Las criptomonedas han vuelto a situarse en el ojo del huracán bursátil. Pese a que los activos electrónicos venían corrigiendo desde principios de julio, todas las ganancias quedaron en nada tras conocerse la reciente debacle de FTX. La plataforma, como otras tantas en lo que va de año, colapsó el pasado 9 de noviembre después de que varios inversores quisieran retirar sus fondos de bitcoin para obtener liquidez. Pese a que no era el mejor momento de la criptomoneda reina, la realidad es que quienes habían apostado por ella podían recuperar parte de lo perdido o hasta incluso obtener plusvalías. El bitcoin estaba corrigiendo lentamente. De hecho, desde principios de julio hasta principios de la semana pasada se apuntaba una subida del 12%.
Sea como fuere, ante las continuas peticiones de los clientes de FTX, la plataforma ha colapsado, hundiendo nuevamente el mercado de las criptomonedas. Esta ‘quiebra’ ha puesto la puntilla a un sector que, lejos de lo que podía presumir hace no mucho, está más en entredicho que nunca. El hundimiento de FTX se ha convertido en la última piedra en el camino de los criptoactivos, entre los cuales, el optimismo había aflorado nuevamente al ver que la corrección de las monedas electrónica era conjunta.
¿A QUÉ SE DEBE LA CORRECCIÓN QUE MOSTRABAN DE LAS CRIPTOMONEDAS?
Alberto Fernández, profesor especializado en Blockchain e Innovación Digital del IEB, destaca que la razón de la corrección de las criptomonedas fue «el repunte en el interés institucional por estos activos». Javier Catro-Acuña, Business Controller de Bitnovo cree que «el mercado se había estabilizado desde sus máximos históricos». Es cierto que el interés institucional ha crecido, tal y como indica Alberto Fernández. A comienzos de julio, momento en el que el mercado comenzó a corregir, BlackRock reveló que había creado un grupo de trabajo para explorar la posibilidad de invertir en criptos. Otros como el gestor de cobertura de Bill Miller y el de Steven Cohen «manifestaron su interés por el sector», tal y como señala Fernández.
el bitcoin ha caído más de un 14% desde que se conociera la caída de la plataforma
Pese a ello, los activos electrónicos han vuelto a caer, precisamente por el derrumbe de una institución. Así, el miedo y la desconfianza ha vuelto a emerger en un momento dominado por las dudas, el temor y el escepticismo de los inversores hacia aquellos activos que entrañan riesgo. Como ya ocurriera en la primera mitad del año con la caída de Celsius o el parón de Binance, el mercado ha vuelto a comprobar que la inestabilidad financiera de las plataformas criptomonedas.
LA SITUACIÓN PROVOCA UN SENTIMIENTO DE DESCONFIANZA
De esta manera, todo lo ganado por estos activos desde principios de julio se ha precipitado con la debacle de FTX. Como ya señalamos desde Inversión.es, el bitcoin ha caído más de un 14% desde que se conociera la caída de la plataforma. El descenso llegó a ser de un 22,5% horas después de que la empresa alegase el colapso de sus servicios. Así, como el bitcoin, el resto de los activos se precipitaron volviendo a mostrar que la volatilidad, las dudas, y la desconfianza están a la orden del día con cualquier desajuste del mercado de las criptomonedas.
Raúl López, Country Manager de Coinmotion en España, señala que «la difícil situación económica actual nos lleva a un sentimiento de desconfianza. Cuando se pierde la confianza en un activo para que mantenga su valor, nos puede llevar a periodos de inflación como el actual».
LAS SUBIDAS DE TIPOS TAMBIÉN AFECTAN A LAS CRIPTOMONEDAS
Y es que, ese es otro de los problemas que, aunque lo venían afrontando, también tambalea la cotización de los criptoactivos. Si algo se ha visto durante este ejercicio es que las criptomonedas no están exentas de las variaciones macroeconómicas. En la segunda mitad del presente ejercicio se han dado prácticamente todas las subidas de tipos de interés de los principales bancos centrales. Tanto el BCE como la Fed han alzado la voz para intentar rebajar la desbocada inflación. Los incrementos en los tipos de interés son otro de los escollos a los que los inversores deben hacer frente. La capacidad adquisitiva de muchos de ellos ha aminorado tras las sucesivas subidas de tipos.
La debacle de FTX ha terminado por frenar la ‘resurrección’ que las criptomonedas estaban experimentando en la segunda mitad del ejercicio. Este hecho ha terminado por frenar las aspiraciones alcistas de los criptoactivos. Pese a que los más adeptos creen que el potencial de las criptomonedas está por explotar, y que estas tendrán un importante papel en las finanzas del futuro, la actualidad de las criptos no es halagüeña. El miedo y el temor inversor que sacude a los mercados bursátiles han cobrado más fuerza en el entorno de las criptomonedas. El sector, casi con seguridad, cerrará el peor año de su historia.