La decisión del pasado viernes de parte de Francia de dejar únicamente a la Sociedad Nacional de Ferrocarriles francesa (SNCF, por sus siglas en ese idioma) como operador único de la conexión París-Barcelona es un revés para los esfuerzos de Renfe en su internacionalización. Lo cierto es que desde siempre la estatal española ve Francia como su siguiente destino evidente, pero el proteccionismo del gobierno sobre su sistema ferroviario ha hecho complicada una liberalización a la que en teoría están obligados.
Pero además la medida podría dar una ventaja en la competencia española a Ouigo. La low cost francesa de alta velocidad ya tiene disponible su ruta de Madrid a Barcelona y son, justamente los trenes de bajo costo del SNCF, bajo su filial Voyageurs. En total, serán dos trenes en cada dirección entre la ciudad condal y la capital francesa, con uno más durante los meses del verano.
Si bien para los viajeros puede resultar indiferente quien maneje los trenes, e incluso pueden celebrar el aumento de la frecuencia en los viajes entre España y Francia, el proteccionismo excesivo que ha caracterizado siempre a los franceses bien puede revelarse como una traba para la liberalización ferroviaria a la que deben adherirse todos los países de la Unión Europea. Además es una traba de cara a que Renfe pueda conectar sus rutas españolas con el resto del continente.
EL FINAL DE UNA ALIANZA
Antes de esta nueva decisión, la conexión ferroviaria entre Barcelona y París era un esfuerzo compartido. El viaje, que se realizaba una sola vez al día, contaba con una conexión entre los trenes de Renfe y el SNCF que permitía a los usuarios realizar el viaje, aunque ninguna de las dos operaba del todo en las vías del otro país.
La oportunidad de tener a su filial low cost operando en España ha hecho que el gobierno francés tome una nueva decisión
La oportunidad de tener a su filial low cost operando en España ha hecho que el gobierno francés tome una nueva decisión. La semana pasada marcó el final del acuerdo entre ambas, y ya están disponibles los nuevos boletos de tren entre Barcelona y Paris.
EL PROBLEMA FRANCÉS DE RENFE
Lo cierto es que no es la primera vez que el SNCF, controlado por el Estado francés, pone pegas a la ferroviaria española para entrar en sus vías. Mientras que las principales dificultades de Ouigo para entrar en las vías locales ha sido que sus trenes no estaban adaptados al viejo sistema español, pero una vez asumida la fecha de la liberalización no se han puesto otro tipo de trabas.
En particular, el corredor ferroviario de los pirineos, una de las ambiciones de la empresa de Taboas en Francia, que les abriría las puertas del resto del continente. Es algo que saben no solo en Renfe, sino que se ha repetido desde el propio gobierno varias veces, al punto que ya en 2021 la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, defendía la posición española: «Tenemos toda la solvencia para reclamar a Europa, pese a las resistencias fundamentalmente francesas, la apertura e interoperabilidad de la red, en la que España ha invertido más de 60.000 millones de euros y ha sido pionera en sistemas como el ERTMS para toda Europa», aseguró en Bruselas.
Para entrar al mercado europeo, los trenes españoles tuvieron que adaptarse al nuevo sistema de señalización y transformar las vías locales
Los números son correctos. Para entrar al mercado europeo, los trenes españoles tuvieron que adaptarse al nuevo sistema de señalización y transformar las vías locales para eliminar el famoso ‘ancho ibérico’ y que los trenes extranjeros puedan entrar al país. De hecho, más allá de las quejas de Ouigo, Adif está haciendo todo lo posible por adaptar del todo rutas como las de Madrid-Málaga para que puedan ser usadas por trenes de fabricación extranjera.
Visto así, es normal el reclamo por parte de la estatal, que además ahora deja de ser el encargado de una de las opciones más baratas para conectar una dos de las grandes ciudades europeas. Pero además Renfe debe ver como esta opción cae en manos de los mismos que manejan Ouigo, uno de sus dos competidores por el interés de los pasajeros en España.
UNA OPORTUNIDAD PARA OUIGO
Aunque, de momento, no se han hecho anuncios al respecto, el hecho de poder viajar entre Madrid y Barcelona y poder conectar luego la ciudad condal con la capital francesa permite a Ouigo y al SNCF construir una conexión entre dos de las principales capitales de Europa. Es un punto a favor con el que no podrán competir ni Renfe ni Iryo dentro del mercado español, y que bien puede valer la mala prensa de seguir dificultando la entrada de otras empresas al sistema ferroviario francés.
Los pasajes, a través del servicio SNCF Voyageurs, están en venta por un precio de 39 euros
Por ahora, los pasajes, a través del servicio SNCF Voyageurs, están en venta por un precio de 39 euros. Eso pondría la posibilidad de viajar en tren desde Madrid a París alrededor de los 100 euros, sumando ida y vuelta, en los precios más bajos. Más allá del evidente coste temporal de viajar en tren en comparación con el avión, no deja de parecer una opción interesante, que además podría ser la primera ruta manejada por una sola empresa entre la península ibérica y Francia.
En cualquier caso, el panorama a futuro sigue siendo complicado para Renfe. Aunque la estatal puede presumir de buenos números en 2022, empujados por el retorno del turismo y los abonos gratuitos, si quiere cumplir con sus objetivos a mediano plazo debe poner un pie en Francia, nada fácil si los franceses siguen viendo la competencia casi como una invasión.