RTVE se volcará dentro de unos días en la cobertura de la Copa del Mundo de fútbol masculino, del cual emitirá una veintena de encuentros. La Corporación pública ha desembolsado alrededor de 39 millones de euros en una competición que se desarrollará en una dictadura teocrática: Qatar.
LOS DERECHOS HUMANOS
Poco ha quedado en la radiotelevisión estatal del espíritu igualitario que se suponía que enarbolaba Rosa María Mateo, que se negó a pujar por la Supercopa celebrada en Arabia Saudí porque no veía «coherente» que se celebrase en «un país donde no se respetan los derechos humanos». Si en RTVE apostamos por el deporte femenino, ¿qué hacemos en un país donde las mujeres son encarceladas por defender sus derechos?», se preguntaba.
Poco ha quedado en la radiotelevisión estatal del espíritu igualitario que se suponía que enarbolaba Rosa María Mateo
Su sustituto al frente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, también ordenó que se estudiase un cambio de la letra de la canción seleccionada para Eurovisión 2022. «RTVE tiene que dar un mensaje de defensa de la mujer, de igualdad, de respeto a su dignidad», aseguraba antes de que el tema quedase en agua de borrajas.
Eso sí, a Pérez Tornero no le tembló el pulso para promover la compra de una millonaria cartera de derechos deportivos entre los que destacan los partidos premium del Mundial qatarí: el inaugural, todos los de España, la final…
INVERSIÓN ELEVADA
RTVE compró los derechos a Mediapro, que ha lanzado un canal (Gol Mundial) que exprimirá a través de un acuerdo con Movistar Plus+ y de una app que ofrece todos los encuentros de la competición por menos de 20 euros.
La compañía dirigida por Jaume Roures ha amortizado su compra de los derechos gracias a Movistar Plus+ y a RTVE. No está claro si la plataforma de Telefónica amortizará su acuerdo tras perder más de 450.000 abonados en dos años (de 4.004.300 suscriptores que tenía en el tercer trimestre de 2020 le quedan 3.553.100).
Lo que está claro es que RTVE se quedará lejos de hacerlo, en parte porque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha atendido la reclamación de Mediaset y UTECA (Atresmedia y otros pequeños operadores) para limitar la venta de publicidad durante la emisión del Mundial.
RTVE no podrá contratar publicidad para dicha competición con anunciantes distintos a los patrocinadores y afiliados comerciales de la FIFA
La CNMC explica que, temporalmente, RTVE «no podrá contratar publicidad para dicha competición con anunciantes distintos a los patrocinadores y afiliados comerciales de la FIFA» y anuncian que adoptarán «una decisión definitiva una vez terminada la tramitación del procedimiento administrativo y a la vista de las alegaciones de los interesados en el procedimiento».
Eso sí, las privadas han visto limitadas sus pretensiones ya que solicitaron a la CNMC que acordase provisionalmente que la RTVE no contratase y emitiese publicidad durante la celebración del Mundial de Qatar.
RTVE Celebra que la CNMC, de forma temporal, les reconoce la posibilidad de explotar publicitariamente el Mundial de Futbol de Qatar 2022,
Competencia recuerda que «la ley que regula la financiación de la CRTVE, en su redacción vigente, permite excepcionalmente que la CRTVE pueda emitir competiciones deportivas con contrato de patrocinio u otras formas comerciales cuando éstas formen parte indivisible de la adquisición de derechos y de la producción de la señal a difundir».
RTVE, por su parte, celebra que la CNMC, de forma temporal, les reconoce la posibilidad de explotar publicitariamente el Mundial de Futbol de Qatar 2022, aunque esta explotación se limitará a los socios comerciales de FIFA.
RTVE SE ATREVE CON QATAR
El director de informativos de RTVE, Pep Vilar, aseguró hace unos días en el espacio ‘RTVE Responde’ que la Corporación pública no se iba a poner de perfil ante la vulneración de los derechos humanos en Qatar.
Y hace unos días lo demostraron, en parte, con la inclusión de una pieza de denuncia en el mítico ‘Informe Semanal’. TVE denunció con el reportaje ‘Qatar, balones fuera’ las condiciones laborales que sufren los trabajadores que han sobrevivido a la construcción de los estadios, ya que más de 1.000 han fallecido durante el proceso.