«Me cuesta ver los límites de la digitalización en sanidad». La frase es de Iñaki Peralta, consejero delegado de Sanitas el pasado lunes 26 de septiembre cuando habló de los planes de la compañía para digitalizar los procesos de atención médica. Según explicó Peralta antes de fin de año esperan que un millón de usuarios estén usando está opción, casi la mitad de sus afiliados. No es una estrategia que sea nueva, aunque el covid aceleró el proceso, sino la culminación de una apuesta que se hacía desde 2019.
Sin embargo, y a pesar de los avances que se han dado debido a la pandemia, el camino a la digitalización es cuando menos complicado. Nuevos programas, nuevas costumbres y nuevas dificultades que los pacientes y los sanitarios deben afrontar, no porque sean peores que las anteriores sino porque son nuevas.
Pero es que además el proceso puede verse afectado por problemas directos de hackeos o por la propia brecha digital. Son obstáculos que aún estamos lejos de superar, y más cuando la mayoría de los pacientes aún prefieren la atención en persona.
MÁS DATOS DISPONIBLES PARA HACKERS
Sanitas como otras empresas ha tenido que enfrentar problemas de filtración de datos en los últimos años. Tan solo hace un mes tuvieron que informar a sus usuarios de un hackeo de sus servicios de mayores y, aunque aseguran que pudieron contener la situación, le recordaron a sus usuarios que tuviesen especial atención con los correos que no siguieran el contacto corporativo de la empresa.
Pero lo cierto es que casos como este se han vuelto comunes en los últimos años. Sea Uber, Sony o empresas de videojuegos como Rockstar el acceso de los hackers a datos confidenciales es cada vez más común. Una mayor digitalización de los servicios de la empresa requeriría un refuerzo importante de sus mecanismos de seguridad, lo cierto es que parece particularmente importante en un sector tan importante como puede ser la salud.
ACORTAR LA BRECHA DIGITAL
El tema de la brecha digital es uno que se ha repetido de forma constante al hablar sobre bancos o servicios públicos, y que debe tenerse en cuenta a la hora de hablar de temas tan delicados como la salud. Esto aplica aún más para una empresa con la cantidad de programas para personas mayores que tiene Sanitas.
Ya pasó en 2021 donde, según el informe de la propia empresa, solo el 15% de sus mayores de 60 años recurrió a video consultas, un número que va disminuyendo a medida que sube la edad de los pacientes. De hecho el paciente promedio de Sanitas en recurrir a servicios digitales en los últimos años cuenta apenas con 39 años.
Es un número que puede preocupar a la hora de plantearse la transformación pues en el país cerca del 20% de la población es considerada tercera edad y, como es de esperarse suelen ser de los que más dependen de los servicios de salud.
EL SESGO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Uno de los grandes obstáculos de la digitalización es posiblemente el más evidente, la adaptación de softwares y creación de nuevos métodos de tratamiento de datos. Las complicaciones naturales al acercarse a una aplicación que debe tomar parte de los datos que los pacientes suelen darle directamente a su médico de cabecera.
Es un problema con el que también se ha tropezado la startup española, Legit Health, que compartió su experiencia durante una conferencia en la Universidad del País Vasco. Según explicó su director Andy Aguilar, si bien estás tecnologías pueden facilitar los procesos de derivación, cribados y anticipar alguna intervención «el seguimiento y acompañamiento del paciente sigue siendo clave».
Pero es que además descarta la posibilidad de diagnosticar a través de tecnologías similares. Es un dato llamativo puesto que entre los anuncios que hizo Peralta se encuentra un «chequeo digital», que esperan esté en funcionamiento el año próximo.
PERSIGUIENDO LA TRANSFORMACIÓN
A pesar de todo Sanitas tiene un punto a favor. Durante el confinamiento, y los meses posteriores donde los pacientes aún se sentían incómodos con la idea de ir a un hospital, la consulta por video llamada se volvió una costumbre para la mayoría de los españoles. Según datos de la consultora PwC publicados en 2021 un 91% de los pacientes que recurrieron a la telemedicina se muestran dispuestos a mantener está opción.
un 91% de los pacientes que recurrieron a la telemedicina se muestran dispuestos a mantener la opción.
Sin embargo la velocidad en que se ha tenido que adoptar la nueva modalidad no ha sido la ideal. La necesidad de mantener la asistencia para los pacientes durante los meses de confinamiento obligó a recortar los tiempos de aplicación de años a meses, dejando algunas ideas a medias. Probablemente, al menos si el sector salud espera continuar con este proceso, sea necesario mejorar estás opciones antes que los usuarios recuperen la costumbre de ir al hospital.