Las compañías cotizadas en la bolsa española que cuentan en su accionariado con participación del Estado no están teniendo un buen año en el mercado. Con la excepción de CaixaBank, participada por el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) que se anota una revalorización cercana al 40% desde enero, el resto de firmas del Ibex 35 y del Mercado Continuo registran importantes pérdidas.
Tanto en el sector energético como en el aéreo, el alimenticio y el defensivo, el Estado controla parte del accionariado de compañías que sufren especialmente las consecuencias de la situación macroeconómica.
La guerra en Ucrania, la inflación energética, las subidas de tipos para contener el alza de costes, los cuellos de botella en la cadena de suministros y las perspectivas de recesión en Europa son un lastre para sus cotizaciones.
ENAGÁS Y RED ELÉCTRICA COTIZAN EN MÍNIMOS
En el caso de Enagás, la gasista presidida por Antonio Llardén se deja más de un 26,6 de su valor en el mercado en 2022, lo que se traduce en pérdidas de 1.371 millones de euros. Y es que, a pesar de contar con uno de los dividendos más atractivos de la bolsa, el aumento de costes sin poder repercutirlos a sus clientes y los menores ingresos regulados pesan más que la retribución al accionista.
La otra energética estatal, Red Eléctrica Española, también es una de las compañías del sector con peor comportamiento bursátil en lo que va de año. De esta manera, la firma que preside la antigua ministra de Vivienda Beatriz Corredor se deja 1.864 millones de su valor de mercado, registrando una caída acumulada del 18,8% anual.
Los menores ingresos regulados y los mayores costes para financiarse, pese a su atractiva rentabilidad por dividendo, son los dos principales motivos por los que los títulos del grupo eléctrico siguen inmersos en la tendencia bajista actual. Las dos empresas cotizan en mínimos anuales. Además del Estado a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), ambas compañías también tienen a Amancio Ortega, dueño de Inditex, como uno de los mayores accionistas.
AENA Y AIRBUS SON LAS EMPRESAS QUE MÁS VALOR PIERDEN
Por la parte que le toca al sector aéreo, el gestor aeroportuario Aena cae un 24,5% en el año. A pesar de la recuperación de la actividad durante los meses de verano, los elevados costes derivados de la inflación y las negativas perspectivas para la recta final del año en cuanto al turismo pesan sobre su cotización.
Una situación que se suma a la decepción del mercado con las estimaciones del Gobierno de Pedro Sánchez respecto a los beneficios que esperan para 2023. Además, la compañía participada por Enaire no podrá trasladar el aumento de costes a través del alza de sus tarifas hasta al menos 2026, según los expertos.
Bajo este contexto, Aena pierde algo más de 5.000 millones de euros de capitalización de mercado en lo que va de 2022. La otra firma del sector aéreo que controla parcialmente el Estado es Airbus, con una participación del 4,2% a través de la SEPI.
El fabricante de aeronaves para uso civil es sin duda la compañía que más ha dejado de valer desde principios de este año. Airbus cae un 18,45 desde enero, lo que se traduce en una pérdida de valor de 15.730 millones de euros.
INDRA Y EBRO FOODS NO REMONTAN
En cuanto al sector defensivo, Indra es la compañía de control gubernamental que también lleva un desempeño negativo en el mercado este ejercicio. A la firma que preside Marc Murtra le sigue pasando factura los conflictos recientes entre los principales accionistas que han dado paso a un cambio en la estructura directiva de la compañía.
En este sentido, Indra pierde un 19,6% de su capitalización de mercado, lo que se traduce en una depreciación de más de 322 millones de euros. Por último, Ebro Foods, el mayor grupo del sector de la alimentación en España a nivel de facturación, se deja un 8,8% de su valor bursátil, algo más de 227 millones de euros.
El grupo dueño de marcas de arroz como SOS, Brillante o La Fallera ha sufrido especialmente en los primeros meses de la guerra tras la invasión de Rusia. El aumento de los precios de las materias primas y los futuros del trigo, sumado a los elevados costes de la energía y de otros productos esenciales como los envases, siguen lastrando la cotización de la compañía.
En total, las compañías participadas por el Estado pierden una cifra ligeramente superior a los 24.500 millones de euros de su valor, siendo CaixaBank la única empresa que reporta ganancias. En este caso, la entidad catalana suma en positivo cerca de 7.900 millones de euros desde enero de este año, gracias al contexto de subidas de tipos de interés que están ejecutando los principales bancos centrales.