La cadena de moda Ultra Fast Fashion, Shein, se ha visto involucrado de nuevo en una polémica. En concreto, en esta ocasión, se debe a que se han encontrada en varias de sus prendas sustancias químicas peligrosas que superan los límites reglamentarios de la Unión Europea y en niveles preocupantes para la salud.
A pocas semanas de que saliera a la luz una investigación que revelaba las supuestas condiciones de explotación de la que la compañía Shein en sus fábricas de Asia. De nuevo, esta empresa del sector textil se vuelve a ver rodeada de controversia. En esta ocasión, el motivo es que Greenpeace ha analizado varias prendas de la compañía y ha descubierto que no solo a Shein no le preocupan los riesgos medioambientales, sino que tampoco la salud humana.
El mundo de la moda es uno de los más contaminantes del planeta, ya que la industria Fast Fashion es responsable del 10% de las emisiones y del 20% de la contaminación del agua en el mundo. Sin embargo, Shein ha decidido ir un paso más allá y, según el informe de Greenpeace, pondría poner en peligro la salud de los consumidores.
SUSTANCIAS QUÍMICAS PELIGROSAS EN LA ROPA
La firma asiática Shien ya acumula a sus espaldas varias crisis de reputación. En concreto, ya son más que conocidas las noticias acerca de los mensajes de socorro que suelen aparecer en algunas de sus etiquetas y las acusaciones de presuntas jornadas laborales que rozan la explotación en sus fábricas. Sin embargo, ahora ha surgido una nueva situación que va a poner en peligro la reputación de Shein.
La investigación ‘Los trapos sucios de Shein’ de Greenpeace ha revelado un secreto acerca de algunas de sus prendas. Así, en esta investigación, Greenpeace ha detectado que en el análisis de 47 productos de Shein de cerca de hasta 5 mercados europeos, se ha encontrado que 7 prendas incluían sustancias químicas peligrosas que superaban los límites reglamentarios de la Unión Europea.
No obstante, eso no ha sido lo único, ya que, un total de otras 15 prendas contenían sustancias químicas peligrosas en niveles preocupantes, es decir, cerca de los niveles que se consideran como tope para estas sustancias.
Por tanto, según este informe, la firma Shein incumple la normativa medioambiental de la Unión Europea. Concretamente, estaría infringiendo el reglamento europeo relativo al registro, evaluación, autorización y restricción de las sustancias y mezclas químicas.
«níquel en unas botas de tacón, de formaldehído en el tutú de un vestido para menores o de níquel en una cazadora o de cromo en otros productos»
Algunas de las sustancias peligrosas que se han encontrado en niveles demasiado elevados en prendas y accesorios de Shein son el níquel o el formaldehído.
Así, como se indica en el informe ‘Los trapos sucios de Shein’ de Greenpeace, se ha encontrado «níquel en unas botas de tacón, de formaldehído en el tutú de un vestido para menores o de níquel en una cazadora o de cromo en otros productos…Sustancias que persisten en el medio ambiente, es decir no se descomponen, que se bioacumulan o que están presentes cerca de niveles no seguros».
LA SOSTENIBILIDAD, LA CUENTA PENDIENTE DE SHEIN
La industria Fast Fashion es una de las más contaminantes del planeta, concretamente, es la segunda más contaminante del planeta. Debido a que es responsable del 10% de las emisiones mundiales. Además, es la industria causante del 20% de la contaminación del agua a nivel mundial, lo que supone una cantidad de agua suficiente para saciar la sed de 110 millones de personas durante todo un año.
No obstante, la firma asiática Shein ha decidido llevar esta situación al máximo exponente. Es decir, a través de seguir el modelo de otras compañías Fast Fashion, que sacan distintas colecciones de moda cada pocas semanas, Shein ha decidido llevar esta técnica un paso más allá y convertirse en una compañía Ultra Fast Fashion.
En concreto, Shein ha acelerado este proceso Fast Fashion y lo ha convertido en Ultra Fast Fashion, debido a que ha decidió sacar nuevas prendas en pocos días, en lugar de en semanas. Además, la compañía Shein siempre ha sido cuestionada por su escasa política de sostenibilidad, una situación que se complica aún más para la compañía tras la publicación de este informe.
Así, reciente, la investigación ‘Los trapos sucios de Shein’ de Greenpeace ha revelado que varias de sus prendas incluyen sustancias químicas peligrosas en unas cantidades que superan los niveles permitidos por la Unión Europea. Además de que otras prendas mostraban estas sustancias en niveles que se acercaban al tope permitido.
Por tanto, esta situación no se trataría solo como indica Greenpeace que pone «en peligro la salud de los consumidores», sino que también serían unas circunstancias que hacen peligrar la salud de los empleados que trabajan en las fábricas en las que se producen estos artículos.