El auge de las criptomonedas es ya una realidad, se estima que cuentan ya con unos 100 millones de usuarios, por lo que resulta preocupante que en el pasado año se perdieran más de 1.900 millones de dólares debido a hackeos, ciberataques, robos, etc. Algo que se espera que no vaya a cambiar mucho en este 2021.
Ante este panorama Prosegur ha aprovechado la situación y ha creado un bunker para la custodia de criptos, Prosegur Cripto, un espacio que califican de inaccesible tanto en el plano físico como en el digital para almacenar y gestionar estos activos. Este proyecto ha nacido de un acuerdo con la compañía de ciberseguridad israelí 6K8, con la que han creado está solución, que reúne infraestructuras, tecnologías y protocolos para minimizar el riesgo en las áreas ya identificadas en la cadena de custodias de las criptomonedas.
La alianza de estas dos entidades ha supuesto la creación de “Inaccesibilidad 360”, 100 medidas enfocadas en evitar cualquier posibilidad de ataque físico o cibernético mediante seis capas de seguridad. «Igual que damos servicio a más de 20 entidades financieras en todo el mundo, queríamos dar el salto a la custodia de criptoactivos, pues es un sector que sufre muchas vulnerabilidades y necesita de un extra de seguridad. Es por ello que proponemos el sistema más seguro desde el punto de vista de la inaccesibilidad y la ciberseguridad», ha explicado Raimundo Castilla, CEO de Prosegur Crypto.
“Entorno de protección de grado militar”
Para ello contaran con cámaras acorazadas de verdad, un espacio aislado ubicado dentro de una de las 550 cámaras ya existentes de Prosegur que albergan y custodian más de 400.000 millones de euros anualmente. Las cámaras son de circuito cerrado y cuentan con accesos biométricos, que son los controles de paso de huella dactilar, reconocimiento facial o de voz; salas con control de aislamiento y acompañamiento permanente con personal armado; y aislado de cualquier comunicación con el exterior debido a firewalls configurados para ello, según ha comunicado la empresa.
En ese lugar inaccesible la compañía experta en seguridad ha instalado un Hardware Security Module (HSM), que se dedica a almacenar, generar y proteger claves criptográficas, «integrado en un maletín con protección militar dentro de una cámara acorazada, al que únicamente tiene acceso un número limitado de personas que gestionan los activos de forma manual y sin conexión online».
«Aporta una nueva dimensión de seguridad»
Cuentan con un protocolo de seguridad que minimiza el acceso del personal, restringiendo la entrada a la información para curarse de posibles robos internos. Llegando a firmar que no existe ningún peligro de ataque físico, de copia o de sustracción de los sistemas o de las claves. Dentro de este protocolo cuentan con un procedimiento en caso de robo de contenidos, estos se borrarían por completo. Tras esto incluyen un Plan rápido de recuperación de claves, un protocolo de claves privadas, una especie de semillas repartidas en otras tantas cámaras acorazadas.
Además de eso poseen un sistema MPC (Multi-party computation) que consiste en un proceso rápido de firma con el que se reducen drásticamente las posibilidades de accesos fraudulentos. Este genera transacciones en “blockchain” sin conectividad a internet para disminuir el vector de ciberataque.
El consejero delegado y cofundador de GK8, Lior Lamesh ha explicado que «La combinación de la primera solución de custodia en frío, que ofrece la capacidad de realizar transacciones de ‘blockchain’ sin conexión a Internet, con uno de los custodios más grandes del mundo en el campo de la seguridad física para las instituciones financieras tradicionales, el resultado es una solución completa y única para salvaguardar los activos digitales de los clientes institucionales».