El comercio en Barcelona se recupera con fuerza en 2022 y alcanza cifras similares a las registradas antes de la pandemia del coronavirus. Así lo ha asegurado la consultora inmobiliaria Laborde Marcet en un análisis del sector sobre la situación de la Ciudad Condal.
A su juicio, los ejes prime mantienen su poder de atracción en la inversión, mientras los fondos y los family office se niegan a marcharse de Barcelona pese a las continuas trabas del Ayuntamiento regido por Ada Colau (BeC) y Jaume Collboni (PSC). De hecho, las moratorias de las licencias, la creación de superislas y los palos en las ruedas al comercio con medidas anticoches no han podido frenar la alta demanda en el sector del retail de Barcelona.
Los inversores extranjeros EN RESIDENCIAL han regresado a Barcelona tras la Covid-19
Las calles comerciales de Barcelona, como la de Girona, han resurgido en este 2022 pese a los bloques de hormigón instalados por el Consistorio y la reducción de carriles para el tráfico rodado. Se esperaba una disminución de la clientela, como así se quejan los comerciantes, pero la inversión en este tipo de locales continúa al alza con una fuerte demanda. ¿El motivo? No hay quién lo entienda sobre el papel. Pero el mercado posee una gran liquidez aún pese a las alzas de tipos de interés y hay un enorme apetito por un valor refugio como es España en tiempos de crisis.
LOS INVERSORES, SIN MIEDO A LA INFLACIÓN Y SUBIDA DE TIPOS
La calle Girona «estaba muerta», según han asegurado Miquel Laborde y Gerard Marcet, socios y fundadores de la consultora. Sin embargo, la gran cantidad de locales comerciales en venta o alquiler a puerta calle se ha reducido drásticamente con la llegada del turismo. Esta vía recorre una de los principales zonas turísticas de la ciudad, como L’Eixample, el Barrio Gótico y Ciutat Vella. Eso sí, según han destacado ambos, los alquileres han reducido su precio, pese a que el valor de los inmuebles se ha disparado. El precio se sitúa entre los 15.000 y 70.000 euros por metro cuadrado, dependiendo del activo y la zona.
De hecho, la inversión busca zonas como Portal de l’Àngel, la milla de oro catalana; Passeig de Gràcia, La Rambla y Rambla Catalunya. Estas cifras se alejan de la gran operación que ha realizado El Corte Inglés en Portal de l’Àngel, que ha llegado a vender el centro comercial por unos 200 millones de euros, a más de 11.000 euros por metro cuadrado.
Con esta inversión, la consultora ha logrado una facturación de cuatro millones de euros y vuelve a niveles previos a la pandemia. El 25% de ésta procede únicamente del retail, una muestra de la buena marcha de este sector inmobiliario. Entre los hitos de este 2022, Laborde Marcet ha cerrado la apertura del primer hotel urbano de Alegría Hotels, una nueva tienda de Flamingos Vintage Kilo en la histórica Casa Gralla o la compra de seis sucursales bancarias de Targo Bank, entre un total de 70 operaciones gestionadas.
LA INVERSIÓN BUSCA A BARCELONA PESE A LAS MORATORIAS DE COLAU Y COLLBONI
El secreto de Barcelona sobre la segunda corona se encuentra en la afluencia de público. El turismo es el principal valor que aportan los ejes comerciales. Por este motivo, los inversores descartan opciones de la segunda corona de Barcelona, como Sant Cugat, Badalona y otras zonas del Área Metropolitana. «La inversión quiere quedarse en Barcelona», han asegurado en el desayuno informativo celebrado en el h20 Metropolitan. Las zonas de L’Eixample, Ciutat Vella y Gràcia aglutinan casi la mitad de los locales comerciales listos para el alquiler en la ciudad, según ha considerado Laborde.
Asimismo, ha destacado que pese a las trabas y las licencias, especialmente en las terrazas, el potencial de la inversión se mantiene al alza. Y es que, desde el Ayuntamiento se prometieron espacios reservados para las terrazas de bares y restaurantes. Meses después, el propio equipo de Colau y Collboni han denegado miles de estas licencias, por las que se pedían precios desorbitados por apenas una mesas y seis sillas.
El hotelero es otro de los sectores afectados por las medidas políticas y contrarias al turismo. El Ayuntamiento mantiene la moratoria hotelera tras seis años, una medida que ha disparado los precios de los hoteles pese a la pandemia. Se llegaron a pagar 600.000 euros en el pico máximo, pero los inversores mantienen su intención de abrir nuevos hoteles o comprarlos directamente. Esta demanda viene de family office y fondos extranjeros.
LOS PRECIOS SUBEN SIN NUEVOS HOTELES EN BARCELONA EN SEIS AÑOS
«La moratoria imposibilita la apertura de nuevos hoteles en las principales calles de la ciudad, encareciendo, inevitablemente, el precio de los mismos», ha señalado Laborde. Por todo esto, «consideramos fundamental acabar con este tipo de políticas y evitar que desde el propio Ayuntamiento se siga lastrando la inversión inmobiliaria en Barcelona», ha añadido.
Esta inversión en los hoteles está en línea con el aumento del turismo en España. «A mayor número de turistas, más alta será la ocupación; y de este modo se irá recuperando, poco a poco, el ritmo de antes de la pandemia», ha considerado.
Asimismo, la inversión de los fondos, como alemanes, estadounidenses e israelíes, entre otros, también está enfocada en el sector residencial, especialmente en los edificios. Todos estos actores buscan las oportunidades, incluyendo los de menor rentabilidad en el inmobiliario, así como family office y locales. «Los inversores extranjeros han regresado a Barcelona tras la Covid-19, aunque no podemos olvidar al inversor local, que todavía tiene gran presencia», ha indicado Laborde.
EL TIRÓN DEL RESIDENCIAL PESE AL 30% DEL VPO
Para la consultora, estas compras se realizan con la intención de llevar a cabo reformas importantes con el fin de incrementar la rentabilidad y poder venderlos a un precio superior. El problema para Barcelona es que no hay suelo ni tampoco promociones nuevas debido a la exigencia de destinar el 30% de la oferta a la vivienda de protección oficial (VPO). Esta medida resta rentabilidad a una inversión que de por sí está abonando precios elevados.
Los inversores concentran su dinero en los barrios Gótico, Eixample y en la Barceloneta, con precios que van desde el millón a los 25 millones de euros, dependiendo de la ubicación, superficie y estado del inmueble, entre otros factores. En concreto, se trata de tres de las zonas más turísticas de la ciudad.