Sufrir una lesión obliga a los jugadores de baloncesto a detener el entrenamiento y pasar por terapias que pueden durar incluso meses. Esto no solo afecta en el aspecto físico, sino que repercute directamente en su situación emocional, pudiendo provocar una depresión severa.
Conociendo la relevancia que tiene la mente en los jugadores, ITW Sport detalla cómo afrontar el período de recuperación de una lesión de cruzados en la rodilla.
Recuperarse de una lesión física y psicológicamente
Los problemas funcionales son una grave problemática para los jugadores de baloncesto, ya que las piernas se utilizan en todo el juego. La lesión en los ligamentos afecta la actividad física en el deporte, ya que el movimiento ejerce dolor en toda la zona, inflamación e imposibilita retener el peso que le corresponde a la extremidad. En estos casos es importante contar con un equipo médico profesional que determine los pasos a seguir en la recuperación, como terapias con el fisioterapeuta y descanso durante un tiempo específico.
Para un deportista acostumbrado a entrenar todos los días, experimentar una contusión en la rodilla puede ser perjudicial en su salud emocional. Por eso, el acompañamiento psicológico es fundamental para sobrellevar la recuperación.
Enfrentarse a lesiones deportivas con acompañamiento emocional
Una de las recomendaciones que plantea la gestión psicológica es aceptar el problema. Esto puede resultar complicado, porque la negación es un mecanismo de defensa del ser humano. Sin embargo, cuanto más rápido el atleta comprenda la situación, antes podrá comenzar a trabajar en su recuperación. Esto, además, ayuda a que se sigan las indicaciones del médico. Salirse de lo establecido puede hacer que la lesión empeore, desarrollando una inflamación más rígida o una fractura.
Con relación a las prácticas, es importante trabajar junto a un entrenador que conozca la forma de recuperar la actividad física de manera progresiva. Por eso, ITW Sport ofrece un programa de baloncesto que impulsa el desarrollo de todas las áreas del deporte. En cuestiones físicas, los instructores cuentan con la capacidad de ejercer prácticas posteriores a una lesión. También disponen del departamento de gestión emocional para preparar a los atletas en todas las etapas de desarrollo y se les apoya en caso de sufrir una lesión.
Los traumatismos son un problema que afrontan los jugadores de baloncesto en cualquier punto de su carrera. Por esta razón, contar con apoyo nivelado tanto en la parte deportiva como en la emocional ayuda a controlar el problema de una manera óptima.