades, una operación que el banco ya está valorando, Elechiguerra sería el encargado de comandar, entre otros frentes, una posible integración tecnológica, la parte más sensible de cualquier fusión. En definitiva, ambos ejecutivos ya habían recibido un reconocimiento importante en forma de nuevos cargos de responsabilidad y ahora les ha tocado una parte de la retribución económica. Aun así, sus nombres seguirán sonando con fuerza.