La junta directiva de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto) ha revisado a la baja las perspectivas del sector para 2022, de manera que la facturación crecerá en torno a un 5% respecto a 2021; y en lo que respecta al empleo, se estima que se lograrán mantener las cifras de 2021, aún lejos de los datos prepandemia.
«Se acumulan ya más de 16 meses de crisis y la situación, en el caso de algunas empresas, de manera especial las pymes, se ha vuelto muy compleja. Es crucial que el Gobierno ponga en marcha las medidas planteadas por la industria en el plan de choque y convoque las ayudas necesarias para que las empresas puedan afrontar con garantías este periodo tan complicado y no se destruya empleo», ha comentado el director general de Sernauto, José Portilla.
Portilla ha reclamado como «imprescindibles» medidas de flexibilidad laboral que permitan, como ya sucedió en la pandemia, mantener el empleo a pesar de las dificultades, así como acceso a financiación en condiciones favorables. «Si no lo hacemos de forma eficaz y ágil, se perderán empresas por el camino y, con ellas, empleo de calidad», ha apuntado la organización.
FRENAZO EN LA RECUPERACIÓN
Sernauto ha advertido en este contexto de que la industria española de componentes para automóviles está sufriendo «significativamente» los efectos de la inflación y la incertidumbre que rodea al sector. Así, ha señalado que, desde hace más de un año, los proveedores de la automoción están haciendo frente a una complicada situación motivada por la falta de algunos componentes, el encarecimiento de las materias primas y el fuerte incremento de los costes energéticos y logísticos.
En su opinión, a esto se ha sumado la incertidumbre, la espiral inflacionista y el descenso en la producción de vehículo, que en conjunto provoca la ralentización de la recuperación del sector de automoción y, más en concreto, de la industria española de componentes al no poder repercutir gran parte de los costes sobrevenidos. Las conclusiones de Sernauto son el resultado de una encuesta realizada entre sus asociados, en la que se constata que casi la totalidad de las empresas sigue sufriendo las subidas de precios de las materias primas (y más de la cuarta parte un incremento superior al 40%).
Además, sigue existiendo desabastecimiento en materias primas necesarias para la fabricación como son los plásticos, el acero, el aluminio, productos químicos o el cartón. El 60% de los proveedores declara seguir afectado por la falta de algunos componentes como semiconductores, componentes electrónicos, microchips y mecanizados.
En este punto, la asociación indica que la fuerte subida de los costes energéticos está impactando de manera significativa en la competitividad de los fabricantes de componentes. Así, para una cuarta parte de las empresas ha supuesto incrementos de entre 20% y 40%; para una de cada cinco entre 40% y 60%; y una de cada 10 empresas han tenido que asumir una subida de más del 60%.
Por otro lado, tres de cada cuatro empresas se han visto afectadas por la caída de la producción de vehículos y casi la totalidad por problemas logísticos, aunque se aprecian ciertas mejoras con respecto a 2021 en este ámbito, según Sernauto.
En términos de facturación, aunque solo el 27% de las empresas declaran que ha disminuido, la rentabilidad se ha visto afectada para más del 60% de las compañías. Para el 29% de ellas ha disminuido entre un 0% y un 10%; para el 21% entre un 10% y un 20%; y para el 12% más de un 20%.
Además de los aspectos comentados, los proveedores de automoción han calificado como «críticas» también cuestiones como la producción discontinua (paradas de fabricantes de vehículos), la gestión del sobrestock, el entorno económico incierto y el conflicto bélico en Ucrania.