El ecommerce está en pleno auge. La última ocurrencia de Donald Trump es asociarse con Amazon y Walmart para permitir que los participantes en el Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (en inglés SNAP, también conocido como cupones de alimentos) compren alimentos online en estos sitios utilizando los beneficios asignados por el gobierno. Una medida que en primera instancia beneficia a muchas personas, pero que esconde la letra pequeña para que Amazon se haga de oro.
Se trata de un programa piloto durante dos años en Nueva York, que eventualmente se expandirá a otras áreas de Nueva York, así como a Alabama, Iowa, Maryland, Nebraska, Nueva Jersey, Oregón y Washington, según anuncian algunos medios estadounidenses.
Actualmente, los miembros de SNAP reciben una tarjeta de débito especial bajo el nombre de Electronic Benefit Transfer (EBT). Esta se utiliza para pagar en el cajero de un supermercado. El dinero es un subsidio que otorga el gobierno para comprar alimentos. Ahora los usuarios usarán esta tarjeta también para comprar online.
De hecho, el objetivo de esta idea es extender las innovaciones tecnológicas a toda la población, independientemente de su condición social. Hasta aquí todo perfecto. Sin embargo, los verdaderos beneficiarios aquí no son los consumidores, sino los dos grandes gigantes del país: Amazon y Walmart.
La empresa de Jeff Bezos es la que más se beneficia de las dos. Principalmente porque entre sus condiciones hay una letra pequeña. Amazon permite el acceso libre a su nivel ‘Prime’ para comprar comestibles a través de este enlace. Tendrán acceso gratuito a su servicio Amazon Fresh y a Prime Pantry, que entrega productos empaquetados como cereales. No obstante, tendrán que gastar más si quieren que el envío sea gratuito: 50 dólares en Amazon Fresh, 25 en Amazon.com y 35 dólares en Amazon Pantry.
Es decir, Amazon se asegura una compra mayor con estos requisitos o el pago por el envío de los mismos. En cualquiera de los casos, se hace con buena parte de este pastel. Y más teniendo en cuenta que según el departamento de Agricultura de EEUU (USDA, en sus siglas en inglés), más de 40 millones de personas reciben cupones de alimentos en todo el país. El beneficio promedio del SNAP es 146 dólares mensuales por persona, equivalente a 39 comidas. Se trata de un negocio redondo de miles de millones de euros que supera con creces la facturación anual de las grandes cadenas en España, por ejemplo.
LA OBSESIÓN DE AMAZON POR EL SECTOR DE LA ALIMENTACIÓN
De esta forma, Amazon da un paso más en su obsesión por el mercado de la alimentación, en el que lleva años tratando de entrar con experimentos de todo tipo, como Amazon Fresh. En agosto de 2007, la empresa lanzó este producto –un servicio de entrega de productos frescos–, que apenas pisó Europa. A España ni siquiera llegó. En EEUU si ha tenido más tirón, aunque se vio obligada a reducir este servicio en siete estados del país.
Un proyecto complicado a pesar de la infraestructura de la compañía por la inmediatez que requiere la industria alimenticia. Sin embargo, con el programa de cheques de comida podrá potenciarlo.
También lanzó Amazon Go, un supermercado sin colas. Se trata de la primera tienda en la que el usuario solo tiene que entrar, coger el producto y marcharse. Este servicio ha acusado de discriminatorio.
Con la compra de la cadena de supermercados WholeFoods por 13.700 millones de dólares hizo temblar a Walmart por primera vez. Pero aún tiene una espina clavada: tener mayor presencia en el mercado europeo de la alimentación. De ahí los rumores sobre la compra de Carrefour que se fueron diluyendo poco a poco. En España mantiene alianzas con DIA en Madrid, Barcelona y Valencia.