Comprar un cromo exclusivo de Cristiano Ronaldo, otro coleccionable de un pokémon dorado llamado Charizard en versión virtual o un emoticono de Guillermo Díaz, más conocido como Willyrex y con más de 17 millones de seguidores en Youtube. Esta es la nueva moda de los jóvenes de la inversión y fanáticos del coleccionismo digital, más conocido como NFT. Son archivos registrados en blockchain, no fungibles, únicos, exclusivos y fácilmente verificables. El negocio está en venderlos, conseguirlos da la satisfacción al coleccionista o inversor, pero este se juega su propio dinero. «Entre el 90% y el 95% de estos activos tiende a cero«, afirman fuentes del mercado a INVERSION.
Y es que, si se ha obtenido el cromo de Cristiano Ronaldo de la Liga Fantasy de moda, cuando deje de estarlo o bien la compañía desaparezca, también lo hará el NFT. No es un archivo que pueda exportarse, ni intercambiarse. Pertenece al comprador sin que éste pueda sacar aún rédito por él fuera del juego o de la plataforma en la que se encuentre. Sí pueden venderse dentro de la plataforma, escapando a todo control de la regulación.
Tener una ‘skin’ exclusiva, un arma o unas botas es la inversión en la mayoría de los NFT que hay en el mercado. Por el momento, su precio es muy bajo en la mayoría de productos, pero sorprenden algunas cantidades que se han llegado a pagar por un cromo de CR7: hasta 242.500 euros.
CROMOS, PISTOLAS, BOTAS…TODO VALE PARA LA NUEVA OLA DE LOS NFT
¿Por qué pagar por algo que no se puede tocar y que se puede tener con un simple pantallazo o verlo de forma gratuita en otras plataformas? Hasta ahora, el cromo más caro conocido es uno de Mickey Mantle de 1952, por un precio de 5,2 millones de dólares. Ningún otro ha alcanzado este récord, aunque otros se han aproximado, como el de Luka Doncic de la temporada 2018, de Panini. La característica que le hace único es que está autografiado. Si bien, estos cromos se pueden conservar, observar los detalles o intercambiar por otros, los NFT son su homónimo en el universo digital.
De esta forma, se está mezclando el coleccionismo virtual con la especulación. Y no, en este mercado nadie baja el precio del precio de compra, generando así una importante burbuja. Según los expertos consultados por este medio, estos activos son comparables a la fiebre de los sellos de Afinsa y Fórum, aunque aquí no media la rentabilidad, sino la codicia de poseer las mejores cartas o emoticonos más exclusivos. Asimismo, se eliminan intermediarios en la cadena de valor ya que se negocia directamente con el vendedor. Las plataformas crean el NFT de la nada y lo venden, sin más. La oferta y la demanda hacen el resto. Es la definición perfecta de cómo actúa un mercado perfecto.
Con estos NFT se puede ganar rápidamente mucho dinero, sobre todo para los creadores. Realizar una colección de cromos digital y esperar que lleguen las compras. Nada más. Si el precio no se ajusta a las necesidades de la demanda, se reduce hasta encontrar un comprador. La NBA, por ejemplo, está haciendo un gran negocio con sus cromos digitales y su liga digital. Es la versión mejorada y más especulativa de los videojuegos, donde se podían reunir las colecciones ganando partidos o campeonatos, así como vendiendo y comprando jugadores de forma virtual.
¿Y SI SE APAGAN LOS SERVIDORES O LA EMPRESA QUIEBRA?
Mientras haya aficionados que los compren, el negocio será redondo para las plataformas. Pero ¿y si apareciera un nuevo formato que sustituya a la NBA? En Europa se ha intentado con la Superliga para destronar el monopolio de la UEFA. ¿Qué ocurriría con los cromos de esas ligas? ¿Y si la NBA desapareciera?. La respuesta es contundente: «Esos cromos sencillamente valdrían cero«. Es un ejemplo exagerado, quizá la NBA se encuentre entre los NFT que serán rentables, en ese 10% que no tenderá a un valor nulo. Pero existen infinidad de tokens y algunos de ellos ya comienzan a registrar cifras importantes.
Por una pieza exclusiva de Willyrex, denominada ‘primera vez en el espacio’ se han pagado 15.000 dólares. Todo un síntoma de hasta que punto ha llegado este mercado. El youtuber se ha defendido de todos aquellos que han puesto en duda este negocio y también por el hecho de que numerosos de sus seguidores son menor de edad.
Así, ha pedido «a todos los que se ríen de los NFTs» que no borren sus comentarios en las redes sociales, asegurando que en un tiempo se reirán de ellos. «No sé como se puede ser tan corto de mente, cuando todo el mundo está gritándolo», ha afirmado. En este sentido, ha nombrado a Facebook, compañías de videojuegos como EA Sports y Ubisoft, los propios equipos de fútbol e incluso de deportes electrónicos para dispositivos móviles.
WILLYREX, EL YOUTUBER QUE TRAE EL NFT A LOS INFLUENCERS ESPAÑOLES
«Pero nada, es una estafa todo… igual que lo era comprar online que te roban la tarjeta», ha ironizado. Nadie habla de estafa, sino de especulación y salvaje, que puede llegar a arruinar a las personas más codiciosas. De hecho, antes de invertir en cualquier activo hay que conocer no sólo su procedencia, sino absolutamente todo el mecanismo interno a la perfección. Es una de las reglas de oro de la inversión. Comprar un emoticono, un cromo digital con infinidad de detalles o simplemente por ser de quien es no ofrece información suficiente para tomar una decisión de inversión.
Para Willyrex este nuevo mercado es la «mayor revolución» para artistas, eliminar los intermediarios y conectar directamente la audiencia, fundamental para poder monetizar los vídeos subidos a las redes sociales, como Twitch, Youtube y ahora Tik Tok.
Los inversores buscan rentabilidad y la fiebre por las criptomonedas, especialmente entre los jóvenes menores de 40 años, ha desatado una posible burbuja que recuerda al estallido de las puntocom. La falta de rentabilidad en la inversión y la actuación de los bancos centrales han desatado una burbuja de liquidez sin precedentes. Con el dinero en circulación y la irrupción del blockchain y la posible burbuja de las criptomonedas, cadenas de bloques no regulados y rechazadas por los organismos reguladores, tiene lugar una especulación sin precedentes en activos no tangibles, denominados NFT.
Estos productos inundan ahora las redes y se han convertido en un mercado maduro en tiempo récord. Según una reciente encuesta de Renta 4, el 60% los jóvenes de 18 a 34 años está interesado en comprar criptomonedas, como el bitcoin, pero también en activos tokenizados -las monedas propias de un negocio-, y que son capaces de transformar un sector como el bancario. Renta4 Banco, por ejemplo, trabaja ya en este tipo de activos para estar listo en cuanto los reguladores aprueben las criptomonedas. No obstante, aún está lejos esta posibilidad dada la ferocidad de los ataques de los bancos centrales hacia este tipo de activos.
UN MERCADO CON UNA GRAN VELOCIDAD DE CRECIMIENTO…¿UNA BURBUJA?
Según la entidad financiera, este mercado ha alcanzado un «alto grado de madurez» en muy poco tiempo. De esta forma, los propietarios serán poseedores de un patrimonio digital en forma de cromos, inmuebles, coches u otros objetos que no podrán usar en la vida real. Eso sí, ha advertido que los organismos oficiales podrían gravar las plusvalías generadas.
Las casas de subastas también están jugando un papel crucial para evitar quedar fuera del negocio. Las reputadas Christie’s y Sotheby’s se han lanzado a pujar por los certificados de propiedad de activos de arte digitales. En la primera casa se ha subastado la obra ‘Everyday: The First 500 Days’ del estadounidense Mike Winkleman, conocido como Beeple, por un valor de 69 millones de dólares. Sotheby’s respondió con la subasta de miles de NFTs de cubos creados por el artista digital ‘Pak’. En apenas tres días cosechó 16,8 millones de dólares.
Los propietarios no tienen ni copias ni derechos, tan sólo un token, una cadena de blockchain, que permite verificar que esa obra digital es suya. La obra original ni está ni se la espera. En esta ola especulativa han llegado a venderse tuits e incluso artículos de opinión, ya publicados y que se han podido leer. ¿Qué valor arroja el tenerlos?