El fabricante estadounidense de discos duros y soluciones de almacenamiento Seagate prescindirá de 3.000 trabajadores en todo el mundo, alrededor del 8% de su plantilla global, con el objetivo de reducir su estructura de costes para alinear mejor las necesidades operativas de la empresa con las condiciones económicas. Seagate registró entre julio y septiembre, primer trimestre fiscal para la compañía, una caída del beneficio neto del 94,5%, hasta 29 millones de dólares (29,5 millones de euros), mientras que las ventas disminuyeron un 34,7%, hasta 2.035 millones de dólares (2.053 millones de euros).
«Las incertidumbres económicas globales y las correcciones de inventario de clientes empeoraron en las últimas etapas del trimestre y estas dinámicas se reflejan tanto en la demanda de la industria a corto plazo como en el desempeño financiero de Seagate», reconoció Dave Mosley, consejero delegado de la firma. En respuesta a estas condiciones, la compañía ha adoptado medidas que permitan mejorar la rentabilidad a largo plazo, incluido el ajuste de la producción y de los planes anuales de inversión, así como el anuncio de un plan de reestructuración que generará un ahorro de costes «significativo.
De este modo, la junta directiva de Seagate ha aprobado un plan de reestructuración reducir los costes de la empresa y alinear mejor las necesidades operativas con las condiciones económicas actuales mientras continúa apoyando su estrategia comercial a largo plazo.
Se espera que el plan de ajuste, que se prevé que esté completado en gran parte para finales del segundo trimestre fiscal de 2023, genere un cargo antes de impuestos de entre 60 y 70 millones de dólares (60,5 y 70,5 millones de euros), principalmente por las indemnizaciones por despido de los empleados. De su lado, la compañía espera alcanzar un ahorro de aproximadamente 110 millones de dólares (111 millones de euros) sobre una base anualizada a partir del tercer trimestre fiscal de 2023.